Viviendo con mi neko

.Dolor a través del tiempo.

Imaginen que todos estuvieran en tu contra pero lo negaran, que el dolor de tu pecho fuera tan real que te impidiera dormir, que la amargura de los dias se clavara en tu piel poco a poco. Todo esto le sucedió a Naruto en los siguientes años... incluso con la ayuda de Gaara, sus esfuerzos fueron en vano y con los dias Naruto perdió su característica sonrisa.
Sasuke era su vida y sin él, estaba muerto.

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Ahora con sus veintitrés años, Naruto era uno de los mejores deportistas del futbol, su energía la había encausado a este fiel deporte que le brindaba un escape de su amargura.

-¡Naruto!
-¡Hazme un hijo!
-¡Eres el mejor!
-¡Naruto, Naruto!

El rubio sonrió y saludó a todas sus chicas fans y a los chicos que lo admiraban. Caminaba en compañía de todo su equipo quien hacía lo mismo con sus respectivos fans.

-Nunca me acostumbraré a esto, en verdad.
-Que bueno, mas egolatra sería una tortura. -se quejó el rubio hablandole a su amigo Kiba quien le dio un codazo por respuesta.
Entraron al enorme y lujoso hotel donde se hospedarían para su siguiente partido amistoso. Pudieron ver como su entrenador seguía contestando a las entrevistas por lo que se imaginaron llegaría a verlos después.

La chica que atendía se puso realmente nerviosa al ver a todos esos muchachos con cuerpos trabajados y fama.
-Bien... Bienvenidos...
-Hola. Tenemos una reservación. -¡Por supuesto! -sus manos teclearon hasta hayar uno de los nombres. -¿Seran juntos?
-De a tres, si... -aclaró Kiba interrumpiendo a Shikamaru.
-Bien... aqui estan. -Comenzó a entregar las tarjetas para abrir las habitaciones.
-Gracias.
-Si, gracias.
-Chido linda.
-Gracias hermosa.
-Hasta luego muchacha.
-No te vueles... gracias.
-Gracias niña.
-Muy amable ¿eh?
-Gracias.
-Gracias.
-Gracias.

...

Y continuaron las gracias hasta juntar a diecinueve jugadores, luego sus ayudantes y masajista.
La chica solo sonreía al ver que de nada servía responderle a cada uno. Cuando terminó suspiró entre agotada por los nervios y aun roja por la oportunidad, sonrió contenta y luego se percató que alguien mas estaba ahí.

-¿Ah? Se... ¿se le ofrece algo mas?
-Si, este... yo... ¿tendrías el gimnasio abierto ya?
-¡Claro! ¿Gusta una reservarción?
-Si, por favor... mi nombre es...
-Naruto, Uzumaki Naruto. Lo sé... -Ah... -mostró los dientes dejando caer la maleta al suelo.
-Le confieso que me parece muy buen delantero.
-¿Si? ¡Muchas gracias!
-Pero...
-¿Pero?
-Usted estará jugando de defensa ¿no?
-Ah, si, es que vamos a ver como nos manejamos en otras áreas. -tomó el papelito con su reservación.
-No, a mi no me engañan, es para sorprender al equipo cuando el verdadero partido comience. -le susurró con una socarrona sonrisa.
-¿Tu crees? -le guiñó el ojo para luego irse con su maleta a cuestas, debía llegar primero a su habitación.

Asi, a sus veintitantos, todos eran unos chiquillos de corazón y en verdad seguían emocionandose con cada viaje y partido. Ahora mismo, Kiba se encontraba saltando en el colchón, Shikamaru intentaba dormir en su propia cama y Lee curiosaba en cada cajón, rincón y puerta, se tomaba "selfies" cada tres minutos para subirla a sus redes sociales.

-¡¿Somos cuatro?!
-Kiba no debe estar aqui. -farfulló Shikamaru modorro.
-¡Eah! ¡Perro! ¡Fuera de mi cama!
-Ah, le estoy dando un estrenón a cada cuarto. -explicó Inuzuka bajando de la cama y corriendo a la siguiente habitación.
Naruto solo pujó al ver la que sería su cama completamente desordenada.
-¡Selfie! -gritó Lee acercandose a Naruto para tomarse una foto.
-Lee... pareces mujer, en serio.

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Naruto respiraba con dificultad, sus ojos se cerraban cuando el sudor los mojaba, su ropa estaba empapada pero no quería parar.
La caminadora estaba a todo lo que daba y Naruto parecía estar compitiendo con ella, sus pies se movían a una velocidad aparentemente sobre humana, aunque todo era fruto de toda una vida llena de entrenamiento.