Capitulo 47

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-NARRA HARRY-

Con sosiego observe al hombre que se paseaba por la biblioteca fumando como una chimenea en completo silencio.

Yo mientras tanto estaba de pie ahí y no me movia.

Firme y seguro en mi posición, sabia que esta vez no me dejaría quebrantar por él. Estaba ahí para informarle que amaba a su hija y que ambos habíamos decidido casarnos.

-Yo siempre lo he respetado señor Collinwood, para mi siempre ha sido alguien digno de admiración— explique con voz firme pero suave, para votar ser intempestivo mientras ese sujeto se limitaba a escuchar lo que yo tenía para decirle— usted me confío un espacio en su familia y mi intención nunca fue inmiscuirme de esta forma, si de algo sirve también me he sentido avergonzado por todos estos problemas— murmure y el novio la mano al aire.

-No sirve de nada, pero prosigue— alardeo y yo asentí, frunciendo ligeramente el ceño por su postura.

-Amo a su hija— lance una pedrada que sabia que lo haría bajar la retaguardia y juramente fue así.

El sujeto no dijo nada esta vez y tampoco me miraba mientras se paseaba por el perímetro, soltando grandes bocanadas de humo.

-Desde el primer momento en que usted me permitió un lugar en su familia, yo siempre intente mantenerme en una postura educada y fiel, sin entrometerme demasiado con sus hijas, ellas para mi siempre fueron como parte de mi propia familia, pero Alice... Oh Alice, ella tocó mi corazón como nadie nunca lo hizo, señor y no pude evitar amarla como un loco— suspire, mirando por la ventana que conectaba al jardín, donde casi podía ver a esa pequeña niña con un gran vestido azul o blanco y un moño en su cabello dorado— lamento ser el loco menos apropiado para ella, si pudiera cambiar algo en mi, dejaría que sea usted quien me diga que me hace falta para merecerme a su hija, porque se que no me la merezco, pero dios me ha dado la bendición de tenerla y de que ella igual me ame de esta forma, y ahora, todo lo que me hace falta es tener su bendición para poder llevarla al altar como tanto he deseado— hice una pequeña pausa y luego volví la vista a él, quien finalmente estaba mirándome con gran atención— en verdad me importa su bendición, no quiero hacer esto sin saber que usted lo aprueba, yo le respeto y siempre le he admirado, y tanto como Alissa, yo también desearía verlo asistir el día de nuestra boda— confesé y por un segundo el hombre divago pensativo, antes de tomarse la oportunidad de hablar.

-Eres un hombre persistente, Styles, pero me alaga escucharte decir que no mereces a mi hija— sonrio a medias y lego prosiguió— nadie se merece a mi hija, soy su padre, que otra cosa podría decir, pero creo que mi opinión aquí ya no tiene valor— medito, observando el jardín también donde ambos pudimos ver a Alice salir de pronto, caminando pacientemente en espera de que nosotros termináramos de hablar— siempre quise lo mejor para ella, no quería lastimarla, pero supongo que muchas veces no le permiti tomar sus decisiones... Ella será mi primera hija en contraer matrimonio a pesar de ser la más joven, eso para mi es un gran golpe, ¿Me entiendes?— me interrogó y yo asentí con la cabeza, formando una pequeña sonrisa impaciente al escucharle confirmar que Alissa seria la primera en casarse y yo sería el afortunado.

Un gran lapso de silencio transcurrió y yo esperaba que el hombre aportará algo mas, pero parecía que eso era todo.

-¿Irás a verla?— me pregunto y yo encogí las cejas sin comprender del todo.

-¿Perdón?— pregunte atolondrado.

-¿Querías mi aceptación? Pues ya la tienes ¿Que mas quieres de mi, muchacho? ¿Un abrazo?— me reprochó y yo reí, negando con la cabeza rápidamente, cual si fuera un niño regañado.

-Lo lamento, y se lo agradezco, en verdad esto lo es todo para mí— me acerque un poco y extendí una mano para estrecharla con la suya en señal de paz.

El hombre acepto y asintió paciente.

-De acuerdo— dijo, y a pesar de no darme ni media sonrisa de su parte, supe que él ya no me odiaría y me dejaría ir.

Salí del lugar prácticamente corriendo en busca de la chica que ahora seria oficialmente mía, y nunca antes experimente tal dicha.

Nos habíamos escapado antes, nos habíamos prometido amor eterno y nos habíamos comprometido en matrimonio, pero hasta ahora nunca experimente tal paz y alegría, porque finalmente todo estaba hecho y no tendríamos que huir o escondernos mas.

Ciertamente no había nada mas reconfortante que eso.

-Alice— la llame al verla ahí sola, vagando en el jardín en compañía del gato que yo le había obsequiado tiempo atrás.

-¡Harry! ¿Qué sucedió? ¿Que dijo mi padre...?— pregunto desesperada pero yo no aguarde por nada y de inmediato la tome entre mis brazos para besarla ansiosa y profundamente.

Rodee su cintura con un brazo y lleve una mano tras su cabeza para mantenerla cerca mientras la besaba y ella ría contra mis labios.

-¿Dijo que si? ¿Dijo que si?— me interrogaba y yo sonreía sin abandonar su boca.

-Aja— le dije y en ese momento la chica se aferró desesperadamente a mí, soltando tan solo una risita antes de dejarse vencer por los sentimientos y entonces se soltó a llorar.

-Oh Harry— sollozo amargamente y yo dejaba un sin fin de besos en su rostro mientras ella lloraba y repetía mi nombre una y otra vez.

-No llores linda, te amo— susurre, besando su frente y levantándola en el aire para girarla, sacándole con facilidad una risita pero sin que las lagrimas en sus ojos dejaran de caer cuesta abajo en sus mejillas.

Y sin notarlo éramos observados por su padre a través del ventanal de la biblioteca, permitiéndonos finalmente estar juntos sin mas polémicas.


Mi Musa Rebelde ❁Harry Styles ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora