Capítulo 3

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Al terminar de almorzar , fui a la habitación. Tengo que ordenar.

~¤~

- ¡Listo! - Dije al terminar. La puerta se abrió dejando entrar a mi abuelo.

- Alex, tengo que enseñarte algo, sígueme.

- Claro..

Salimos de la casa y nos fuimos a su taller. Mi abuelo empezó a buscar algo.

- ¿Qué me quieres enseñar? - Pregunté.

- Espera... - Dijo mientras continuaba buscando. - ¡Aquí está! -Exclamó sosteniendo un caja de madera con unos adornos de colores llamativos, al mirar mejor, noté que estaba deteriorada y un poco sucia.

- ¿Qué es eso? - Pregunté mirando con curiosidad aquello que tenía en sus manos.

- Una caja musical. -Dijo él. - No sé si lo recordarás, pero ésto le pertenecía a la niña que te ayudó a salir del bosque cuando te perdiste.

- ¿"Cuándo me perdí"? -Lo observé aún más confundido de lo que estaba. - ¿Qué niña?

- Cuando eras niño, siempre te gustaba jugar en el bosque. Un día no regresaste a la hora acordada. Pensamos que solo te habías retrasado pero... -Su mirada se mostró dolida.- No volviste dentro de unos días. Realmente nos preocupamos, hasta llamamos a los cuidadores del bosque para que te buscarán. Cuando llegaste nos contaste que una niña te había ayudado a encontrar el camino.

- No recuerdo eso, ¿En dónde encontraste la caja?

- Después de que te fueras, mientras caminaba por el bosque, vi a una niña. Pero luego ella desapareció y en su lugar estaba esta caja. -Se acercó a mí y me entregó la caja musical.

- ¿No la volviste a ver? - Pregunté.

- No, pero los vecinos le dejan comida y un poco de ropa a veces. Se ha convertido en toda una atracción.

- Entonces, ¿ella sí existe? - Dije sorprendido.

- Al parecer sí. Incluso yo he dejado comida y ha desaparecido.

- Pero podría haber sido un animal.

- Un animal no es capaz de agarrar un plato, Alex.

- Quizás se lo llevó en el hocico. -Insistí.

- Lo sé, pero no es capaz de regresar el plato al día siguiente. - Dijo mientras posaba su mano en mi hombro y salía del taller. Yo lo mire atónito y lo seguí.

- ¿Te lo regresó?

- Sí, es raro. Pero a éste paso, nada de lo que pasa aquí me sorprende. - Dijo tranquilo.

- ¿Cuándo sucedió eso? - Pregunté.

- La semana pasada. - Respondió entrando en la casa.

- ¿Sigue viva? - Pregunté rápidamente.

- Claro que sí. -Dijo mirandome. - ¿Quieres verla?

- Eh, bueno, realmente sí. -Dije con interés.

- Pues entonces va a ser difícil. -Murmuró.

- ¿Por qué?

- Porque mientras más la quieres ver, menos se acerca a ti. Es como si te leyera la mente.

- Oh, entiendo...

- Pero, yo creo que lo lograrás. -Me sonrío.- Voy a dormir un rato, te veo después. -Dijo dirigiéndose a su habitación.

- ¿En dónde está la abuela? -Pregunté al no verla.

- Fue de compras a la ciudad. - Respondió.

- Okay, descansa. - Dije volteando me y saliendo de la casa. - ¿Qué hago con ésto? - Me pregunté mirando la deteriorada caja.

Escuche como se movía algo por los arbustos. Los movimientos no paraban y fui lentamente hasta donde se encontraban.

Me acerqué y encontré un conejo agonizando. Tenía el cuello muy herido, lo tome en mis brazos.

- ¿Qué fue lo que pasó? - Pregunté mirando el cuerpo.

Volví tener esa sensación de que alguien me observaba. Volteé rápidamente y escuché como algo caminaba por los arbustos.- ¿Quién esta allí?! - Sentí como se hiba corriendo del lugar, era algo grande, pero no era un animal.

Pensé que era un oso, pero el oso es muy grande comparando la estatura, y el lobo es pequeño.

Sería, más grande que un lobo, aunque más pequeño que un oso.

Pero no parecía un animal. Tenia una figura humana por la forma en la que se fue corriendo. No estaba seguro.

La chica del bosqueHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin