Viviendo con mi neko

.Sintiendo.

Sasuke ni siquiera tuvo el tiempo de molestarse por la interrupción de Sakura pues estaba totalmente hipnotizado por la emoción del momento. Naruto se había girado un poco para ver hacia atrás y le hizo una seña para que la chica se detuviera en el camino.

-No vamos a irnos sin escucharte...
-Naruto... -hipaba entre llantos. -Yo... no quería darte problemas. -una gotita de agua cayó en su nariz pero no le dio importancia. -Solo quería verte... aunque fuera una vez mas... -junto con esta confesión, Sasuke se dio cuenta en silencio, que todo el orgullo y presunción que lo rodeaba no valía ante su amo.
-¿Me vas a decir tu nombre?
-... Soy Sasuke... -pronunció luego de un tiempo y las gotas aumentaron.
-¡Sasuke! -sonrió conmovido el rubio y le quitó el gorrito tejido. -¡Mi Sasuke!
-¡Woah! -Sasuke fue jalado de la mano y rodeado por el par de brazos fuertes de su amo. Un abrazo. Su primer abrazo. -Naruto... ¡Naruto! ¡Naruto! -al diablo la compostura, su amo al fin lo había encontrado. Se dejó invadir por la alegría y el llanto resonó en el pecho de Naruto quien le arrullaba mientras acariciaba sus orejas con sumo cuidado. Luego de unos segundos, los gritos se transformaron en maullidos y Naruto, preso de la ternura, se rió y empezó a besar su cabello negro.

Era tan delgadito su cuerpo y aun olía muy bien pero lo que ahora importaba era que había funcionado todo su trabajo:

••••••••••••••••Flashback•••••••••••••••••

Gaara lo miró por igual, pudo notar esos ojos hinchados y la falta de sueño se delataba en la piel y cabellos opacos. Alzó una mano y saludó con la formalidad con la que estaba acostumbrado.
-¿Tu... vas a ayudarme?
-Intentaré.
-Soy Naruto.
-Gaara, un placer... -le saludó con la mano. -Ahora, lo primero es... conocer la psicología de tu neko.
-¿Psicología? -preguntó Minato integrándose sin dificultad a la plática.
-Si, recordemos que... un neko es una mezcla de gato y humano, afortunadamente ya se abrió otro campo de estudio para ellos especialmente, aunque aun le falta mucho. -miró a Tsunade con sus ojos encantadoramente verdes. - Lo primero es saber y aceptar en familia que hicieron mal en tratarlo así en una situación tan extrema como esa. -los miró a todos.
-Bueno, en mi defensa...
-Kushina, ya basta. -le acarició la pierna su esposo.
-Naruto... ¿nunca antes había arañado?
-No, solo me rasguñaba pero no era...
-Voluntariamente, de acuerdo. -completó y sacó una libreta. -Cuando los nekos viven en hogares con un amo alfa, como lo eres tu... no destacan esta defensa de las garras. Al menos, claro, que sufran un altercado que los obligue a defenderse por si mismos.
-Si, entiendo. -habló a media voz sin dejar de observarlo.
-Cuando siguió sintiendo las emociones de todos ustedes, su cuerpo reaccionó por instinto.
-¡¿Y a dónde fue?! -le gritó mostrando su peculiar lado impaciente.
-Para eso, debes contarme todo sobre él. -contestó con calma acostumbrado a estas reacciones.
-¿Para qué? -preguntaron al unísono los padres y la abuela.
-Para saber cuanto tiempo corrió, si buscó a alguien, dónde se refugio...
-Entonces, lo encontrarás ¿pronto?
-Me temo que no te puedo asegurar nada. Podemos tardar meses o años... o quizá...
-¡No lo digas! -le interrumpió molesto mientras se cubría los oídos con las manos. -No dejaré que eso pase... nunca... -sus ojos brillaron con las fuerzas restauradas. -Te lo diré todo... no me voy a rendir.
Gaara sonrió de lado, orgulloso por la actitud del rubio y sin saber que pronto sería uno de los chicos mas reconocidos a nivel nacional.

•••••••••••••••••fin del flashback••••••••••••••••••••

Y así, Gaara, su detective privado, se fue convirtiendo también en un amigo fiel. La primera indicación que recibieron fue no decir nada del avance ni de la búsqueda. Podrían interferir o incluso simular secuestros. Naruto recibía las reglas y las acató todo este tiempo.
La tarde en que le dijeron que irían a jugar cerca de su ciudad natal, supo que estaba en un foco rojo de la búsqueda.