Capítulo 8 "Fuertes vientos"

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Las clases de piano que Cat tuvo al otro día, parecían querer crespar sus cabellos. Resulta que el chico estaba hasta en su sopa. Todo comenzó cuando su padre, conversó con Charles y el príncipe dijo de su gran 'don' con el instrumento. La chica estaba media distraída últimamente, así que el rey vio conveniente que el muchacho la ayudara.

-No pongas las manos así-dijo Charles sentándose a su lado-Es mejor así.

El profesor se limitaba a ver como los jóvenes discutían.

-Toda mi vida los puse así-murmuró ella girando su cabeza para el lado contrario.

-Sería más fácil enseñarte si no fueras tan testaruda.

-Para eso esta el señor Ludwin-replicó mirándolo nuevamente.

-Tu padre dijo que necesitabas ayuda, así que creo, deberías obedecerme-el príncipe tuvo ciertos aires de superioridad en su voz, haciendo que ella se exasperara aún más-No seas una niñita.

Eso fue el colmo para que Catherine se levantara del banco y se pusiera frente al profesor Ludwin. Lo miró, giró sus ojos apuntando a Charles y luego frunció sus labios y abrió sus ojos, dándole a entender que lo despachara de su clase.

-Alteza, em...-el hombre se hallaba en un gran aprieto-Creo que podríamos disponer de sus servicios por un...rato habló dudoso mirando a ambos-El ambiente esta un poco tenso, ¿no le parece?

El joven, bastante mas testarudo que la chica, se levantó del asiento y puso cara lastimera. Habló dirigiéndose a él.

-Le parecerá una insignificancia, señor, pero el rey me suplicó que ayudara a su pobre e inatendida alumna-Cat pegó un respondo. ¿Él le había dicho inatendida?-Permitame ayudarla y hacerle que entienda las cosas básicas o al menos esenciales de este hermoso arte, que usted tanto domina y honra con sus hábiles manos.

Era obvio que Charles estaba extorsionandolo con palabras bonitas. La chica parecía tener su boca colgando, mientras que el profesor despedía brillitos de luz por sus ojos.

-Alteza Catherine, su alteza el honorable príncipe Charles tiene razón, permitale enseñarle. Según veo tiene ese don que usted tal vez no poseé...

Ella llegó a su limite. La paciencia pareció salirsele del cuerpo y un tic en el ojo izquierdo le apareció al escuchar esa locura por parte del profesor Ludwin. Ella era la mejor de todas las princesas. Había estado en cientos de espectáculos y hasta había recibido trofeos por el primer lugar. No aceptaba que la rebajaran con esa mentira.

-Usted sabe muy bien como se tocar, profesor-dijo ella molesta.

-Entonces, no debería molestarte compartir trucos ya claros para ti, ¿o no?-cuestionó el rubio.

No siguió discutiendo, sólo se acercó al banco nuevamente y de mala gana, para continuar con la tediosa clase.

...

-¿A dónde dijiste que debías irte tan rápido?-volvió a preguntarle como si fuera su padre.

-¡¿Qué tanto te importa?!-gritó alejándose al final de la clase-Vete a molestar a otra parte.

Cat quería irse del castillo, como había dicho ayer, para visitar a sus amigos y cantar con ellos, tal y como había hecho ayer. Aunque también, para alejarse de Charles y sus hábiles 'dedos' pianistas.

-No me importa, esta claro-respondió él a la pregunta.

-Bueno, entonces déjame tranquila.

Se alejó rápidamente de allí y se encaminó hacia los jardines, para luego atravesarlos y llegar nuevamente a la fortaleza. Ya era común para ella pasar al otro lado, así que simplemente se bajó y salió a las tierras salvajes.

Catherine, sintió una punzada en su costado, cuando estaba llegando a donde se suponía estaba la jauría. Un mal presentimiento la inundó y corrió hasta el bosque. Su corazón estaba agitado, y ni se había percatado de quitarse el vestido. Escuchó tiros cercanos y algunas balas que chiflaban. En vez de importarle que alguna la alcanzara, apresuró su paso.

El silencio apareció repentinamente. Ya no se escuchaban balazos. El viento se hizo mas fuerte y una tormenta amenazó con avecinarse. Todo pareció nublarse cuando Catherine llegó a la manada y vio que la madre de Todd intentaba curar su herida sangrante.

-¿Qué te ha ocurrido?-preguntó la chica corriendo hacia él.

Supuso que uno de esos balazos había chocado con el pequeño lobito. Estaba llorisqueando y sangre se escapaba de su pata derecha. Tanta era siempre su mala suerte, que no había sido suficiente con que fuera pequeño y estuviera cerca del suelo. Ahora estaba herido.

La chica no lo dudó. Sin importarle que su madre incluso le gruñera, tomó al cachorro en brazos y comenzó a llevárselo para el castillo. La loba la siguió, pero no opuso resistencia a que lo ayudara. El viento parecía ser mas fuerte cada vez, así que ambos se esforzaban por llegar a donde la joven cuidaría de él. Con pasos firmes, logró ponerlo en los establos y acostarlo en el suelo cubierto de heno. El pequeño parecía tranquilo, pero demostraba el dolor en su mirada.

Aprovechó que su relación con el veterinario real era buena y lo llevó hasta donde estaba Todd. La cara del hombre cambió rotundamente al ver que un cachorro de lobo estaba recostado allí, como si nada.

-Alteza, usted esta tratando con un animal salvaje...

-No importa-ella se bajó a la altura del peludo y acarició su cabeza-No le hará daño.

El doctor dudo un poco al principio, pero cuando se acerco a él, no lo mordió. Estaba muy adolorido como para pensar en que un humano extraño estaba tocandolo. Pudo extraer la bala con cuidado, y vendar la pata del pequeño.

-Gracias.

El hombre asintió y se fue rápidamente del lugar, como si el viento lo asustara. Por la puerta entró Charles y se acercó corriendo a la chica que permanecía sentada, tranquilizando a su amiguito.

-Ca...

El joven se detuvo al ver lo que ella estaba acariciando. La miró con la boca abierta, pero luego volvió a reaccionar y caer a la realidad.

-Dicen que un tornado se avecina-Cat volteó a verlo asustada y se levantó rápidamente-Tu padre me dijo que te buscara y que entraras al castillo, que no fueras a las habitaciones superiores, que descendieras al calabozo o a uno de los refugios.

Catherine se asustó mucho y sin dudarlo más, se apresuró a correr hasta la puerta. La necesidad de refugiarse con su familia o ayudar a refugiarlos, fue lo primero que se le cruzó por la cabeza, cegandola.

-¿¡Adónde demonios se supone que vas?!-gritó Charles tomándola del brazo para evitar que se fuera con semejante peligro.

Ella no contestaba, solo forcejeaba para que la dejara. Aunque él tenía más fuerza y no podía safarze. Se desesperó de tal manera, que propició un golpe en la nariz del príncipe y él la soltó, tomándose la parte afectada. Cat comenzó a correr y por primera vez, tomó a su caballo para llegar más rápido. Dejando al pequeño sólo. Su madre se había asustado.

El viento se hacía más fuerte, y el semental de pura sangre luchaba por dar siquiera un paso...

En un momento, parecieron estar atrapados. No se movían. No daban ni un paso hacia adelante o hacia atrás.

El enorme monstruo demostraba estar demasiado cerca.

...

OnO No se que decir...me pone nerviosa esta situacion...

Hasta el proximo capitulo :B ♥

Bailando con lobos ©Where stories live. Discover now