¡Demigod Survive!

Nuevo Paisaje

Nuevo Paisaje

Percy POV:

Llegue hasta el final de las flechas, las de Annabeth aún seguían parpadeando y comencé a preocuparme, sin embargo esa preocupación desapareció cuando la vi. Corrí hasta ella y la estreche entre mis brazos.

-Estás a salvo -dije cuando sentí que estaba temblando y vi sus ojos rojos, imagine que por el llanto. Quería que se sintiera segura así que la acerque más hacia mí. Cuando por fin nos separamos pude observarla mejor, además de estar temblando y con los ojos rojos tenía un par de telarañas por toda la ropa y en el cabello que estaba desordenado aunque yo no tenía mejor aspecto y ella pareció darse cuenta.

-Percy ¿Cómo te...?

Estaba quemado en varias partes del cuerpo en especial en el codo, varios raspones, la ropa chamuscada y las rodillas y manos sangrando. Me dolía mucho, había tomado néctar y ambrosía pero no me preocupe en curar las heridas, lo único que quería era ver a mi chica lista.

-Lava. Estoy bien, enserio, solo fue un poco de... -Pero no termine de decir la oración porque algo llamo mi atención -Annabeth ¿De casualidad tu reto tenía que ver con arañas?

-Si ¿Por qué?

-Creo que una te siguió -Annabeth se puso tensa y giro un poco la cabeza.

-Estaba dormida, custodiaba el cofre -balbuceó.

-Pues yo la veo muy despierta -Saque a contracorriente. La araña se acercó hasta nosotros y rozó a Annabeth con sus patas peludas, ella enseguida se apartó temblando y con unas cuantas lagrimas luchando por no salir de sus ojos. Algo me decía que quería gritar pero que se lo estaba aguantando.

-No te muevas -le susurré en el oído a Annabeth y corrí hasta llegar a su lado pero obviamente se me olvidaba que tejían telarañas porque me lanzó un poco a la cara. No me la podía quitar y solo llegaba a ver un poco pero lo suficiente como para saber que se había apartado de mí e iba a por mi novia.

-Annabeth, tienes que hacer algo.

-Yo... yo... -tartamudeo.

-Lo más probable es que vaya primero por ti ya que yo no represento una amenaza para ella. No hagas ningún movimiento brusco y retrocede lentamente antes de atacar- Ella seguía temblando pero asintió. Ya me había quitado la mayoría de la telaraña, pero no la suficiente como para luchar y preferí dejarlo en manos de Annabeth, sabía que ella podría hacerlo. Annabeth empuño su cuchillo, estaba forzando una mueca, sabía que tenía miedo pero se lo estaba aguantando y se mostraba fuerte. Grite llamando la atención de la araña y esta se volteó hacia mí. Annabeth aprovecho la oportunidad y le atravesó con su cuchillo.

-Eso fue rápido -dije y volví a abrazar a Annabeth.

Ambos nos sentamos y ella comenzó a limpiar mis heridas, cuando pasaba una gasa con agua sobre ellas, estás comenzaban a cerrarse. Las heridas eran bastante graves por lo que no pudieron curarse del todo y tuvo que ponerme una crema que sin duda ardía.

-Ahora -recosté su cabeza en mi pecho -, háblame de tu prueba.

-Una cueva con miles de arañas -se estremeció

-Y ahí la encontraste -asintió -. Ese miedo ¿Tiene algo que ver con la historia de Aracne? ¿Ella desafió a tu madre y acabo convertida en araña cierto?- Annabeth se mordió el labio y asintió.

-Los hijos de Aracne llevan vengándose de los de Atenea desde entonces. Si hay una araña a un kilómetro a la redonda me encontrara. Aun no sé porque no me atacaron en la cueva. Detesto a esos bichejos.