Capítulo 14

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Antes de todo: perdón. Este último mes, mi salud me ha jugado una mala pasada, y no he podido actualizar antes. Pero ya estoy de vuelta, y mejor que nunca.

No olviden comentar si les gustó, y hoy mismo subiré otro capítulo de ser así. 

La casa era grande, lo suficiente para realizar una fiesta de esa magnitud. Sus paredes eran blancas, y los muebles muy lujosos. El sueño de cualquier familia promedio. 

El olor a alcohol del más puro, humo entrometiéndose en mi campo de visión, y un montón de personas tarareando y bailando una mala canción, no me dejaban pensar mínimamente lo que hacía. 

Jo no accedió a mi invitación, por lo que invité a Ana para que me acompañase. Ella, conocía a varios chicos en la fiesta, y me dejó sola por irse a beber con ellos. Lo sé, me podría haber integrado en el asunto, pero tomar con personas desconocidas no era lo mío.

Sentí una mano en mi hombro, y di un salto en el lugar.

—Hola. —me saludó Travis.

—¿Qué haces aquí? 

—Lo mismo que tú. —sonrió— Me enteré de que Ariel te invitó. Cuando quieras le aclaro cómo son las cosas.

—¿Y cómo son las cosas? —pregunté arqueando las cejas. 

—No te conviene relacionarte con ese tipo de personas, mucho menos con Ariel. 

—Estás diciendo que no me conviene relacionarme contigo. —aunque fue una afirmación, sonó más cómo pregunta. 

—También, pero es diferente. 

A lo lejos, vi a Ariel, localizó su mirada en mí, luego en Travis, y segundos más tarde, se acercó. 

—Me gustaría saber quién te invitó. —había rabia en las palabras de Ariel. 

—Taylor, de hecho... —Travis me tomó por la cintura, y me llevó hacia él— Mi novia. 

¿La situación me agradaba, o molestaba? Me estaba usando para nuevamente, ganarle a Ariel, la situación era bastante obvia. Me mordí el labio, algo enfadada.

—Pensé que habías dicho que sólo eran amigos. —su tono confundido me avergonzó. 

Miré a Travis, esperando que aclarase la situación, más no lo hizo.

No atiné a responder algo coherente y me marché indignada; Travis salió tras de mí. 

Ya en el exterior, en verdad se notaba el cambio de aire, mucho más puro. La Luna era llena ese día, la contemplé, confundida, sentía que se burlaba de mí. 

—Perdón por eso. —Travis se paró junto a mí, con la cabeza gacha. 

—¿Por qué lo hiciste? 

—Ya te dije mis razones. —levantó la mirada, y aproveché para apreciar sus ojos. 

No podía estar molesta con él; cuando leía el libro, y notaba lo mal que de a momentos lo trataba Abby, siempre decía que yo jamás podría hacer algo así con él. Y ahora, que las cosas eran distintas, me sentía la Abby de mi propio libro. 

Suspiré, y le dije:

—Vamonós de aquí. 


Maravilloso DeseoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz