5.

1.8K 97 45
                                    

Capítulo # 5.

Un recuerdo lo bastante nítido azotó a mi mente esa mañana; había un niño, era yo: veía fascinado la nieve desde la ventana de mi habitación que daba a la calle así que fui a buscar a mi nana, pero ella no me escuchó, corrí de nuevo, esta vez a la puerta y con la ayuda de un cabo de paraguas abrí la puerta y corrí a la calle emocionado y luego... sentí un empujón y el frio de la nieve atajándome...

Domingo, 6 de diciembre de 2015.

10:00.A.M.

Habían pasado diez días desde mi regreso el Jueves de Hong Kong, cabe destacar que regresé orgulloso y con mi ego por las nubes, gracias al buen negocio que logré concretar.

Un domingo, que se supone que debía estar en mi cama, con tres piernas y no dos. Si saben a lo que me refiero, ¿No? Pero no, tenía que estar aquí, en el maldito y jodido aeropuerto, esperando a mi insoportable hermanita que venía directamente desde puerto rico.

Mi hermana solo tenía 16, llegaba de sus vacaciones de curso hoy. Y conociendo a Ava sé que llegará a casa con un nuevo novio, diez maletas más de las que se llevó, un bronceado de muerte, unos cuantos percing y algún tatuaje en su pelvis. Así es mi hermanita, del tipo: hago lo que quiero y jódete si no te agrada.

— ¡Hermanito!— Gritó alargando la "O", y entonces sabía que se trata de la inconfundible Ava, siempre llamando la atención.

Sonreí.

Me giré y antes de poder realizar un movimiento más, Ava se lanza sobre mí, lo que provoca que me tambalee un poco, pero logró mantenerme de pie.

— Enana— Esta vez soy yo el que alarga la "A", solo que sin gritar ya que la tengo pegada a mí como larva.

Después de salir del aeropuerto, todo era absoluto silencio en el auto, y entonces sabía que Morfeo* había secuestrado a mi hermana.

Esos días no había compartido con mis amigos, pues Eduardo se había enganchado con una chica, tal vez solo sea gustos, pero la forma por como hablaba de ella, lo delata. Sé que tiene miedo de amar y terminar como esos cabrones que hacen todo por una mujer, pero ya no hay vuelta atrás, tal parece que Cupido lo ha flechado.

Me alegraba por él y confió en que sería lo suficientemente machote como para no dejarse dominar.

— ¿De verdad lo crees, Cullen?

Nah. ¿A quién engaño? Las mujeres son peores que él diablo ¿Qué digo peores? ¡Son sus jodidas maestras!

— Ya te llegará una Cullen.

¿WTHAT?

No, claro que no Jake Cullen, jamás de los jamases, caerá por una mujer.

Suspiré, al ver las verjas negras que adornaban el frente de la mansión donde crecí, la mansión que me llenaba de tanta nostalgia y tristeza, la mansión donde ella trataba de atraparme mientras corría por el pasto del jardín, donde me enseñó a preparar las mejores galletas del mundo.

No quería ver a mi padre ni recordar la estúpida cena de hoy.

Desperté a Ava y su sonrisa, me contagio, a pesar de todo había extrañado a la pequeña; el parecido entre Ava y yo era increíble, casi las mismas facciones, solo que las suyas son más delicadas y su nariz es respingona, el color de cabello y de ojos era el mismo. Sin dudas esta enana, es mi hermanita.

Cómo Aman Los Hombres. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora