Juguete Sexual (Eunhae +18)

This Is Love

"El dinero mueve al mundo, es todo lo que importa.
El dinero da todo.
Da amor.
Da felicidad.
Y si no da todo eso, entonces simplemente puede comprarlo.
El dinero es la fuerza más poderosa del mundo.
Solo eso, únicamente eso puede hacer feliz a la gente.
Y hacerme feliz a mi."

El hombre que está en su balcón con una botella de licor en la mano y un celular en la otra, reflexiona silenciosamente sobre lo que hará ahora. Su siguiente paso,su próximo movimiento.
El gran Choi Siwon camina de un lado a otro, esperando a uno de sus empleados o mejor dicho a su guardia de seguridad.

- Ya viene en camino señor, pronto vendrán - dice el sujeto que no se ha despegado de la puerta con un arma en mano.
- No me interesa, ordené que lo trajeran y así debe ser, por algo les pago - gruñe el heredero de la familia más rica de todo Corea.
El celular vibra en su mano, le da la espalda a esa persona y contesta.
- Buenas tardes.
- ¡Hola señor Siwon!
- Oh, hola señor Lee ¿Cómo está? Es una sorpresa escucharlo - contesta Siwon con un cambio drástico de humor.
- Estoy bien, lamento mucho molestarlo, pero con lo del trato de la empresa de los otros "Lee" acá en China, es difícil tener tiempo, este mes casi no he podido hablar con mi hijo mas que por mensajes de texto y la verdad me preocupa mi hijo Donghae.
En los labios de Siwon se dibuja una sonrisa maliciosa.
- No debe preocuparse, él está bien, fue de viaje con Ryeowook y la verdad no se cuando regresen. Ambos estaban estresados y quisieron divertirse - explica con una expresión cínica en su rostro.
- ¿De verdad? eso me alegra mucho, yo apenas regresaré en unas semanas, espero poder llamarlo o que él llame. Sin embargo se que contigo está en buenas manos - una risita se escapa de los labios de Siwon.
- Mh, por supuesto que sí señor, sabe muy bien que yo quiero mucho a su hijo y jamás le haría algo malo.
- Eso me alivia bastante, gracias señor Siwon, lamento molestarlo solo para eso.
- No se preocupe, para eso estoy, en cuanto sepa de él le avisaré.
- Muchas gracias, bueno, me tengo que despedir, gracias por su tiempo - dice más tranquilo la voz de la otra línea.
- No señor, no se preocupe, hasta luego - dice amablemente colgando el celular.
Apoyando su mentón sobre sus dedos, dice con un tono posesivo. - No se preocupe señor, que su hijo pronto volverá a mis manos, y nunca más lo dejaré ir.
La puerta que da al lujoso balcón se azota, rompiendo el tranquilo ambiente pasándolo a uno lleno de gritos y jadeos.

- ¡Hijos de puta! ¡Sueltenme con un carajo! - ambos hombres sueltan el pequeño cuerpo de Ryeowook sobre el pasto.
- Hola señor Kim - Siwon le entrega el celular y la botella al más grande de los guardias y luego se inclina hasta su altura -¿Cómo estas? gracias por aceptar venir.
Ryeowook aprieta los dientes, conteniendo toda su furia.
- ¿Para que mierda me trajiste? sabes bien que jamás te diré donde esta Donghae - se levanta del suelo, sacudiendo su ropa.
- Claro que lo se, eres el mejor amigo de mi novio.
El rostro de Ryeowook se crispa por el asco.
- ¿Cómo puedes ser tan sádico? ¿Cómo puedes llamarlo "novio", después de todo lo que has hecho? - pregunta con verdadero terror - Tú estas enfermo Siwon.
Este lo fulmina con la mirada, lanza un golpe y la cara del chico se desfigura del dolor. El puño de Siwon hace una reacción inmediata en su estómago dejando escapar una gota de sangre de sus labios.
- ¿Enfermo? yo amo a Donghae, tienes razón, estoy obsesionado y estoy enfermo de amor por él, no puedo vivir sin él, no puedo estar sin él, no puedo estar sin ver ese rostro tan feliz e iluminado - toma su cabello arrastrandolo un poco y dejando la cara de Ryeowook a su altura - No tienes idea de nada.
Lo avienta contra el piso, para luego levantarse sacudiendo su traje.
- Llevenlo al sótano - ordena mientras vuelve a asomarse por el balcón.
- Ni creas que te dejaré tocarme... prefiero morir antes de sentir tus asquerosas manos encima de mi Siwon... - este ríe ante el comentario.
- Tranquilo Wookie solo imagina que soy tu amado Yesung ¿Lo recuerdas? como lo hacíamos antes.
Esas palabras llegan como un golpe más doloroso que el que acaba de recibir, sus ojos se vuelven cristalinos de inmediato, baja lentamente la mirada sin poner más resistencia y deja que al fin los corpulentos hombres se lo lleven.