#36. Pensamientos y "la noche anterior".

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#36. Pensamientos y "la noche anterior".

Mil y un estrellas y un cielo oscuro era lo que contemplaban mis ojos, mientras escuchaba el sonido de las olas y del mar que mis ojos no podían ver con claridad. Empecé a sentir al menos un poco de paz, escuchando mi respiración.

Cerré los ojos.

Empecé a recordar las últimas veces que vi a mi madre, sobrio. Un sábado en la mañana. Recuerdo que ese día mi madre estaba un poco molesta porque le tocaba trabajar doble turno en el hospital.

-Sophie, por favor duerme temprano ¿Sí?

-Sí, mami –dijo con su débil voz de niña-.

-Te amo ¿Lo sabes, no?

-Sí. Yo también te amo.

-Julie, la cena está en el horno, solo hay que calentarla. Su padre está cansado, no lo molesten –nos dijo a los tres en general-.

-¿Mamá? ¿Puedo ir a la casa de Cameron?

-Está bien, pero si tu padre está dormido cuando llame, vas por mí al hospital ¿sí?

-Como digas.

Suspiré y volví a abrir los ojos. Maldita realidad. ¿Por qué le tuve que mentir?

(...)

Dos días después estábamos en la playa de nuevo, yo estaba casi quedándome dormido, acostado en la fresca arena. Casi me duermo por completo hasta que la voz de Zoe me hace reaccionar.

-¿No vas a entrar al agua? –Me froté el cabello con la mano-.

-Por ahora no, estoy muy cansado, a noche no dormí bien.

Noche anterior.

Los únicos en la casa éramos Zoe, Taylor, Matthew y yo. Los demás estaban en el Supermercado comprando cosas para el desayuno de mañana. Estaba muy cansado así que me fui a dormir, además de que ya era un poco tarde.

Intentaba acomodarme bien en la cama, pero no lo lograba, me sentía incómodo. Cuando logré dormirme, empecé a soñar con mi madre. Soñaba que me hablaba, sin embargo no sabía qué me decía. Luego soñé de nuevo con ella, en un momento me abrazaba y al otro estaba en el funeral. Me quería despertar pero no podía. Y entonces sentí que alguien me movía el torso desnudo y decía mi nombre. Abrí los ojos.

-¿Mason, estás bien? -Me preguntó ella-. Me asustaste, estaba en la escalera y vine.

Con mi respiración agitada y mi ceño fruncido me senté en la cama y me acomodé a su lado.

-Sí, ahora sí.

-¿Qué pasó, por qué gritaste?

No pude responder, y no porque no le quisiera decir, sino porque mis ojos se aguaron y se creó un nudo en mi garganta.

-¿Quieres que te abrace? –Preguntó tímida y un tanto incómoda-.

Asentí con la cabeza. Me abrazó y yo le devolví el abrazo por la espalda. Puse mi cabeza en el hueco de su cuello y le olí el cabello.

-Gracias –dije en un susurro-.

-¿Es por tu madre?

-Sí. Pero no quiero hablar de eso –nos separamos pero dejé una mano en su hombro-.

-Lo siento.

-No importa –corrí mi mano a su cuello-.

Me incliné un poco hacia ella y entre abrí mis labios, ella hizo lo mismo y juntamos nuestras frentes, su piel era cálida a diferencia de la mía que estaba fría. Nuestras respiraciones eran agitadas y chocaban entre ellas. Era el momento de besarla, pero no quería arruinar nada. Aun así "junté" nuestras bocas. Lo digo entre comillas porque ella se alejó, y lo único que tocaron mis labios fue la comisura de su boca. Que tan solo duró un segundo. Ella se levantó de la cama y se tapó la boca. Yo, un poco decepcionado miro la sábana blanca pero oscura por la noche.

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