Capítulo 1- Esperanza

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ALEXANDER

 Como todos los días del año, de mis recién cumplidos mil años, me sentía solo. Mi mejor amigo Jackson, Jack para mí, siempre me decía que intentase divertirme, coquetear con otras vampiras, con humanas si fuese necesario. Yo no quería ninguna vampira para un sexo rápido o una humana par coquetear, los dos sabíamos lo que necesitaba, MI compañera.

  Para él era fácil decirlo, había encontrado a Vanessa hace 500 años.

  Les envidiaba, y más ahora que iban a tener un hijo.

  Me empecé a concentrar plenamente en mi trabajo a mis 600 años. El dos siglos y medio había conseguido muchas cosas; entre otras, una organización jerárquica perfecta, varias organizaciones para conseguir dinero o donantes de sangre, agentes para borrar todo rastro de cazadores de vampiros, nada de delincuencia vampírica...

  Y en tres días daría el paso final, la libertad de mi pueblo, la revelación de nuestra raza a los humanos. Y si había guerra, lucharíamos. 

Como rey de todos los vampiros, cargaba un gran peso, y aunque tuviese a diez duques a mi disposición ( elegidos por mí personalmente, donde incluía a Jack ), el peso no disminuía.  Miré por la ventana; estaba amaneciendo. En contra a lo que los humanos pensaban, un vampiro puede estar despierto de día y de noche, y sólo descansaba cuando le apetecía o estaba herido; aunque es verdad que de noche éramos más poderosos. Éramos rápidos y fuertes, con todos los sentidos agudizados. En cuanto a dones, podíamos convertirnos en lobos y hablar telepáticamente y no teníamos más enemigos que los caza vampiros. Moríamos si nos cortaban la cabeza o de viejos (vivimos todo lo que queremos hasta que nuestro primer hijo cumplía su milenio y medio).

  Luego entra el tema de los compañeros. Siempre te unes con un humano o humana que portase tu marca (un tatuaje que tienes en la palma derecha de tu mano) y no, NUNCA transformas a tu compañer@ en vampiro, él o ella bebe de tu sangre para mantenerse sano y joven; si ella deja de beber de tí, envejece. Claro, tú también bebes sangre de tu compañer@.

  Oí uno par de pasos por el pasillo, y el olor de Jack y Vanessa inundó mis fosas nasales.  Treinta segundos más tarde entraron los dos.

  "Hola Alex. ¿Qué tal estas?" Vanessa preguntó sonriente.  

"Bien, gracias señorita Vanessa." 

Jack bufó.

  "Deja de formalidades hermano. Pareces más viejo."

  "¿Y no lo soy con mil años de antigüedad?" 

"Ya me estoy apiadando de ella."murmuró Vanessa. 

"Si la encuentro." 

Siempre que hablábamos terminábamos con el mismo tema. Lo odiaba. Me hacía más miserable, solitario. Vanessa decía que ella estaba cerca, que vivía en este siglo. Y es la razón principal por la que dejé Transilvania atrás y vine a Londres. A esta gran mansión que se convertía en una celda más asfixiante cada día. 

"Eres un buen vampiro, justo y protector. Un buen rey. Tus padres estarían orgullosos y tu compañera te amará." Me volvió a sermonear Jack. 

El pasado vuelve a mí, pero me niego, no voy a volver a mirar atrás, es demasiado doloroso.

  "¿Qué pasa?"

  Jack torció los labios formando una mueca de disgusto, había cambiado de tema. 

"Todo está preparado para la 'Gran Revelación'." Así lo había apodado él al día que anunciaríamos nuestra existencia. 

"¿Y las armas y los guerreros?"

  "También." 

"Gracias, podéis marcharos."

  Los dos asintieron e inclinaron la cabeza como señal de respeto, abandonando mi despacho.

ELISABETH

  Solté un gemido de dolor. Me dolía mucho los dedos, los tenía llenos de heridas y cicatrices. Como todo mi cuerpo. Mis rodillas, mis brazos, todo.

  Está oscuro en el sótano, no entra la luz. Estoy agotada, sólo había dormido cinco horas.  Oí unos pasos pesados cerca de la entrada. Me reguardé en la esquina de la sala.  Un hombre alto, fornido y con la cara llena de cicatrices entró. Nike, el novio de mi hermana. 

Se me acercó y me golpeó con fuerza en la cara. Otra vez, y otra. Se me llenó la cara de lágrimas. Sollocé por lo bajo.

  Más tarde entró mi hermana. 

"Vamos, sal de aquí rata, y encargate de limpiar la casa, afilar las armas, y ¡no me decepciones!"

  Asentí, y mirando al suelo, salí de allí. El sol golpeó con fuerza en mis ojos, pero no paré de caminar. 

Cogí el trapo de la limpieza y comencé con las tareas.

  Aún recuerdo cuando mi hermana Jessie y yo nos llevábamos bien. De eso un año, ¿o dos?

  En aquella época nos llevábamos genial, íbamos de compras, salíamos de copas... Hasta qué nuestro mundo se derrumbó, o al menos el mío.

  •Flashback•

  Lancé la flecha y acerté de lleno.

  Me di la vuelta y me encontré con la sonrisa de mi padre.

 "Muy bien hija. Sigue así." 

Habíamos ido a escalar a la montaña, a nadar con los tiburones, a hacer paracaidismo...

  Lo de siempre. Había recibido la educación de soldado por mi padre y mi hermana. 

Mi padre estaba orgulloso de mí, decía que era igual de bella que mi madre. Tenía sus ojos violetas, su pelo negro, su figura de delicada bailarina, su tez pálida, su sonrisa.  Ella había fallecido al nacer yo, pero decían que fue una gran mujer. 

•Fin de Flashback•

Un fuerte golpe me devolvió de lleno a la realidad.  Miré hacia arriba y me encontré con los oscuros ojos de mi hermana. 

"¡Venga, trabaja!"

¿Qué he echo yo para merecerme esto?

Marca de SangreWhere stories live. Discover now