Alexy y su primer beso

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 Una nueva jornada comenzaba en Sweet Amoris y al fin era viernes. Las clases de aquella semana había sido más pesadas de lo normal, apuntes y más apuntes, era realmente agotador. Los alumnos estaban cansados de tanto estudio pero aquel era el último día antes de que pudieran descansar tres días, ya que el lunes era festivo. Castiel sorprendentemente fue a todas las clases y de vez en cuando ponía atención, pero solo de vez en cuando.

Ya todos deseaban ir a casa y descansar pero para Nathaniel no era esa la suerte, pues tenía que quedarse con algunos otros de los delegados, incluyendo a Melody. Debían arreglar algunos papeles para el viaje de fin de curso y por ello trabajar al menos dos horas más.

Castiel se quedaba también en el instituto, pero era porque iba a prácticar con Lysandro para la banda. Finalmente la dura jornada había terminado y la mayoría del alumnado podía regresar a sus hogares, exceptuando los chicos mencionados anteriormente.

—¿Vamos ya?—le preguntó Lysandro dirigiéndose a Castiel.

—Mejor ve tú primero, yo ahora voy.

—¿Dónde vas?—preguntó.

—Solo voy a preguntarle algo al delegado.

—¿A Nathaniel?

—Sí.

—Realmente pareceís...—se quedó con la palabra en la boca puesto que Castiel ya se había marchado—pareja—musitó para terminar la frase.

Mientras tanto el pelirrojo ya estaba entrando en la sala de delegados, encontrándose allí a Melody y Nathaniel hablando ánimadamente, cuando lo vieron llegar dejaron de hablar y lo miraron.

—¿Querías algo, Castiel?—le preguntó el rubio.

Castiel se quedó en silencio y soltó un bufido.

—Tengo que hablar contigo.

—¿Qué pasa?—el pelirrojo lo agarró del brazo y lo llevó a una esquina alejada de la chica tirando de él.

—Chicos, ¿pasa algo?—preguntó ella.

—No te metas—le contestó Castiel para luego dirigirse a Nathaniel—¿recuerdas lo que te dije ayer?—musitó.

—Sí, ¿qué pasa?

—¿Puedes quedarte hoy?

—No, mañana y el lunes sí—contestó.

—Te iré a buscar—dijo en un susurro para que la chica no lo oyera y luego salir de la habitación.

—¿Pasa algo, Nath?

—No, nada.

—Estás actuando raro últimamente, ¿estás seguro?

—Sí, no te preocupes por eso—observó como ella se quedó mirándolo atentamente.

—Hay un rumor en el instituto...—dijo sentándose en una de las sillas de la sala.

—A mí no me gusta prestar atención a esas cosas—respondió él.

—Yo tampoco suelo ser muy cotilla pero... ¿estás saliendo con alguien?

—No.

—Entonces, ¿cómo explicas tu labio?

—¿Mi labio? ¿De qué hablas?

—Tienes los labios secos y partidos—argumentó ella.

Una NO historia de amor [Corazón de melón]Where stories live. Discover now