¡Oh, perra! ¡¿por qué tu...?!

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Caminar a su lado, después de tanto, tanto tiempo. Sasuke no cabía en su felicidad, gustaba verse en el reflejo de los autos estacionados por toda la calle. Las vecinas chismosas lo veían asombradas por la cita del chico.
Naruto charlaba contento diciendo una sarta de tonterías que a su neko poco o nada le importaba. ¡¿Quién mierdas era Hinata?!

-Naruto...
-Ah... -se vio interrumpido.
-¿porqué llevas gafas de sol si esta nublado?
-Bueno...
-¿Y por qué traes gorrra?
Naruto apretó mas su gorra a la cabeza.
-¡¿Y por qué me llevas por estas calles tan feas?! agrego al ver por donde estaban tomando rumbo, esas calles eran prohibidas, según Karin. -¡Oh!
-Espera...
-¡Te estoy avergonzando!
-¡¿Qué?! ¡Yo nunca...!
-Eres un idiota ¿me oíste? -le dijo con un puchero mientras se detenía en el camino.
-¡¿Idiota?! ¡¿Por qué todo el mundo se empeña en decirme idiota?! No lo soy ttebayo. Deja te explico.
-¡No necesitas explicar nada! -se giró dolido y empezó a caminar tratando de mantener el poco orgullo que le quedaba.
-Oye, oye ¡oye!

Auch... esto realmente duele... no creí que fuera tan patán.

De pronto un par de brazos le rodearon el cuerpo inmovilizando sus extremidades.
-Si que eres berrinchudo ¿eh? -le susurró mientras lo apegaba mas a su cuerpo. Sasuke comenzó a temblar, la voz ronca de su amo era tan jodidamente sexy.
-Suél...
-¡No! Si lo hago no escucharas ttebayo. Ya empiezo a conocerte.
Ahora, solo quiero que escuches....
Sasuke solo pujó y después suspiró molesto.
-¿Sabes cómo me llamo?
-Naruto Uzumaki.
-Bien, ahora ¿sabes cual es mi profesión?
-... es... eso del fútbol ¿no?
-Ajá. -asintió orgulloso pero poco a poco captaba ese aroma del cuerpo del neko. -... entonces... sabes que soy medio famosillo ¿verdad? -trago saliva al sentir un escalofrío en la espalda.
-... ah... abrió los ojos y luego se sonrojo.

Pero que bruto soy.

-No quiero que me ubiquen porque eso significa que ya no tendremos intimidad. ¿Entiendes? -enterró su nariz en el cuello del neko. -Rico...
Sasuke aceptó la caricia, incluso inclinó la cabeza para darle mas espacio.
-Me gustaría... ir... a... algún lugar mas agradable ¿no crees? -siguió con su platica mientras movía el cuerpo del neko.

¡Despierta! Debes controlarte...

Se giró y le soltó una bofetada sin fuerza, sus rostros quedaron a centímetros y Naruto, aun sobandose la mejilla, le miró hipnotizado.
-No soy como tus otras citas ¿me oíste? -Naruto asintió mudo. -A mi me vas a respetar.
-Si, ttebayo.
-Bien. ¿A dónde me vas a llevar? -pregunto cruzándose de brazos y cerrando los ojos para no caer en la trampa de los azules.
-A un motel... -susurró.
-¡¿Qué has dicho?!
-¡A un café! -alzó las manos para protegerse. -¿Te gusta el café?
-Si... -dijo casi sin ganas, todos los días tomaba café. -Pero no quiero café... quiero una malteada...ya sé donde, sigueme. -lo tomó de la mano y se lo llevó casi arrastrando por la velocidad. Cuando a un neko se le antojaba algo... debía ser rápido.

-Y luego te llevaré al motel...
-¡Te estoy escuchando!

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Sasuke no despegaba la boca de la pajilla mientras absorbía la deliciosa bebida. Naruto, por su cuenta, lo observaba divertido mientras daba mordiscos a sus emparedados recién hechecitos y tostados.
-¿Te gusta la leche aun?
-... ¿qué? -lo miró asustado.
-ehm... hablo de... es que de chiquitos siempre nos gusta.
-Ah, si. -siguió en su tarea. -¿Qué es eso?
-Un sándwich... -contestó y se le quedó mirando. Sasuke no dejaba de ver su comida con sumo antojo. -¿Quieres? -le acercó el pedazo que estaba disfrutando él y dejó que le diera una mordida.
-Sabe rico.
-Si, así me gustan mas, como el queso se derri... te... Sarutobi... ¿quieres que pida unos para ti?
-No... ¿para qué?
-Es que... -Sasuke estaba con la mitad de su cuerpo encima de la mesa y agarraba varios pedazos de pan. -Se ve que tienes hambre.
-Ñya, ya comí.
-¿Cómo dices?
-Que ya comí. -se sentó bien después de comerse el último pedazo del plato.
-Si, pero lo otro...
-¿Qué otro?
-Juraría que te escuché maullar. -le sonrió con ternura, cosa que le pareció extraña a Sasuke pero no pudo detenerse a analizar pues debía excusarse rápido.
-Estas delirando.
-Si, claro... -alargó su mano para tomar la malteada de Sasuke y darle un buen trago.
-Oye, oye, es mía.
-Yo no te dije nada cuando te tragaste todos mis sándwiches.
-¡No es verdad! -se cruzó de brazos. -Pero que grosero...
Naruto decidió no contestar y en cambio absorbió toda la malteada hasta que el popote sonó con el vacío de líquido.
-¿Cómo te atreves?
-De la misma manera que tu. -se burló dejando la copa vacía en la mesa.
-Quiero mi malteada, Naruto. -le exigió y al momento palideció, él solito se había obligado a recordar cuando le exigía su tacita de leche.
-¿Qué tienes? Sa... Sarutobi...
-Nada, estoy bien. -se talló los ojos.
-Tranquilo, ahora mismo te doy tu malteada, con extra de leche ¿va? -se giró a buscar a una chica que atendiera. -Disculpe, señorita.
-Dígame... -la mujer se detuvo en su mesa y sacó la libretita para apuntar.
-Me gustaría ordenar otra malteada y un club sándwich por favor.
-En seguida. ¿Algo mas?
-La malteada puede ser...
-¿Naruto? -interrumpió la muchacha.
-Eh... si...
-¿No te acuerdas de mi?
-Ah... pero si eres Sakura...

Viviendo con mi nekoKde žijí příběhy. Začni objevovat