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Ugh lamento la demora pero tenía el cerebro seco, creo que no le queda más de 10/11 capítulos a Nightingale; no estoy muy segura, mi libreta donde planeé la línea de tiempo de la historia esta en un cajón y me da pereza levantarme.

En serio trato de actualizar, pero a veces las ganas no me llegan y es algo frustrante.

Feliz semana santa a todas, espero se hayan exorcisado un poco en misa ;) 

Tengan un buen fin de semana.

Las amo, xx.

***


Volví a cerrar el libro que sostenía en mis manos, había estado tratando de leer la misma página por tercera vez; pero simplemente no estaba, mi mente no se encontraba aquí.

Sabía donde se encontraban mis pensamientos en contra de mi propia voluntad, pero hay cosas que uno no puede evitar. Pero hay algo que si logré evitar últimamente, y fue a Harry.

Desde presenciar en beso en primera fila entre él y Audrey no pude dejar de sentirme relevante, olvidable y de algún modo desechable; porque de algún modo mi lado ingenuo se imaginó dejándolo todo por mí, después de el esperado beso. Sonaba de algún modo alguna clase de ficción pero ahí estaba, lo había pensado.

Así que traté de pasar desapercibida los siguientes días, lo cual he notado que hago siempre que ocurre algo; lo que funcionó hasta el día de hoy, cuando ya no tuve excusas cuando quiso que lo acompañe a una tienda de música.

—Estas muy ocupada últimamente, —dijo mientras caminábamos por la acera; tenía aquella chaqueta marrón que me encantaba. —llegué a pensar que te escondías de alguien.

Sí, de ti.

—He estado avanzando mis proyectos últimamente, tal vez sólo no coincidíamos. —me defendí, y me alegraba un poco que haya notado mi ausencia.

Sentimentalmente tampoco.

—¿Cómo ha ido lo de tus padres? —preguntó y no supe como responder.

—Creo que no ha empeorado o mejorado, ya me he acostumbrado ¿sabes? —conté. —A veces preferiría que se separen de una vez.

Harry sabía la situación de mis padres, fue el primero en saberlo y me preguntaba de vez en cuando como ahora. Yo no sabía en que se encontraban actualmente, pero sé que aún no habían arreglado sus cosas. Pero algo que no pude evitar preguntarle a mi padre una noche fue si había engañado a mi madre.

—Sólo dime si la engañaste o no, no quiero los detalles. —calmadamente le pregunté mientras cenábamos los dos solos.

—Cariño, no sé como se te pasó por la mente eso pero te aseguro que...

—Lo siento, pero es lo único que se me puede ocurrir para que las cosas hayan cambiado tanto. —yo extrañaba mi ambiente familiar, y quería hacérselo saber. Así como quería saber quien era el culpable.

—Escúchame, puedo jurar que no he engañado a tu madre ni una sola vez. —dijo mirándome sin titubear, seguro de lo que decía y totalmente expuesto.

Ahí supe que me decía la verdad.

—Aquí es, —dijo sosteniendo la puerta de la tienda para mí. —no compro mis cuerdas en otro lugar que no sea este. —sonrió en mi dirección.

Me puse a recorrer el lugar, distintos instrumentos que no tenía la menor idea de cómo tocar; la tienda estaba concurrida por chicos de nuestra edad, algunos con perforaciones, otros simples chicos.

Cuando sentía Harry llamar mi nombre me acerqué al pasillo donde se encontraba, frente a él tenía un grande órgano el cual se veía muy costoso. Me dio a sujetar la bolsa donde se encontraba lo que había encontrado y volteó otra vez hacía este.

—Mira lo que encontré. —dijo antes de encenderlo y empezar a desplazar sus dedos por las teclas creando una agradable melodía.

—Me dijiste que tu hermano era el que tocaba. —dije con confusión.

—Y él toca, —siguió tocando— pero me dijiste que querías aprender cuando nos conocimos así que he estado aprendiendo estos meses para enseñarte. —dijo y yo encontré eso realmente dulce. —Aún quieres aprender, ¿no? —preguntó sonriéndome esta vez.

—Claro, me encantaría.

Caminábamos ahora en una plaza donde había varias piletas, ya era de noche así que estas se prendían de distintos colores, era hermoso.

Nos sentamos y me sentí como si nada hubiese pasado, no tenía la incomodidad que pensé que sentiría pero aún esta eso que me molestaba un poco.

Lo observé mientras él hablaba, no podía escucharlo pero si observar toda su atención en mí y en lo que decía; sus labios entreabrirse de la forma que hablaba tan pausadamente y en lo único que podía pensar en ese momento es que quería volver a besarlo.

¿Podría simplemente inclinarme y besarlo?

No, claro que no podía. Aún estaba ese nombre al igual que la primera vez.

Cuando volví en mí noté que Harry había dejado de hablar y ahora me observaba; tal vez había sido muy obvia en mi examinación, pero nos quedamos así, observándonos.

—Quiero besarte. —cortó el silencio que habíamos creado.

Yo también, quise decir pero no lo hice.

—Yo...aquella vez pensé que...pensé que tú...—comencé a decir atropellando mis palabras.

—¿Yo qué? ¿Qué estaba ebrio? —lució un poco ofendido. —No lo estaba, y tampoco lo estoy ahora, y se muy bien que es lo que estoy diciendo. —se acercó peligrosamente hacía mí, lentamente.

—Pero tú, yo no...Audrey. —logré soltar.

Audrey y yo ya no estamos juntos. —él dijo y yo no sabía si había escuchado bien.

—¿Q-qué? ¿Desde hace cuánto? —pregunté asombrada.

—Dos semanas. —El alivio me invadió y aunque quería preguntar el motivo del rompimiento no lo hice.

Aún seguía muy cerca a mi rostro, y noté que mi única excusa para no probar sus labios ya no existía.

Sujeté sus rizos cerca a su nuca y me acerqué aún más si era posible, entreabrí mis labios anhelando el toque. No me había declarado amor, ni sentimientos hacía mí; pero él dijo que me quería besar, y yo también quería hacerlo.

Así que, ¿Por qué no?

Pegué mis labios a los suyos.


Nightingale » h.sWhere stories live. Discover now