32| Está en peligro

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—Brooke, esto es serio. No me gusta nada este pre-infarto, si no fuera un médico profesional, un médico de escuela no habría podido hacer nada y en estos momentos tu...

—¿Qué me sucede? —pregunto interrumpiendo a la doctora, me encuentro en la enfermería después de recibir un golpe por el estúpido del mastodonte, no sé qué pasó o que ocurrió con exactitud, sólo recuerdo que sentí exactamente el mismo dolor que cuando tuve aquel accidente donde mi hermana falleció.

—Brooke, puede que esté equivocada y de verdad deseo que sea así, pero tienes que ir a checarte enseguida, porque si no estoy equivocada eso quiere decir que tu...

Toc toc.

Abro los ojos de golpe al escuchar unos fuertes ruidos provenientes de mi ventana. Me levanto sintiendo aun el miedo recorrer todo mi sistema debido al sueño... o recuerdo.

Mi habitación se encuentra helada debido a que se aproxima el invierno, hoy es día de clases, hoy es el último día que paso con todos aquí debido a que mañana empieza el concurso académico a nivel estatal donde asistirán todas las chicas y debido a que yo falté después de mi... de mi pre-infarto. Incluso pensarlo es difícil. No hice lista para concursar, a los chicos no los veré en una semana ya que como están por acabar la temporada, todos los partidos fueron en casa, mas esta semana será jugando en varias entidades dentro y fuera del estado. Sólo quedaremos Elena y yo, quien por cierto ha estado ausente y demasiado rara estos días, aunque lo cierto es que desde antes de México la noto rara y desaparece constantemente, a mi mente vuelan las palabras de Chris: "Elena Hamilton también sale en la extorción" cosa que me niego a creer, ¿ella qué motivos tendría para estar en todo esto?

Vuelvo a escuchar unos golpes en mi ventana, con cuidado me voy acercando hasta que veo como una roca golpea mi ventana, pero esta con más fuerza estrellándola por completo, doy un grito por el susto, veo como las pedradas se detienen y es cuando me acerco y con un movimiento rápido abro la ventana para toparme a Heyden abajo de ella con cara culpable y asustada.

—¡¿Eres un idiota?! ¿Piedras? ¿Es enserio, Maxwell? ¡No estamos en los 1800! Además, en esa época lo hacían mejor, estrellaste mi ventana, genio, Romeo estaría decepcionado de ti —exclamo viendo como Heyden reprime una sonrisa manteniendo su postura seria—. ¿Qué quieres? Son las cuatro de la mañana por si no lo has notado y hay escuela.

—Necesito hablar —dice y estoy a punto de alegar cuando veo cómo va escalando hacia mi ventana, suelto un bufido y vuelvo a ingresar a mi habitación.

¿Qué hago? ¿Quiero hablar con él? No, en definitiva, no después de lo sucedido.

—Fue un idiota —digo en voz alta dando vueltas por mi habitación mirando fijamente al suelo.

—Sí, fui un idiota —exclama el haciéndome dar un brinco, siento como la respiración ser corta de tajo haciéndome llevar una mano al cuello buscando aire, Heyden abre mucho los ojos y con preocupación se acerca corriendo, me ordena que me siente en la esquina de mi cama y esconda mi cabeza entre las rodillas.

—Trata de calmarte y respirar pausadamente. —Hago lo que me dice sintiendo como mis pulmones se vuelven a llenar lentamente brindando alivio de paso.

Eso fue horrible.

—¿Estas mejor? —pregunta una vez que me levanto visiblemente mejor.

—Sí... —contesto, preocupada.

—Perdón no quería asustarte, yo solo...

—¿Qué haces aquí? —pregunto recia, no quiero pensar en lo que me sucede, sino en lo que sucede en este momento.

¡Oye, Brooke! (Ya en físico y ebook por Amazon. )Where stories live. Discover now