La ley y el orden, U.V.E. ¡Al ataque!

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-¿Ah?

No podía estar mar rojo, se sentía torturado por aquellos ojos azules que, de manera extraña, brillaban aun más en la oscuridad de la noche. Miró hacia un lado antes de reintentar.

-Lo que oíste...

-Es que... no oí nada, ttebayo... -se rascó la nuca con pena.

-¡¿Qué?! ¡Ponme atención! –le regañó molesto.

-¡Lo siento! No puedo... no... es que... estas aquí... ¿Cómo es que estas aquí?

-Ah... -desvió la mirada. –Pues... fue casualidad.

-¿Si?

-Ya, estábamos caminando cuando te escuchamos lloriquear como un bebé.

-¿Estábamos? –miró a su alrededor girando en el proceso para no perder ningún ángulo.

-Le dije que no interfiriera y se quedó en el camino... -le explicó.

-¡¿Quién?! –regresó a verlo con las cejas fruncidas.

-Oro... -se detuvo. –Alguien.

-¡¿Alguien?! –alzó aun más la voz presionando sus nudillos de manera disimulada.

-No te importa, mejor hazme caso a mí.

-Te estoy haciendo caso. Te haré mas caso de lo que ese "alguien" te hará alguna vez.

-¡¿De qué estas hablando?! –le preguntó confundido. –Naruto... escucha... escúchame, por favor...

-Ya, lo hago. –le sonrió.

-Bien... este, lo diré desde el principio... otra vez –agregó, su tortura no acababa, ese rubio parecía no entender lo que estaba pasando. –Hace unas semanas... fuimos al veterinario y...

-¿Esa es tu pijama? –le interrumpió observando lo corto que era el short. Admirando la delicada piel blanca de sus piernas y al mismo tiempo sufriendo al pensar que alguien lo haya visto.

-Si. Naruto... aquí... -sus dedos le indicaron que mirara a su rostro no a sus piernas. –Bien, fuimos al veterinario...

-¿Quién, ttebayo?

-Yo...

-Dijiste, fuimos...

-Si, yo y Karin.

-¿Quién es Karin?

-La pelirroja que me cuida.

-¡¿Ahora ella es tu amo?!

-¡No! ¡Eres...! –se calló antes de cometer la tontería de entregarse de nuevo a él. –Es algo asi como una amiga.

-Ah... si ¿Y qué pasó, ttebayo?

-Pues, esto es raro pero... al parecer, el ADN de un neko si puede ser combinado con el de un ser humano. –le dijo con los labios secos por el miedo.

-... -asintió observándolo de arriba a abajo. -¿Qué era el ADN? –los ojos de Sasuke se abrieron del asombro.

-No puede ser...

-¿Qué?

-No, debe ser una broma...

-¡¿Qué, ttebayo?!

-¡No puedes ser tan estúpido! –se levantó de la roca para gritarle a la cara.

-¡No me retes! –le apuntó con el dedo. –No, espera... yo... ah ¡lo hiciste a propósito!

Viviendo con mi nekoWhere stories live. Discover now