Capitulo 33

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En cuanto llegó su primera carta sentí que el mundo entero se detenía y de pronto volvía la alegría a mi loco corazón que se agitaba por la adrenalina.

Me recosté en un camastro bajo los rayos ardientes del sol. A un lado la alberca de agua cristalina tan templada como todo lo demás en ese sitio.

Nueva York no era como Londres. No con ese clima caluroso.

Ahora pasaba mucho tiempo en los jardines de la abuela y la primera ocasión en que llego una carta de Harry, yo la había esperado por algunas semanas.

La correspondencia en aquella época demoraba su tiempo en llegar, y más cuando debía atravesar el mundo, desde Londres hasta Nueva York.

Pero Harry había asegurado que escribiría una a diario, así que suponía que a partir de ese momento las cartas atrasadas llegarían con más frecuencia.

La primera de ellas me rompió el corazón y me saco varias lágrimas, imaginando su voz al leerla.

Las siguientes amortiguaban el dolor y me hacían desear tanto su regreso en mi vida.

Lo amaba y lo necesitaba con urgencia para no temerle a nada en esa ciudad extraña.

Me desgastaba por horas respondiéndole por escrito, le contaba algunos detalles de mis días y algunas veces le inventaba historias divertidas para que él no se preocupase y pensara que me la estaba pasando en grande en Nueva York.

Nos repetíamos mutuamente cuanto nos extrañábamos y cuanto deseábamos reencontrarnos.

"Ven a verme, mi amor". Le rogaba, pero él siempre se disculpaba y se justificaba.

"No puedo ahora, Alice, estoy ocupado con el libro aquí en Londres". Me explicaba y me daba detalles acerca de las grandiosas ventas que se llevaban a cabo con esa nueva novela.

Por supuesto, desde el principio el me había enviado la primera copia oficial.

Harry me había entregado el manuscrito de Las aventuras subterráneas de Alice, desde hacía largo tiempo, pero ahora la novela oficial tenía un nuevo nombre. "Alice en el país de las maravillas". Y los dibujos con los que contaba eran más profesionales y contaban con color.

Además de que la historia era mucho más completa.

Todo tenía una trama nueva, habían más personajes como una oruga y huevo llamado Humpty Dumpty. Aquellos personajes, tal como Harry, tenían la pasión y atracción por los acertijos y hacían del viaje de Alice, algo mucho más interesante para el lector.

"Lo he leído tantas veces y nunca me agoto". Le decía en cada una de sus cartas, para complacerlo. Y una vez más me despedía, repitiéndole cuanto deseaba estar con el para besarlo y poder sentirlo.

Algunas veces mis notas se tornaban eróticas desde un principio. Le escribía acerca de mis deseos y todo lo que haría por él, de tenerlo cerca.

Sin embargo, Harry nunca correspondía a mi atrevimiento. El usualmente se limitaba a recordarme cuanto me amaba y cuanto me deseaba la felicidad.

"Se feliz mi preciosa Alice, no me esperes, encuéntrame en alguien más". Me dijo una vez y yo no estuve del todo segura de a que se refería con esa pequeña frase, así que me limite a responderle que a pesar de todo, yo lo esperaría una eternidad de ser necesario.

Harry no volvió a tocar el tema después de eso.

-Haz pasado horas leyendo esa cosa, querida, ¿Por qué no vienes conmigo? Te haría bien un ambiente diferente— la abuela me hablo al otro lado de mi recamara una tarde, después de que yo había estado desde el amanecer con el libro de Alice en mis manos, revisando cada página como si nunca antes lo hubiera visto, cuando lo cierto es que lo había leído unas cientos de veces.

Mi Musa Rebelde ❁Harry Styles ❁Where stories live. Discover now