¿Ella o él?

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 Abrió los ojos lentamente, un fuerte dolor de cabeza lo azotó desde que había despertado. No tenía que haber tomado tanto, mierda. Una imagen invadió su mente de pronto, había besado a Alexy. Ahora debía hablar con él muy seriamente, joder. ¿Qué le diría? Mierda, mierda, mierda. Realmente no tenía que haber bebido tanto alcohol, todo era culpa de aquel maldito camarero que le llenaba la copa con el fin de ganar más dinero.

Tomó su teléfono y comprobó la hora: 12:00 A.M. Marcó el número del chico de cabellos azules y esperó.

—¿Diga?—al escuchar su voz se quedó mudo, joder, realmente no sabía que decir—¿Kentin? ¿Hola?

—S-sí...

—¿Estás bien?—preguntó en un tono de voz normal.

—Yo... Sí...—musitó.

—¿Querías algo?

—Po-pode...podemos...—soltó un suspiro, joder, quería hablar claro de una vez y dejar de tartamudear—¿Podemos hablar?

Alexy no sabía si se refería al beso, pero lo suponía, de todas maneras preguntó:

—¿Sobre qué?

—Ayer... Perdóname...—se disculpó—¿Podemos vernos ahora?

—Estoy ahora mismo en el parque.

—Estaré ahí en veinte minutos—contestó antes de colgar la llamada. Se llevó una mano al pelo. Mierda, ¿qué le diría?

Se levantó de la cama para darse una ducha, luego vestirse, peinarse y comer algo antes de salir, además de tomar una aspirina. Se dirigió al parque, divisó al chico sentado en un banco mirando su teléfono. Se acercó a él lentamente hasta quedarse de pie frente a él.

—A-Alexy...—dijo cabizbajo.

—Ah, hola, Kentin—respondió serio.

—Yo... esto... es que... bueno...—suspiró—perdóname. No... no quise hacer aquello, de verdad, lo siento.

—¿Podemos hablar en un lugar más privado?—Kentin asintió y se alejaron del parque, encontrándose en un lugar ahora no muy transitado. El moreno no se atrevía a mirarlo, le daba muchísima vergüenza.

—Kentin... no te preocupes por eso...—el chico militar lo interrumpió.

—¡De verdad lo siento!—Alexy desvió la mirada a su alrededor.

—¿Te arrepientes...?—musitó. Kentin abrió los ojos sorprendido y trago saliva antes de contestar.

—Yo... solo que-quería disculparme—dijo algo ruborizado—no quería molestarte... ¿de-debería arrepentirme?

—Yo... no, no tiene por qué...—susurró girándose.

—¿M-me perdonas?

Alexy no sabía si confesarle ya que le gustaba o no, de cualquier manera no iba a perder nada. Quería decirlo sin importar si lo rechazaría o no.

—Sí te perdono...—musitó.

—¿Estás bien?

Kentin, tú...—dudó un poco antes de decirlo—. Me gustas.

Tras decir eso el moreno actuó de una manera totalmente inesperada, agarró su cara y volvió a posar sus labios sobre los de Alexy y plantarle un beso. Uno con todas las palabras y esta vez en el que los dos eran completamente concientes. El chico de cabellos azules se sorprendió muchísimo al sentirlo y por ello no le correspondía. Kentin insistió en el beso, que se había tornado algo apasionado una vez que Alexy comenzó a responder. Una vez que los dos se quedaron sin aire, Kentin se separó un par de centímetros de él, juntando así sus frentes. Ambos jadeaban e intentaban recuperar el aire.

Una NO historia de amor [Corazón de melón]Where stories live. Discover now