Capitulo 31

868 80 28
                                    

Los invitados se habían marchado, pero el caballero Styles, como de costumbre, permaneció ahí por otro rato.

Papá y el fumaron un cigarrillo en el gran salón y al mirarlos parecían estar cómodos. Nada fuera de lo común. Así que supuse que mi padre aún mantenía esa amistad intacta.

Tal como lo había supuesto, el tal vez no le guardaba rencor a Harry, después de todo no era culpable de que yo estuviera enamorada, y por otra parte también continuaba sin saber todos los sucios secretos que nos guardábamos.

Como el hecho de que Harry me había despojado de mi virginidad y también el pequeño detalle de que esa misma noche se había insinuado como nunca antes y me había propuesto la idea de un matrimonio.

Pero bien. Nada de eso debía descubrirse aún, así que pensé que no debía preocuparme demasiado.

Unos minutos después, cada uno de nosotros estaba envuelto en sus asuntos.

El primo Matthew estaba en la ciudad y acompañaba a Lavinia al jardín.

Por supuesto, ese chico continuaba siendo el único hombre en la tierra al que mi padre le permitiría tomar la mano de mi hermana.

Era el heredero, por tener la sangre de la familia y Lavinia era la prometida por ser la mayor.

Sin embargo con el pasar de los meses ella hacia un gran trabajo al resignarse y parecía comenzar a disfrutar de esos pequeños momentos con su futuro esposo.

Quien a pesar de ser nuestro primo, era su única opción.

Por su parte mi madre y mi hermana Maddey estaban recostadas en el sofá, hablaban amenamente mientras yo en mi soldad, revisaba el librero de papá.

Ese gran librero con toda clase de novelas algunas veces era interesante de registrar en privado. Pero yo no estaba tan sola como creía.

Un suave beso se apoyó en mi mejilla y por un insignificante instante pensé que se trataba de mi padre, antes de que ese cuerpo firme se apegara a mis espaldas y esas manos frías tomaran mi cintura con delicadeza.

-Harry— reaccione algo desorientada por su atrevida forma de acercarse.

El realmente parecía no temerle a nada esa noche. Quizás ahora pensaba mandar al diablo todo y sacar a la luz nuestros secretos, pero yo sabía que aún no estábamos listos para eso.

-No aquí, mi amor, por favor— susurre, apartando sus manos de mi cintura, de la forma mas dulce que me fue posible.

-Está bien, lo lamento— se disculpó con una vocecilla y se apoyó del librero, mirándome fijamente mientras yo elegía un par de libros e intentaba no regresar mi atención a él. Pero eso era tan difícil y las miradas desafiantes y seductoras siempre teñían mis mejillas de rojo.

-Te ves tan hermosa cuando te sonrojas— me dijo con voz baja y yo reí, tomando un libro robusto para darle un pequeño golpe en el hombro.

-Basta, me incomodas— reclame y el también reía.

-Te amo muñequita— susurro a mi oído y sentí estremecerme, intentando tomar distancia.

-Basta Harry— rogué.

-¿Qué ocurre?— quiso saber, pero yo negué y antes de que pudiera decir algo en mi defesa, la voz de mi padre llego al lugar de nuevo, después de que se había marchado por unos minutos del salón.

-Harry, mira este vino, es el que te decía, es de Cataluña— sonrió y el chico lo imito, apartándose de mi para ir a donde se encontraba el hombre mayor, y unos minutos después ambos se marcharon de la habitación para brindar en el comedor.

Mi Musa Rebelde ❁Harry Styles ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora