¡Oye, Brooke! (Ya en físico y ebook por Amazon. )

44| ¿Qué le sucede a Brooke?

Canción: Ignorance - Paramore

Dedicado especialmente a Venezuela y a toda su gente hermosa. 

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Heyden:

Escucho como el timbre de la casa suena en el instante en que he dejado los platos en la vajilla, limpiándome un poco las manos camino hacia la puerta, y al abrirla me encuentro con un ¿Chad? creo era su nombre cargando a Brooke.

— ¡¿Qué le pasó?!—pregunto alarmado tomándola yo en brazos.

Detrás de... del tipo ese viene su hermana ¿Wendy? soy pésimo para recordar nombres. Esta tiene un poco de maquillaje corrido y se le ve algo ausente.

Los invito a pasar mientras me apresuro a dejar a Brooke sobre el sofá, hasta que recuerdo lo incomodo que es y mejor decido subir y dejarla en su habitación, una vez que me aseguro que está bien y reposando bajo con los responsables, un tanto cabreado.

— ¿Qué le sucedió? —Digo tratando de no pensar mal, pero luego de lo que paso me es inevitable no querer sobreprotegerla.

— ¡Relájate! Se quedó dormida de una forma profunda. Wenth y ella estaban en una playa muy pequeña, ella me marco en cuanto se desvaneció y las traje es todo. —Exclama... ¡Nathaniel! ese.

— ¿Les mostró nuestra playa? —

—Oh pero que cursi, pero no, solo a ella. Si quieres matar que sea a ella. —Exclama él con esa sonrisa irritante.

—Jódete bruto. —Dice ella sacando la lengua a su hermano.

—Heyden, yo...quería disculparme contigo. Supe que Brooke malentendido cuando me ayudaste a no caer. —Dice ella.

—Descuida, mi niña no desconfía de mí. Sin afán de ser grosero ya empieza a hacerse tarde, pero gracias por traerla. —

Ellos asienten con la cabeza saliendo y cerrando la puerta consigo. Yo sin perder más tiempo subo a con Brooke entrando cautelosamente, pero me sorprendo al encontrarla sentada en la cama viendo hacia la ventana.

— ¿Bonita? —digo acercándome a ella. — ¿Cómo te sientes? —

Brooke ni siquiera voltea a verme solo suspira aun mirando al exterior por la ventana, me siento aún lado de ella midiendo sus reacciones, tiene los ojos totalmente fijos en un punto invisible, incluso podría decir que no se encuentra aquí, es como si fuera alguien más.

—Haz sentido alguna vez en tu vida que no eres lo suficiente para nada ni para nadie. Que por más que te esfuerces siempre te sentirás asi, rota, vacía, sin nada que ofrecer. Haz sentido que el mundo te detesta, pero luego abres los ojos y te das cuenta que ni siquiera el mundo le interesas para hacerte daño, simplemente estas condenada a siempre sentir dolor. Y que por más palabras que te digan jamás llenaran ese vació que crece en tu interior día a día matando a todas tus esperanzas. —Dice ella mirándome seriamente.

—Brooke, yo...—Ella hace un ademan con la mano acallándome.

—Olvídalo, lo siento solo, hoy recordé muchas cosas. —

— ¿Las quieres hablar? —Le cuestiono preocupado, ella niega con la cabeza y sonríe melancólicamente.

—No, solo déjame sola esta noche, vale. Mañana seré la misma. —Dice, pero en sus palabras no hay sinceridad, más bien encuentro cinismo.

La doctora Limón dijo que esto pasaría, abra días en que caiga en melancolía y lo mejor es no alterarla, hacerle saber que estamos para ella, pero permitirle a ella enfrentar todo sin alterarla.