Lortess

Miles de historias se han contado sobre el día en que el mundo llegó a su fin, grandes cambios ocurrieron en la tierra donde los humanos vivían. Se dice que durante el siglo veintiuno la crisis energética y la contaminación habían comenzado a crear el caos, las ciudades colapsaban al ritmo de la siniestra melodía del tan afamado apocalipsis. Fenómenos tras fenómenos poco a poco mostraban las señales de una naturaleza herida que trataba de retomar lo que por derecho le pertenecía, hasta que un día por fin lo logro, y el sueño blanco lleno de frío acobijó al mundo que tanto daño le hizo; una nueva era de hielo había comenzado.

Tercos como ninguna otra especie, la humanidad no se dió por vencida, creían en que un milagro aparecería y les devolvería al mundo al cual estaban tan acostumbrados. Viviendo en desesperación y muerte gracias a las terribles condiciones climáticas, su milagro llegó bajo el nombre de “Lortess”. Científicos de todo el mundo se habían reunido para desarrollar una máquina que lanzarían al espacio para solventar su problema, su misión era simple, controlar y estabilizar el clima y la temperatura terrestre al mismo tiempo que absorbía los desechos tóxicos y contaminantes que se hallaban dispersos en la tierra para purificarla, parecía una tarea difícil y casi impensable para una máquina.

Pero como es de esperarse las cosas jamás son como se planean. El milagro enviado al cielo explotó en una haz de luz y color mientras era lanzado, el hermoso brillo de los sueños y esperanzas de los humanos causó la apertura de un vórtice inter dimensional que arrasó con parte de la tierra destruyendo todo un continente casi como en una de esas antiguas películas de ficción, aquí fue donde el mundo conocido llegaba a su fin para darle paso a una nueva era. Se dice que las puertas del cielo y el infierno se abrieron liberando las criaturas que habitaban en su interior, la contaminación cobraba vida y bestias mutantes comenzaron a caminar sobre la tierra.

Dragones de todas las formas y colores volaban por ríos y montañas haciendo su hogar los cielos del nuevo mundo, Esfinges gigantescas del tamaño de montañas o tan pequeñas como un león paseaban atacando a los viajeros que pasaban por sus territorios, ángeles hermosos y de esplendidas alas descendían a la tierra, demonios malvados se hacían pasar por humanos en busca de sus almas, gigantes de piedra, hielo, lava y carne rugían en los bosques de hielo, zombis, una plaga que se extendía sobre el mundo se salía del control de todos, vampiros deformes y arrogantes, lobos grandes y agresivos que vagaban por el frio hielo en busca del calor de la sangre humana; eran incontables las miles de especies que surgían y atacaban tratando de conquistar la tierra, bajo el mando de cuatro monstruos deidades el mundo de lo anormal arremetía contra la débil humanidad.

¿Cómo la humanidad podría sobrevivir a tales eventos?, la respuesta nació del mismo problema, un héroe salido de la gran explosión causada por el Lortess descendió de los cielos resplandeciendo al mundo con su presencia, tenía poderes asombrosos y habilidades únicas para otorgarle poder a la materia, así fue como creó objetos que llamó legendarios, los cuales poseían cualidades fuera de lo común. Su visión del mundo se volvió el himno de los supervivientes y por siglos sus actos de guerra contra lo anormal establecieron las normas que rigieron a este nuevo mundo. Religión, lenguaje, costumbres el nuevo conquistador de la tierra había domado a lo anormal y establecido un nuevo orden.

La paz en el nuevo mundo de hielo parecía establecerse más y más a medida que la guerra contra lo anormal se tornaba en alianza a pesar de que algunos se oponían a ello. Sin embargo, ninguno era rival para el héroe del vórtice… un héroe que se llamó a si mismo Sir Loryan de Lod.

Los años pasaban y la tierra parecía curarse a sí misma, en algunos lugares del globo terrestre el hielo se derretía y la belleza de los trópicos aparecía para enamorar a las razas que habitaban el nuevo mundo.

Han transcurrido trescientos setenta años después de la nueva era glacial, el mundo actual ha pasado por incontables cambios luego de que el instrumento anti contaminación Lortess fue activado y el planeta sido salvado por Sir Loryan. La nueva era ya había logrado establecer un ambiente como el que sus antepasados recordaban, la tierra habitada por la humanidad y las criaturas sobrevivientes a la guerra, quienes habían hecho un trato con el héroe del vórtice, vivían tranquilamente en todos lados. Un nuevo amanecer ha surgido y con el pasar del tiempo, la leyenda del Lortess se transformó en un sutil rumor, aquella de ser un objeto de destrucción que acabó con la vida conocida se había distorsionado a uno sobre la capacidad de cumplir cualquier deseo. Se dice, que Sir Loryan lo ocultó en una ciudad secreta, alejada del ojo avaricioso de la humanidad y de las garras de lo anormal, se rumora que aquél que posea la mayor cantidad de objetos legendarios podrá encontrarlo, ¿pero acaso serian mentiras?, ¿acaso podía cumplir deseos o simplemente trataba de evitar otra crisis?, sea como fuese esas interrogantes jamás consiguieron respuesta.

El nuevo mundo ha caído de nuevo en la confusión y se ha divido tras la misteriosa desaparición de su héroe. Naciones, ciudades, poblados y reinos fueron fundados por aquellos que eran más allegados a él, quienes con la ayuda de  los objetos legendarios más poderosos, podrían dominar el nuevo monopolio social que estableció Sir Loryan antes de su partida, las ciudades sin nombres adquirieron nuevos calificativos, llamándose de la misma manera que el hombre que la encontraba y la llamaba suya. Así es como la nueva era se ha manejado, todo un continente trabajando como un país, cada país trabajando como una ciudad más. Militares fueron formados para la protección de la población, creados para servir y defender a la humanidad de los ataques de grupos que desaprobaban la unión del nuevo mundo o simplemente agresores de la paz y la normalidad.

Esta es mi historia, la de un típico individuo que va en la búsqueda del poder en un mundo sumido en confusión.