-Antes de casarme con Ellen, en mi casa entraban y salían muchas mujeres.
_________ se removió intranquila en el asiento.
-¿Y después?
-Voy a cumplir cuarenta años en Septiembre, ___________ -dijo Lanz con cierta solemnidad-. Los negocios me absorben todas las horas del día, y por las noches tengo que dormir. A eso me refiero cuando digo que añoro viejos tiempos. No tenía mucho dinero, pero disponía de mucho más tiempo.-Lo dices como si fueras Matusalén. ¡Pero si tú les das cien vueltas a todos tus vicepresidentes! -añadió __________ mirándole significativamente.
-Te equivocas. La mayoría de ellos tienen hijos y se mantienen en forma jugando con ellos.
A ________ no le pasó desapercibido su tono amargo.
-¿Es que te gustaría tener hijos? -preguntó un tanto sorprendida.
-¿A quién voy a dejarle Big Sabine y Petróleos Fitsher cuando me muera? ¿A mi primo? -añadió mirándola con el rabillo del ojo.
Acababan de aparcar frente a los apartamentos de Lanz.
-Entonces lo que tienes que hacer es casarte.
A pesar de lo que acababa de decir, ________ no podía soportar la idea de ver a Lanz casado y con hijos.
-¡Qué idea tan original! Puedo arreglarlo con un contrato: doy tantos dólares por una mujer que me dé un hijo varón.
-¡No digas eso! Lo dices con una sangre fría increíble.
-Es que, tal y como me lo has planteado, sería así. Soy cínico porque la vida me ha hecho así. Cierta vez te dije que no me importaba pagar por lo que quería, y así es; pero dentro de ciertos límites. Por ejemplo, no estoy dispuesto a pagar a una mujer por tener un hijo. Los hijos son fruto del amor, no de los intereses.
-Eres un romántico empedernido -comentó ______ con una sonrisa.
-¿Es que tú no deseas tener hijos?
-A mí se me ha pasado la edad de tener hijos.
-¿A los veintisiete años? ¡Pero si las mujeres tienen niños hasta los cuarenta! Lo que a ti te asusta es comprometerte, ¿verdad? Tú te las podrías arreglar para tener una relación poco seria con un hombre, pero un hijo son ya palabras mayores para ti ...
_________ sonrió tímidamente.
-Me conoces bastante bien.
-No tanto como quisiera. Ni de la manera que quisiera.
-¿A qué te refieres? -preguntó ________ sin pensar. Lanz abrió la portezuela del coche y salió sin contestarle. Cuando llegaron al ascensor, hizo su pregunta:
-¿De verdad le tienes miedo al sexo?-
Aquello no se lo esperaba ________. Se quedó petrificada un momento, pero luego acertó a decir:-¿Que si tengo miedo? No lo sé. Ya sabes que sólo he hecho el amor una vez, y fue una primera experiencia bastante brutal.
-Él debió hacerte mucho daño.
____________ se arrebujó en su chal, dolorida por el recuerdo.
-Allen no sabía que yo era virgen, y no se enteró hasta que ya era demasiado tarde, cuando lo había hecho todo sin ningún cuidado. Yo estaba locamente enamorada por primera vez en mi vida, o eso creía. Lo único que tengo que agradecerle a Allen es que me enseñó a no volver a cometer nunca aquel mismo error.
-No tienes nada que agradecerle -afirmó Lanz tremendamente serio-. ¿Piensas seguir viviendo toda la vida como ahora?
-¿Cómo?
_______ abrió mucho sus ojos verdes.
-Sola.
-Tú también estás solo.
-Pero no siempre voy a estarlo -dijo él con evidente segunda intención.
________ le lanzó una mirada feroz.
-A mí no me gustan las aventuras pasajeras; además, nunca me entregaría a un hombre sólo por satisfacer mis instintos sexuales.
-¿Y si ese hombre te quisiera y tú le quisieras a él? Sus miradas se encontraron.
-Entonces no lo sé.
-¿Y si fuera yo? -preguntó él con voz dulce.
________ se le quedó mirando como si acabase de pronunciar el mayor disparate del mundo. Joe al verla tan confusa, apenas pudo disimular una sonrisa.
-¿Qué... vamos a cenar? -preguntó entonces _________, roja como una amapola.
Lanz rió por lo bajo.
-Espera y verás.
Josito les sirvió una cena deliciosa, consistente en carne asada, ensalada italiana, vino y flan de queso. Lanz comió con bastante apetito, mientras que ________ se limitó a escarbar en su plato contemplando distraída las ráfagas de luz de los relámpagos que recortaban en el horizonte los rascacielos de Houston. La asaltaba la idea de tener a Lanzpor amante y le parecía imposible; aún así, se lo imaginaba sin esfuerzo compartiendo su cama...
-¿No tenías hambre? -preguntó Lanz mientras se servía una segunda taza de café.
-No, la verdad es que no -dijo ella un tanto violenta.
-Te noto un poco incómoda.
Lanz inclinó la cabeza, mirándola inquisitivamente a los ojos y añadió:
-¿Es por lo que te he dicho de que si nunca habías pensado hacer el amor conmigo?
A _______ se le cayó la taza de las manos y el café se derramó por todo el mantel manchándolo todo y amenazando con escurrirse fuera de la mesa. Afortunadamente, _________ se levantó a tiempo de salvar su vestido.
-Bueno, eso contesta a mi pregunta... ¡Josito!
El muchacho acudió corriendo y tranquilizó a ________ diciéndole que la mancha del mantel desaparecería. Mientras él recogía todo, ellos se marcharon al salón. Joe todavía riendo, se quitó la corbata y la chaqueta.
-¡Dios mío! ¡Qué reacción la tuya!
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Amigos y Amantes
Teen FictionHabían sido amigos durante muchos años, hasta que, cierto día, _________ se sintió atraída hacia Lanz de una manera diferente. Y cuando se besaron, la pasión puso fuego a sus corazones... y su amistad quedó reducida a cenizas... A partir de entonces...