Capítulo 11 (Parte 1)

46 3 1
                                    

—¡Genial! Termina de comer y nos vamos— Dijo emocionada y con una sonrisa. No se percató (o sólo ignoró) las miradas de preocupación que se lanzaban mis abuelos.

(...)

—¡No lleguen tarde para el almuerzo!— Gritó mi abuela desde la entrada.

—De acuerdo— Le dije para tranquilizarla.

Sabía a lo que se refería con llegar tarde, supongo que la preocupación que le estoy dando no es justa como para alguien de su edad, especialmente cuando desconocemos lo que se encuentra oculto en el bosque. Quizás esté exagerando, pero lo que sucedió con Lilith, el golpe en la cabeza y las cosas extrañas que dijo sólo me causaba mucha más curiosidad de la ya tenía con respecto al misterioso bosque.

Todo lo que estaba haciendo podría ser arriesgado e incluso peligroso, pero había una posibilidad de que sea una tontería, que me haya golpeado muy fuerte en la cabeza y que probablemente esté enloqueciendo.

Ver a Camila tan tranquila y confiada sólo hacia que me lamente haberla traído. Era preocupante saber que no tenía ni la menor idea de lo que le podría pasar. En mi mente lo único que pedía era que no nos encontremos con algo anormal.

Solté un pesado suspiro que lamenté al primer segundo de darme cuenta de lo que había hecho. Conozco muy bien a Camila, ella siempre es muy detallista y atenta con lo que sucede en su alrededor, no deja pasar ni la más mínima sospecha de que algo raro ocurre.

—¿Qué pasa?— Preguntó mientras nos adentrábamos aún más en el tranquilo e inmenso bosque.

—Nada, solo pensaba— Ya me esperaba alguna pregunta.

—Y... ¿en qué pensabas?— Me observó con curiosidad. Intenta presionarme.

—Que insistente eres...— Al decir aquello su expresión cambió a una llena de enojo y antes de que me empiece a gritar, le pregunté—
¿Para qué viniste aquí?— Su rostro se mostró totalmente extrañado lo que le hacía ver confusa.

—Vine a verte, eres mi amigo Alex— Dijo al no poder creer lo que le preguntaba —Casi llamo a la policía cuando no te encontré en tu casa— Comenzó a reír.

—Ahora me arrepiento de no haberte llamado, lo siento— Me disculpé.

—No importa— dijo sonriendo —Ya no tendré que preocuparme más.

Camila es como una hermana para mí, siempre fue muy protectora desde que nos conocimos. A diario ahuyentaba a las personas que según ella "tenían malas intenciones". No me tomó mucho tiempo acostumbrarme a su carácter y forma de ser, me hacía recordar a mi madre cuando estaba en sus mejores días, a diferencia de ahora que está postrada en una cama todo el tiempo. Creo que es por eso que me llevo muy bien con ella.

La verdad no puedo asegurar si Camila vio como una mala persona a Marcelo, supongo que lo anotó como una amenaza ya que él tenía muchos amigos, todo lo contrario a mí. Aunque fue muy sorprendente cuando la vi tratándolo amablemente en la fiesta donde lo conocimos. Inesperadamente él apareció un día en nuestro colegio como un nuevo estudiante, desde entonces hemos estado los tres juntos, ya han pasado casi diez años desde nuestro encuentro.

—Entonces, no te importará vivir entre insectos ¿verdad?— Pregunté sonriendo levemente. Ella mostró una expresión de asco.

—C-Claro...— Miró a su alrededor nerviosamente —Yo los adoro— Respondio entre dientes —Son mis mejores amigos—  Reí ante su respuesta, ella odia a los insectos.

—¡Oh gran reina de los insectos!— Hice una reverencia. Los dos reímos.

—Muy chistoso, Alex... — Dijo entrecerrado los ojos.

—¿A dónde desea ir my Lady?

—¡Por allá!— Exclamó mientras sonreía.

—Como usted desee bella dama— agarré su mano y le sonreí mientras tiraba de ella suavemente.

Tenía que permanecer tranquilo y como normalmente me comportaba, ella no podía enterarse que esta caminata podría ser algún tipo de expedición suicida.

Camila parecía no notar mi nerviosismo, aunque quizás sólo lo estuviera ignorando.

Después de una larga caminata entre risas y conversaciones, llegamos a un lugar que Camila denominó como "Hermoso". El lugar estaba lleno de pequeñas flores blancas que brillaban a la luz del sol; saqué del bolsillo mi celular y tomé una foto del lugar.

La chica del bosqueWhere stories live. Discover now