Confrontación

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- ¡¿Dónde están mis cosas?!

-Maylene apresúrate. Si no estamos listos para cuando Lady Elizabeth venga a recogernos no nos llevarán al viaje.

-Oigan... ¿Está mal si llevo mis armas conmigo?

- ¡Por supuesto que está mal!

Desde muy temprano Bard, Finni y Maylene estaban alterados haciendo un gran escándalo mientras preparaban sus cosas para el viaje. La señorita Elizabeth no tardaría mucho en llegar y no querían olvidar nada.

-...Qué molestos... - Dijo Ciel quién estaba acostado en su cama con los pies colgando mientras cubría su cabeza con una almohada, como si eso pudiera callar el bullicio de sus sirvientes que se escuchaba hasta su habitación.

-Parece que están muy animados ¿No lo cree? - Comentó Sebastian mientras terminaba de empacar las cosas de su amo.

-Eso parece...

Pasaron dos días luego del raro enfrentamiento en el despacho. Sebastian continuó como si nada hubiera sucedido al igual que con su falsa confesión. Ciel hubiera deseado poder hacer lo mismo, pero para él era difícil olvidarlo. Por más que lo intentara los recuerdos regresaban a su mente, realmente quería comprender porque estaba siendo tan obstinado con respecto al tema. Ni siquiera podía despejar su mente en las noches y eso lo había mantenido sin poder conciliar el sueño. Eso no le había dado respuestas, solo un dolor de cabeza insoportable y malhumor por falta de descanso.

- ¿Qué le sucede? No se ve muy entusiasmado por el viaje.

-Claro... Pasar toda una semana perdiendo el tiempo para que mi trabajo se acumule... Qué emoción.

-Lady Elizabeth tiene razón. Es bueno relajarse de vez en cuando, además el señor Clause se encargará de los asuntos de la compañía en su ausencia. Todo está arreglado.

-Si tú lo dices...

Realmente el trabajo no era el problema, simplemente no se sentía de humor como para pasar toda una semana con Elizabeth. No era que no le agradara, pero ella lo veía de una forma amorosa, un sentimiento que él no podía corresponderle, la pregunta era ¿Por qué no podía? Ahora que lo pensaba, él jamás había visto de forma amorosa a nadie, más bien no sabía casi nada con respecto al tema del amor.

-...Así que amor...-Pensó en voz alta inconscientemente.

- ¿Disculpe? - Preguntó Sebastian dejando de un lado las maletas.

-...No es nada. - Contestó dándose la vuelta para no ver a su mayordomo luego de percatarse de que había hablado sin pensarlo.

Ambos quedaron en silencio un momento y Sebastian no hacía más que ver a Ciel intrigado. Fue entonces cuando el mayordomo decidió hablar primero así que se acercó a su amo y le dio la vuelta para que lo viera a los ojos. Por si eso no hubiera sido suficiente para llamar la atención del menor, también decidió acorralarlo contra las sábanas y colocarse sobre su cuerpo.

-...Joven Amo...

Ciel se quedó inmóvil por segunda vez ante la mirada de su mayordomo, parecía que estaba a punto de decirle algo muy serio.

-...Joven Amo...yo...

- ¡Cieeeeeeeeeeeel! ¡Ya estoy aquí! - De pronto Elizabeth irrumpió en la habitación de Ciel muy emocionada.

-Ya es hora de que... ¿Qué sucede? - Preguntó Elizabeth al ver a Ciel acostado en la cama con el rostro pálido.

-No es nada. - Contestó lo más serio que pudo.

Do you love me...?Where stories live. Discover now