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Los días pasaban muy rápido; el tiempo se perdía entre clase y clase, escribir ensayos, estudiar para exámenes y los pensamientos diarios que me rondaban todo el día.

Mis calificaciones iban bien, no me podía quejar; pero siempre solía gastar más horas en mis actividades de ocio, esas eran: dormir, leer la mayoría del tiempo y escuchar música, podría decir que eran mis actividades diarias muy aparte de la universidad.

Tenía mis auriculares puestos mientras atravesaba el campus, cuando la canción siguiente empezó a reproducirse sonreí y recordé, recordé las letras acompañadas por los instrumentales solo que esta vez tenía la voz del cantante original, no de Harry.


Imagina, eres la reina de todo,

todo lo que alcanza la vista

está bajo tu mando,

yo seré tu guardián,

cuando todo se esté desmoronando,

para sujetar tu mano...


También recordé como esa noche él no me pidió razones ni explicaciones, solo estuvo cantándome como un ruiseñor le canta a la luna rodeándose de la sombra y quietud de la noche. Nunca me cansaría de escucharlo cantar, cantar para mí cuando esté feliz, cantar para mí cuando quiera llorar, cantar para mi cuando sólo necesito escuchar su voz; la rasgada, ronca y grave voz que me puede producirme escalofríos junto a emociones explosivas en mi interior.

-¿Lianne? Es la tercera vez que te llamó. -parpadeé para ver a Adam frente a mí. Estas últimas veces lo he visto casi frecuentemente como cuando solo me miraba, pero ya no resultaba para nada perturbador e intimidante.

Había veces en las que Adam se encontraba a una distancia más lejos de donde yo estaba, pero eso no le impedía llamar mi nombre mientras movía su mano en señal de saludo. Lo que me hacía ruborizar y ponerme algo nerviosa, aún no me acostumbraba a tenerlo a mi alrededor, fue una forma muy curiosa de como empezamos a hablar.

-Lo siento, siempre paro distraída. -me disculpé, sonreí. -¿Cómo estás? -pregunté.

-Estoy estupendamente, -siempre sonreía. -¿Escuchaste lo que te pregunté? -oops.

-Oh, ¿Qué era? -pregunté apenada.

-Te pregunté si habías escuchado sobre el paseo que organizará la asamblea de alumnos, ¿Te gustan las fogatas? -¿Por qué nunca me enteraba de nada?

-Al parecer nunca se lo que ocurre aquí, -le dije. -y ¡amo las fogatas!

Sólo había ido estado en una fogata dos veces, y ambas veces fue cuando me fui de campamento con la familia de mi papá; admitía que al principio no quise ir porque nunca había pasado mucho tiempo con ellos, no eran muy cercanos. Pero al final, todo salió genial y la pasé de la mejor forma y anhelando un próximo campamento; por supuesto las fogatas eran una de mis partes favoritas.

-En ese caso, ¿Nos vemos ahí? -me miró esperando una respuesta. ¿Harry iría?

-Estaré ahí.

***

-Sabía que estarías aquí. -coloqué el separador de libro y alcé la vista. Harry vestía sus botas marrones más usadas, pantalones negros y una camiseta blanca lográndome quitar el aliento. ¿Sabrá las reacciones que me provoca?

-¿Tan predecible soy? -bromeé.

-Eres una de las pocas que realmente viene a leer a la biblioteca, y no a dormir o usar internet. -sonreí orgullosa por dentro. Si miraba a mí alrededor las personas dormían escondiéndose entre sus brazos o solo venían por la buena señal wi-fi.

Salimos de la biblioteca, ya que no se podía hablar dentro, era una regla. Nos sentamos en el césped, espalda contra espalda apoyándonos en el otro; me contó que su presentación era en dos días y las cosas que ocurrían en los ensayos con sus compañeros de banda, me gustaba escucharlo con esa chispa de entusiasmo y felicidad cada vez que hablaba de cosas como esas.

Cuando el tiempo pasó y era hora de ir a casa, caminamos hasta la parada de autobuses. Tomamos uno de los muchos asientos vacíos al final del autobús; tomé el asiento de la ventana, dejando a Harry al lado del pasillo. Mi vista se concentró en ver las luces de la noche, cuando volteé en su dirección me estaba brindado uno de sus audífonos, los cuales acepté y volví a mirar las calles pasar mientras una de las canciones de Two Door Cinema Club sonaba para nosotros.

Cerré los ojos y pude sentir su cabeza acomodarse en mi hombro; a pesar de que él era más grande que yo, sus largos rebeldes rizos también caían en mi hombro. ¿Alguien podría tomarnos una fotografía, por favor?

Canción tras canción cerré mis ojos, cuando los abrí noté que quedaban pocas calles antes de que Harry abandonará el autobús. Lo analicé y él tenía sus ojos cerrados, al igual que yo minutos atrás. Susurré su nombre y abrí los ojos, mostrándome ese increíble verde; la música desapareció, cada vez estábamos más cerca de su parada final.

-Nos vemos. -me despedí sonriente.

-¿Irás a verme, cierto? -me preguntó.

Recordé su mensaje de texto.

"Buenas noticias! Tocaré la otra semana con la banda en Bohemia y te quiero ahí. xx"

Te quiero ahí...

Te quiero ahí...

Te quiero ahí...

Sonreí aún más.

-Estaré ahí.

-¡Genial! -se alegró. -Audrey también irá, podrían ir juntas ¿cierto? No quiere ir sola.

Te quiero ahí...

Te quiero ahí...

Te quiero ahí...

Te quiero ahí...para que Audrey no vaya sola. -le faltó completar el mensaje.

Respiré muy calmada para no decir nada malo y dejarme en evidencia. Me quedé callada y solo sonreí, si es que en realidad pude simular bien una sonrisa.

Seguí sonriendo hasta el momento en que se despidió y dejó el autobús, dejándome con una interrogante.

¿Realmente me quería ahí?


***

Hola! Fin de semana wuuuuju! *está en pijama mientras todos se divierten*

2:10 am, no se pierde la costumbre ;) lamento la demora, soy muuuy floja.

Cierto, cuando puse "Ruiseñor" en negrito y en cursiva es porque no sé si lo habrán notado pero Nightingale en español es so, ruiseñor *que original soy*

Pues quería darles a entender de que iba la historia, básicamente de donde provenía el título para que no piensen *y... sheila que se fumó? osea que tiene que ver el título con la historia?*

Bien...buenas noches, ahora sí a dormir.

Tengan un domingo genial!


Nightingale » h.sWo Geschichten leben. Entdecke jetzt