#37. ¿Confesión?

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#37. ¿Confesión?

| Taylor |

Me ignoró. Mierda.

-¿Ahora me vas a ignorar? –Pregunté omitiendo la presión en el pecho que se estaba formando-.

-Eso lo decidiste tú –respondió seco, talvez triste, no lo sé-.

Vi cómo se alejaba a la playa y resoplé. Sentí la mano de Ryan en mi hombro y de una vez la quité y me di vuelta. Tenía la otra mano ocupada, cubriéndose la nariz que sangraba levemente.

-Tay...

-¿Qué le dijiste? –Lo interrumpí-.

-¿Por qué supones que yo fui el que dijo algo?

-Ryan, ¿Qué le dijiste? –No me quería enojar con él-.

-Mencioné a su madre –miró hacia otro lado-.

Lo evadí y me fui por mi toalla para secarme y luego sentarme en la arena. Idiota, le dije que no dijera nada. Él me preguntó y yo le conté que su madre murió en un accidente de auto. Nada más.

Pero esto me molestó bastante, más de lo que parecía. No quería que Mason dejara de hablar conmigo. Tampoco que se enfadara. Siento que le afectó bastante. No sé exactamente por qué, talvez porque Ryan sabe, talvez porque yo le conté. Talvez la segunda, lo más seguro. Pero no de todo, porque es... Mason. Es casi imposible que le guste yo. Él talvez solo quería arreglar las cosas y ser mi amigo, pero creo que la acabo de cagar.

Lo veía montar algunas olas, luego montó una muy grande –era grande, pero no llegaba a los chicos porque es estaba bastante lejos de los chicos y de la orilla-. Él desapareció de mi vista, pero no se vio la tabla volar por los aires, estaba en el túnel. Me quedé viendo la ola hasta que salió de ella...

-¿Me estás escuchando? –Ryan tapó mi vista, poniéndose en frente-.

-¿Parece que te estoy escuchando? –Respondí más enojada de lo que quería sonar-.

-Taylor, por favor. Lo siento.

-Deberías.

-¿Y a ti por qué te molesta tanto? –Frunció el ceño-.

-¿Qué por qué me molesta? Porque yo te lo conté y porque él me lo contó para que no le dijera a nadie, se supone que TÚ no lo harías.

-Lo siento –agachó la mirada-.

Suspiré y tomé una esquina de la toalla en la que estaba sentada y limpié la sangre seca bajo su nariz.

-No creo que los chicos se hayan dado cuenta, no quiero que lo sepan, no quiero problemas o que Zoe se moleste, ¿está bien?

-Sí –asintió y se inclinó a besarme, pero de instinto me alejé un poco-. Pero yo no quiero que te enojes conmigo –me miró a los ojos y tomó mi mentón y me besó lentamente, correspondí pero no tenía mucho gusto de hacerlo-.

(...)

Ahora en la casa estábamos mirando una película todos... bueno, casi todos. Exceptuando Mason. Quien estaba afuera, no sabía qué estaba haciendo.

| Mason |

La cabaña tenía un porche con una silla y una baranda. Ahora me encontraba recostado en la baranda, fumando.

Una lágrima cayó por mi mejilla izquierda, de inmediato la sequé y le di otra calada al cigarro. Boté el humo lentamente hacia arriba.

¿Por qué no te vas? –Pensé-. ¿Por qué no te vas y te llevas el dolor y la culpa?

Its Just A GameWhere stories live. Discover now