Scott:
—Cálmate, Susana. Prima... ¡Susana Berries! —grito por el teléfono tratando de calmar a mi prima.
—Scott, no sabes por lo que estamos pasando, no me pidas que me tranquilice, todo se fue al carajo, perdí a mi mejor amiga, Drake está irreconocible, además de la aparición de Zoey... —escucho como mi prima solloza a través del móvil acongojando mi corazón—. Te necesito —dice al fin.
—Estaré ahí antes de lo que crees, pero antes debo arreglar todo acá. Eres fuerte, prima y sé que sabrás llevarlo, estaré contigo no sin antes concluir todo, por fin puedo elegir en mi vida, y mi primera decisión es terminar con todo esto —admito aun ansioso por lo mismo
—Está bien, te esperaré y de verdad deseo todo por fin acabe. Te lo mereces, primo, solo espero que acá también se solucione, esto es demasiado difícil, y no pienso aceptar a esa Sky o Zoey, como sea, me niego a remplazar a Maia.
—Solo tranquilízate, prima, allá hablaré contigo.
—Está bien, te quiero.
—Te quiero —cuelgo la llamada caminando por los pasillos del hospital y dirigiéndome a la habitación 1212, justo donde se encuentra Brooke.
Luego de que el hermano de Heyden y los oficiales nos encontraran perdí el conocimiento debido a la perdida de fuerzas por no comer y casi ni beber agua, además de la pérdida de sangre, la verdad no me arrepiento, gracias a eso Kaetlin y Kareli se encuentran bien, por fortuna me trataron a tiempo y lograron salvarme.
Nunca le temí a la muerte tanto como ahora. Ahora que soy libre de los Roft, ahora que mi vida me pertenece, quiero aprovecharla como nadie más y la muerte sería la burla perfecta del destino, pero esta vez gané yo y planeo disfrutar esto por lo mucho o poco que dure.
Giro nuevamente por aquellas paredes blancas con olor a medicamentos y enfermedad, vida y fe. Siempre he pensado que los hospitales esconden todos los secretos de la vida al igual que de la muerte. Gente va y viene por todo el edificio, cada uno con un sentimiento consigo, pareciera que ninguno está conectado con nadie más que con sus labores y solo eso, una perfecta sociedad en sincronía.
Llego hasta la habitación 1212 color roble que detrás guarda a una chica que jamás debió de pasar por toda esta atrocidad.
Tomo la manija dándole vuelta accionando la puerta y así empujándola para permitirme el paso, la habitación está en sumo silencio, regalos y flores hay por doquier, hace unos treinta minutos Heyden bajó a decirme que subiera a verla, la oferta me pareció de por sí muy extraña, pero la manera en que me lo dijo me dejó con la boca abierta, tal pareciera que Heyden ya no le molesta la idea de que pueda estar cerca de ella. Que, aunque ya no es como en un principio, Brooke es muy importante para mí, demasiado, y deseo estar cerca, únicamente como amigos, pero para ella. Más con mi decisión será todavía muy difícil que eso se dé, aunque Heyden ya no se oponga.
Brooke se encuentra sumida en el sueño plácidamente en medio de toda la habitación, su respiración parece tranquila y en paz. Me acerco lentamente tomando un asiento poniéndome a su lado, al verla una sonrisa se forma en mi rostro.
Es hermosa.
Demasiado.
Es justo en ese momento que comprendo lo que realmente me sucedió, lo que realmente significa para mí.
Ella debe estar con Heyden, siempre fue así y siempre lo quise así, mas ahora entiendo el porqué.
Con cuidado de no despertarla me acerco a su cabellera conteniendo mi respiración.
YOU ARE READING
¡Oye, Brooke! (Ya en físico y ebook por Amazon. )
Teen FictionLa vida es una caja de sorpresas y mucho más para Brooke Summer, una chica astuta, fuerte y demasiado sincera y un tanto bravucona, con un pasado que no logra olvidar. ¿Cómo olvidar que ella es responsable de una serie de muertes y la destrucción de...