La amanecida del año.

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Han pasado dos meses desde que empecé a escribir aquella noche, aunque intenté volver a escribir no logré conseguir nada; sin embargo hoy volví a sentir la sensación, esa misma sensación que me obligó a sentarme a escribir hace un par de meses. Son como pulsaciones o un cosquilleo en el pecho, además siento que toda la sangre se dirige hacia mi cara. No soy bueno para describir este tipo de cosas. Soy primerizo en la letras. Cómo quisiera vivir para escribir, sin embargo hay que ser realistas...

Una vez, en la clase de literatura leí que habían escritores que se negaban a hacer cualquier actividad ya sea dormir, comer o tener sexo; siempre que sentían que la inspiración había llegado y despertado su alma. Lo hacían por miedo a que la inspiración se vaya y capaz nunca más vuelva a aparecer.

Tal vez eso me sucede a mí. No me quiero comparar a ningún escritor; obviamente, ellos son muy genios, yo sólo soy un fan de las letras. Siempre me encantó leer, pero ¿escribir?, esa son las ligas mayores, es para gente que tiene más imaginación que cerebro.

Por lo visto esto de escribir no depende de uno mismo sino del alma. Y hoy que mi alma ha decidido volver a escribir, trataré de hacerlo lo más que pueda, no quisiera dejar un comentario a medias y luego retomarlo después de dos o cuatro meses o cuando a mi alma se le pegue su regalada gana.

Alma mía, ten, te presto mi lapicero. Nos espera la amanecida del año.

"La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando".

Bueno, ¿en qué me había quedado? Ah sí, soy una tortuga, soy una...

La tortuga.Where stories live. Discover now