Capitulo 14

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Después de haber terminado con los cuartos de los gemelos había caminado hasta mi cama, ahora me encontraba ahí, tumbada sobre esta, mirando hacia el techo. La oscuridad se había apoderado de la habitación, en este momento no me importaba, me moría de sueño.

Corría, corría, jamás me había sentido tan libre, el aire helado golpeando mi cara, acompañado de roció, mojándome un poco.

Continúe corriendo, mis pies estaban descalzos, sentía la humedad de la tierra con cada pisada que daba, saltaba ramas ágilmente, veía todo a la perfección, con vida, escuchaba el cantar de los grillos, el suave roce de las hojas al dar con un animal que caminaba por ahí, todo era tan tranquilo, me sentía como parte de esta naturaleza.

Un lobo negro de ojos azules choco conmigo, dejándome caer en la húmeda tierra, el lobo negro se posiciono frente a mí, me dio un lametón y me olfateo.

Me levante del suelo, con el lobo de ojos azules a mi lado, comenzamos a correr otra vez, juguetonamente nos dábamos empujones al correr.

Paramos abruptamente nos encontramos con un gran lago, ambos nos sentamos, como si estuviéramos sincronizados, el lobo de ojos azules enterró su cabeza en mi cuello, dejándola ahí, comencé a agachar la cabeza, dejándome ver nuestro reflejo en el rio, un lobo negro tenía la cabeza en el cuello de un lobo negro de ojos morados, una extraña combinación.

Abrí los ojos lentamente, este sueño había sido tranquilo, Solté un suspiro, ya tenía algo de tiempo en el que no soñaba estas cosas, Jason siempre aparecía en esta clase de sueños y el lobo negro de ojos morados, que suponía era yo, pero se me hacía casi imposible el poder verme en mi forma de lobo.

También era imposible encontrar al lobo, dueño de toda clase de tus sueños y ahora estas con él.

Susurro una vocecilla rara, en mi cabeza.

Me di la vuelta en la cama, percatándome de que eran las dos de la madrugada. Intente dormirme de nuevo, di vueltas en la cama, por lo que yo suponía dure horas, aun no podía dormir.

Me levante, camine hasta llegar al balcón y me quede ahí, sentada en la pequeña silla reclinable, acompañada de la oscuridad de la noche, quería dibujar, pero me era difícil hacerlo sin luz, y no quería que mi madre viniese regañándome para que ma acostara, ya suficiente había tenido con el castigo.

Cuando lo parpados de mis ojos comenzaron a cerrarse, conciliando por fin el sueño, escuche un estruendo, no muy fuerte, al que no le hice caso, después caí en los brazos de Morfeo.

(...)

Me di la vuelta en la cómoda cama, casi sentía estar en las nubes, talle mis ojos lentamente, intentando desparecer todo rastro de somnolencia, al abrirlos me encontré con... Un momento, yo recuerdo haberme quedado dormida en el la silla del balcón, y obviamente este no era mi cuarto, esta habitación tenia las paredes azul marino, pero no le quitaba iluminación al lugar, los muebles eran café chocolate, casi negro.

Me levante rápidamente de la cama, camine hasta la ventana más cercana y me asome por esta, se parecía a mi calle, ¿Quién vive cerca de mi casa? DOMINIC. El maldito quien sabe cómo había logrado llevarme de mi casa hasta acá sin darme cuenta, según yo, tenía el sueño muy ligero.

Ya era de día, suponía que eran las ocho, pero no estaba muy segura. Di vueltas por la habitación, intentando que mis pasos no se escucharan, ¿Sabría Sophie que yo me encontraba en la habitación de su hijo?

Sentí mucha ansiedad y preocupación, estaba segura que esas emociones no eran mías, así que solo correspondían a una persona; Jason.

Escuche la cerradura siendo abierta, por lo que me tire rápidamente sobre la cama, cubriéndome con las mantas, haciéndome la dormida. La puerta fue abierta segundos después, escuche unos pasos ligeros, acercándose cada vez al lado donde yo me encontraba acostada, luego escuche unos por la puerta, siguiéndole a la persona que se encontraba a mi lado.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora