Christopher

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Pasaron lo años, seguí llevando mi uniforme los días que tocaba partido, en estas ocasiones mientras mis compañeros jugaban yo trataba de correr un poco en la parte trasera de la escuela con el objetivo de que mi uniforme se ensuciase un poco al menos. 

Oh, cómo anhelaba jugar bien al fútbol, a veces me ponía a patear el balón en mi casa, autoentrenandome, pero parecía que cada vez empeoraba, así no se podía, así no.

En una ocasión salí con mi padre a jugar. Él juega muy bien pero por esos días. tiempo era lo que él menos tenía, no lo culpo ni nada, sólo escribo lo que recuerdo. Esa ocasión en la que jugué con mi padre estuve más emocionado por pasar tiempo con él que concentrado en aprender en sí, me divertí muho, cuan hermoso y devertido es el fútbol, pero al parecer decepcioné a mi viejo, nunca más volvimos a jugar por esos días.

Llegó un alumno nuevo a la clase, su nombre era Christopher, era muy bueno en la notas al igual que yo, al principio había algo de rivalidad al menos de mi parte pero pronto, no sé cómo, hicimos amistad; era tranquilo al igual que yo, teníamos mucho en común, pero lo que más me pareció perfecto era el hecho de que tampoco jugaba al fútbol... al menos no al inicio.

Como Christopher llegó a mitad del año no alcanzó a comprar el uniforme para las olimpiadas así que como no teníamos nada que hacer cuando había partido, nos poníamos a relatar las jugadas para así matar el tiempo y distraernos. Yo seguía cada jugada a donde sea que iba el balón para de esta manera también sudar y ensuciar algo el uniforme, Christopher por su parte, era el encargado de la cámara y de vez en cuando también me ayudaba a narrar el partido.

Creo que después de todo no necesitaba tanto al fútbol, solamente un amigo.

En la ciudad se organizó un torneo inter-escolar, obviamente de fútbol. De cada aula escogían a los mejores jugadores, pero además a Christopher y a mí. Las buenas calificaiones a veces te abren puertas que no quieres abrir.

Ahí estábamos, entrenábamos, me divertía mucho lo admito, el fútbol es increíblemente divertido y mágico, lo repito, pero me hubiese gustado saberlo jugar por esos días.

Íbamos a diferentes escuelas y grandes canchas, a mi daba igual el estado de la cancha siempre y cuando sea cómoda la banca. Jugaron algunos partidos, nunca supe como quedaban en realidad pero recuerdo uno en especial. Era un día muy, muy soleado, la cancha era de arcilla, parecía que estuviesen jugando en el desierto. Alguien se lesionó, había que hacer un cambio urgente. En la banca solo habíamos dos personas pero yo estaba seguro de que el que estaba a mi lado no era mejor que yo, así que aunque recordaba lo que pasó la última vez que jugué al fútbol de manera oficial, quise entrar, no sé porqué. El profesor de computación, y aparte entrenador del equipo, me miró directo a los ojos. De seguro están pensado que el prfesor-entrenador me llamó para entrar a la cancha ese día, lo sé porque yo también pensé que haría lo mismo, pero no. Mi miró y creo que me recordó en los entrenamientos porque movió sus ojos a la persona que había a mi lado, miró a Christopher.

¡Puto Christopher! ¿Cómo me pudiste hacer eso? ¿Por qué nunca me dijiste que sabías jugar al fútbol? No te hubiese escogido para filmarme mientras narraba los partidos, seguro.

No me importaba la idea de que no me hayan escogido a mí, ya estaba acostumbrado, pero el hecho de que hayan escogido a Christopher sí me incomodó y bastante. Pero se pone mejor, al parecer iban perdiendo, ¿yo que sé?, lo que sé es que terminaron ganando, inclusive creo que Christopher anotó un par de goles y lo que era mucho más molesto para mí era que al no tener nadie más en la banca, el profesor me decía a mí cosas como "¿Quién diría?, ese Christopher si ha sabido jugar" o "Qué bueno que se lesionó Matías" (quien por cierto se encontraba en enfermería), o "No sé cómo no me fijé en él en los entrenamientos". Idiota. Yo sólo lo escuchaba mientras trataba de sonreír, fui tan hipócrita ese día. Felicité a Christopher por su partido y estuve con la cara pintada todo el camino de regreso a la escuela.

Seguí siendo amigo de Christopher, pero había perdido a mi camarografo.

-Ten te presto mi uniforme pero entra a jugar, le decían...

La tortuga.Where stories live. Discover now