Belén

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-¿Puedo sentarme contigo?
(Silencio)
- Claro que puedo, no es tu escuela.

Ella estaba enojada. Yo no recuerdo haberle preguntado por qué pero de pronto me fue rebelada la historia de como María no le había querido convidar de su sándwich y de como ella unos días atrás le había dado la mitad de su choripan. Ella hablaba y yo sólo escuchaba.

Oh, cuan dulce era escucharla hablar, cuan lleno estaba mi vacío mundo con sólo escuchar a un solo ser contarme el motivo de su infantil enojo. Voy a estar agradecido toda la vida de María por haber sido una total mezquina y desagradecida, por hacer enojar a Belén y de esta forma poder divisar dos sombras en el pavimento, dos sombras sentadas una a lado de la otra. Ya no era sólo la mía, ya no, no más.

No recuerdo mucho sobre ella, sólo que era hermosa como las palabras y blanca como una hoja de papel. Era majestuosamente blanca.

Al día siguiente de la charla de sándwiches y choripanes, en el salón de clases, ella vino hacia a mí, nos sentamos juntos; no recuerdo antes que la banca de atrás de mí haya estado vacía, pero sea quien sea que haya sido el dueño, estoy muy feliz de que ese día haya faltado, cualquiera que haya sido el motivo no me importa, lo que importa era que Belén estaba ahí. Era evidente que seguía peleada con María, tampoco importaba. Así de egoísta era, ahora me fijo.

Nunca supe de cuan especial iba a convertirse ella para mí, nunca me imaginé que alguien iba a querer pasar con un ser tan reservado todos los recesos y horas de clases.

No puedo decir exactamente que estaba enamorado, pero sí que estaba fascinado.

No hablaba con nadie más, sólo con ella, el resto de niños empezaban a hacer las típicas bromas correspondientes a su edad. "Pablo y Belén se aman"... sólo reíamos, tal vez estaban en lo cierto.

Recuerdo que anote su número en alguna hoja, una frágil hoja de papel; lo utilice una vez para hacer una broma telefónica y colgar en seguida, nunca más lo volví a marcar. Esa hoja se desvaneció junto con los números que me hubiesen gustado haber memorizado aunque de nada haya servido, total.

Creo que debí aprovechar mejor el tiempo y su presencia. Cuanto la extraño ahora.

Se acabó el año, llegaron las vacaciones. Adiós Belén. Comenzaron las clases. Hola... ¿Belén?...

Belén no estaba, se había cambiado de escuela, según me contaron también de dirección. Hasta el día de hoy quisiera saber donde se encuentra ubicada su alma y hacia donde se dirigen sus pasos.

Quisiera saber que es de ella en estos momentos. No recuerdo ni su apellido. Ni siquiera puedo buscarla en alguna red social de las tantas que hoy en día existen. Quisiera volver al tiempo y hablar conmigo mismo, decirme, "¿ves a esa chica blanquinosa de ahí? , aprovecha el tiempo a su lado y por favor , no olvides su apellido"...

Espero que ella esté bien, espero que también me recuerde...

¡Cómo extraño hasta su sombra!

La tortuga.Where stories live. Discover now