15.

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Capítulo # 15.

Se supone que el amor es como una droga, una que pocos saben consumir, una que consume a muchos a la final; el amor es adictivo, por qué por más daño que te cause siempre te volverás a enamorar.

Viernes, 22 de enero de 2016.

07:30.A.M.

Aeropuerto.

Riley.

Amanda.

La música infernal de Ava.

Ok ¡Me volvería loco!

Íbamos en el auto, hoy le pedí a Estela contratar un chófer personal, es cuestión de minutos para que estuviéramos en la pista y así abordar.

Se suponía que mi reunión con los socios era el miércoles, pero debido a mis planes, pues, quiero disfrutar este fin de semana y tengo el lugar, la hora y la vestimenta perfecta para hacerlo.

Riley no me había mirado en todo el viaje, y yo como un idiota no paraba de mirarla de reojo y lascivamente (¡La desnudaba con la mirada!) Y agregaba que cada mirada que pasaba sentía que conocía su cuerpo como la palma de mi mano.

—Para, Cullen o enloquecerás

Me obligué a mirar por la ventana mientras salíamos del aeropuerto, si no hacía algo pronto, esta chica me volverá cada vez más loco, sí, todos lo saben Riley Hamilton me vuelve cada día más y más loco.

Sentía que si no paraba la marcha de toda esta mierda, ésta chica se terminaría metiendo debajo de mi piel, y solo la persona que iba a mi derecha lo había logrado, cosa que ya quedaba en el pasado.

Carpe Diem.

Sólo me abstendré a vivir el momento.

A relajarme.

Disfrutar.

Llegaba un momento en el que ser calculador y meticuloso, en el que coordinar cada paso y planificar cada acto no vale de nada.

¿Por qué?

Porque de pronto la llegada una persona a tu vida, puede que la hayas conocido por un amigo en común o por casualidad en un centro comercial o te tropieces con ella, en mi caso, casi proporcionarle la muerte, el punto es qué: no importaba cuanto planearas las cosas, no importaba cuanto te esforzaras, siempre habrán unos ojos, una sonrisa, una mirada que ponga tu mundo de cabeza. No digo que Riley era esa persona, sonará malditamente cursi, pero si era ella, la vida no pudo haberme dado mejor obsequio.

Mi vida no era rosa, estaba lejos de serlo, por allí dicen que tanto dolor trae consigo un beneficio, no hay mal que por bien no venga.

Todos esperábamos ese "bien" por venir. La pregunta es: ¿Es cierto? ¿O sólo es una jodida metáfora para dar ánimo a los malditos desdichados como yo?

Sentía la mirada penetrante de alguien sobre mí, y al girar sus ojos grises se clavan es los míos, de pronto me sentía expuesto, mis manos sudaban así que aparté la mirada queriendo volverme minúsculo e invisible.

De pronto me encontraba divagando en mi mente... lejos de la realidad.

No veía nada, todo estaba oscuro, se escuchaba la lluvia golpeando mi ventana, de la nada mi puerta se abre, pienso que es Ava pero no, sus ojos grises me miraban desesperados y sólo era capaz de pronunciar una palabra:

—Sálvame

—Jake...—Me moví de un lado a otro—Jake... Llegamos.

— ¿Qué? ¿Ah? — Desperté de golpe. Todo había sido un sueño.

— ¡Que llegamos! Idiota desorientado.

—Oye—Alargue la "E" como lo haría un niño pequeño.

Ava soltó un suspiro y siguió su camino mientras gira los ojos y continúa a paso firme hasta las puertas del avión.

Amanda salió corriendo a su encuentro dejándome solo con Riley.

Por la madre que la había parido...

—Señor... Cullen. —Las palabras que salían de sus labios carnosos eran como música de Sirenas* para mis oídos.

Cerré los ojos, saboreaba y escuchaba con deleite cada palabra, cada sílaba, cada acorde que conformaba lo que salía de su garganta, de pronto sentí un horroroso frío recorrer mi estómago.

Me acerqué un paso a ella.

Retrocedió dos.

Sonreí al divisar una pared detrás de ella.

Quedaría acorralada.

¡Bingo!

Una sonrisa maliciosa se formó en mi rostro antes de seguir avanzando.

Viernes, 22 de enero de 2016.

11:45.P.M.

Acomodé el cuello de mi camisa y miré orgulloso mis jean's ajustados negros, no me veía mal, me dirigía al Paradise*, un lugar para el famoso estilo de vida del compartimientos de parejas, mejor conocidas como singles.

Salí de mi habitación y en la puerta del hotel le pedí al mozo que llamará a un taxi, no me apetecía conducir hoy.

El lugar estaba totalmente oscuro y luces tenues de colores destellaban por todo el lugar dándole ese aire misterioso y de lujuria, al mirar a la izquierda una pareja de unos treinta años me miro de forma interesada.

Sabía lo que venía.

El hombre separó las piernas de su mujer que vestía de forma provocativa una mini falda, a pesar de las luces tenues podía apreciar su coño bien depilado.

De pronto una figura llamó mi completa atención.

¿Acaso era ella...?

—No vayas por ahí campeón

Sacudí mi cabeza de un lado a otro para alejar esos tormentosos pensamientos.

—No, Cullen.

Esa no puede ser ella...

Imposible.

Ø Sirenas: Son criaturas legendarias pertenecientes al folclore y las leyendas. Figura antropomorfa creada a partir de una disecada y recortada. Museo de Mashhad, Aunque en un principio se mostró como híbridos de mujer y con que los egipcios simbolizaban a Ba, posteriormente la Iglesia las convirtió en representantes de la voluptuosidad y asimiló sus cantos con el atractivo de las falsas doctrinas. En Occidente, se metamorfosearon en seres pisciformes a partir del siglo IX, cuando empezó a difundirse el Liber Monstrorum.

Ø Paradise: Un establecimiento, para el compartimiento de parejas y cabe destacar que lo he inventado.

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Cómo Aman Los Hombres. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt