Capítulo 15 "Dramas"

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La manta estaba húmeda y vieja. El diario oxidado y con un leve olor a humedad en sus hojas amarillentas. Cat frunció el ceño al ver que habían muchos dibujos en él. Eran extraños y algo abstractos, pero nada imposible de descifrar. Un pequeño papel cayo de su interior. Más bien, era una carta.

Perdónenme, perdóname, sobretodo tú. No estoy preparado para poseer algo tan importante como tu vida. Ellos tienen poder, ellos tienen más vida y alma que yo. Forma parte de ellos, o no lo hagas nunca."

Cat no supo que era eso. A que se refería esa persona con "forma parte". Tampoco entendía que significaba esa manta vieja y por que estaba junto al diario.

Aún así, se decidió a llevarse esas cosas consigo. Siguió buscando, pero no encontró nada más de su interés. Eso era lo único que había obtenido de la búsqueda. Un viejo trapo y un amarillento diario con dibujos extraños. ¿Por qué las cosas no querían cooperar tan fácilmente?

-¿Cat? ¿Adónde te habías ido?-preguntó Kiara con un dulce en su mano-¡No sabes de lo que te perdiste!-su mirada viajó a lo que la castaña tenía en sus manos-Que asco, ¿qué es eso?

Nerviosa, la chica ocultó los objetos atrás, con sonrisa falsa a su prima que la miraba asqueada. No debía ver esas cosas. Ni ella sabía lo que significaban, además, notaría que bajo al sótano y no entendería muy bien el "no se lo cuentes a mis padres". La adolescente era demasiado impulsiva aveces, tanto que no se daba cuenta de que solía hablar de más.

-Basura-respondió la princesa-Iba a tirarla, adelantate adonde sea que ibas, yo voy en un rato.

Aprovechando de que la había desconcertado un rato, se apresuró para subir a su habitación y guardar esas cosas en una caja fuerte que tenía. No podía dejarlas en cualquier parte, debido a que las sirvientas andaban de aquí para allá, llevando ropa, acomodando sus cosas y ordenando. A cualquier cosa rara, la tirarían o informarían.

Salió de allí, y chocó con la persona que menos quería encontrarse en esos momentos. El príncipe Estorbo estaba sonriendole de forma arrogante. Seguro el chico había notado la molestia en el rostro de ella, así que disfrutaba la situación.

-Disculpa, pero estaba ocupada, nos veremos luego-Cat intentó huir de él, pero obviamente, manejó las palabras para enredarla y detenerla.

-¿Por qué te vas? Sólo quería preguntarte como les había ido. Tu prima parece encantadora.

Eso bastó para que la joven hirviera como agua. Se dio la vuelta y mirándolo con una ceja enarcada, habló.

-¿A qué te refieres con eso?

-Con lo que se supone que me estoy refiriendo-el rubio rodó los ojos, buscando la irritación de la chica-Es agradable, adorable y atractiva-lo decía con tanta naturalidad que Catherine lo miraba con los ojos bien abiertos-Vamos, sólo la estoy halagando.

-¡Podría ser tu hermana! ¿Cuántos años tienes? ¿Treinta?

Ella no le daba tantos. Pero su enojo la hacía hablar apresuradamente. Además, quería mantenerlo lejos de su prima. Lo veía como el típico príncipe engreído que se la pasaba rompiendo los corazones de inocentes chicas.

-¿Tan viejo parezco?-rió-Bueno, la verdad es que esa es una manera bastante original para saber mi edad...

-¿Sabes qué? ¡Déjalo así!

La tutora de Tim apareció por detrás y tocó el hombro de la princesa. Ella volteó exasperada ante el toque, pero se calmó al ver que estaba actuando como una loca. Acomodó sus cabellos rápidamente y escuchó que tenía para decirle.

Bailando con lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora