Cap. 7 parte 3

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  El viernes por la noche, Danny, viéndola en aquel penoso estado, insistió en llevarla a una discoteca.

-Te encantará -le aseguró-. Se puede cenar una carne asada buenísima, y la música está tan alta que llegas a olvidarte de tu propio nombre. Es el sitio de moda de la gente joven. -¿Cómo de joven? -preguntó ___________.

-No te preocupes, nena. Si nos vestimos adecuadamente, pasaremos inadvertidos.

-Hombre, muchas gracias -gruñó ella-. No sabía que pa­reciera tan vieja.

-Bueno, los dos tenemos la misma edad.- ________ suspiró.

-Yo últimamente me siento como si hubiera llegado a los cuarenta. Tengo la terrible sensación de que estoy de vuelta de todo. Pero iré contigo. Da la casualidad de que tengo aquí un vestido plateado, me lo compré precisamente para una fiesta en una discoteca, y nunca tengo ocasión de ponérmelo.

Danny sonrió.

-¡Así me gusta mi chica!

_________ tendría que haberle preguntado a Nick por qué la llevaba a una discoteca cuando sus gustos musicales empeza­ban en Verdi y terminaban en Wagner. Hasta que no estuvie­ron sentados en una mesa, frente a la pista iluminada con luces multicolores y sumidos en una música atronadora, __________ no se percató de las intenciones de Danny. A pocos metros de ellos, unas mesas más allá, se encontraba Lanz acompañado de Melody, que por muy poco no estaba sentada sobre sus rodillas

-No sé qué te haría -le dijo a Danny dulcemente-. Sí, creo que te envenenaría y después contemplaría los lentos espas­mos de tu muerte. ¡Eso haría!

Danny bebió un sorbo de vino. Le brillaban los ojos de malicia.

-Me apuesto lo que quieras que no lo harías. Lo que pasa es que sabía que no hacías más que pensar en él, así que llamé a Josito y le pregunté dónde iba a estar. Es decir, le pedí a Maisie que llamara. El resto me ha resultado muy fácil.

________ arrojó su servilleta sobre la mesa, indignada.

-¡Me parece magnífico! ¡Llévame a casa ahora mismo!

-No, no puedo. Mira, si te ve salir ahora con esa cara, se va a creer que estás celosa.

-No estoy celosa.

-Sí lo estás.

De pronto, ________ se sintió observada, y en cuanto levan­tó la cabeza se encontró con los ojos penetrantes deLanz . La mi­raba con un rictus rígido. Rápidamente bajó la cabeza; el cora­zón le latía atropelladamente.

-¡Menuda miradita! -exclamó Danny irónicamente-. Está furioso, ¿verdad?

Sabes perfectamente que sería capaz de marcharme an­dando a casa con tal de no encontrarme con Lanz.

-Pues si la cara de mi querido primo expresa lo que me pa­rece que expresa, creo que él estaría dispuesto a hacer lo mismo por su parte. Y Melody parece que le va a engullir de un mo­mento a otro. 

Es preciosa esa chiquilla, ¿verdad? Es tan joven... -________ se sintió herida por aquel comentario, y le dirigió a Danny una mirada fulminante.

-Sí, esa chica lo tiene todo -dijo con la más dulce de sus sonrisas-. Lanz está de suerte.

-Qué raro -observó Danny-. Eso no fue lo que me dijiste en la fiesta de Elise. De hecho, si no recuerdo mal, hiciste todo lo posible por rescatarle de entre sus garras.

Entonces éramos amigos -dijo ella tristemente.

-Espero que por lo menos sigas considerándote amiga mía.-__________ suspiró.

-Sí, supongo que lo soy. Con un carácter tan insoportable como el tuyo, estás muy necesitado de amistad. Tienes suerte de que yo sea una persona bastante paciente.

Danny se echó a reír.

-Anda, sal conmigo a bailar. Vamos a enseñarles a esos dos lo que es bueno.

-Yo no sé bailar como esta gente -murmuró _______ cuando se dirigían a la pista.

-Es muy fácil. Lo único que tienes que hacer es imaginarte que estás pisando huevos. Lo demás sale solo.

__________ intentó pasar junto a la mesa deLanz  sin mirar siquiera, pero no sirvió de nada, porque, como era de esperar, Danny se paró en ese momento y le dedicó la mejor de sus son­risas a su primo.
-Hombre, hombre; si está aquí mi querido primo  LanzY...¿quién eres tú? Melody, ¿verdad? -añadió dirigiéndole una in­tensa mirada a la rubia-. Melody,me parece que no lo sabes, pero ________ es muy amiga de Lanz.

-Sí, la conozco muy bien -replicó Lanz.

-Comimos juntos la semana pasada -le comentó ________ a Melody amigablemente-. Tomamos- espaguetis, ¿verdad? -añadió mirando a Lanz.

-Sí, eso me pareció -contestó él.

-No sabía que a ti te gustasen las discotecas, primo -dijo Danny con malicia.

-A Melody le encantan -replicó  Lanzfríamente. _________ empezaba a sentir que la sangre le hervía en las venas, no obstante se las ingenió para esbozar una sonrisa.

-¡Claro, la gente joven es muy dada a frecuentar discote­cas! Aunque, a tu edad, amigo mío, estos bailes tan movidos pue­den ser perjudiciales. Sobre todo teniendo en cuenta tu artritis galopante.
-Yo no tengo artritis.

-Eso crees. Pero últimamente no has hecho más que que­jarte de dolores a todas horas.

-Sí, pero ahora he encontrado un remedio perfecto para esos dolores -le contestó, pasándole a Melody el brazo por los hombros.

La muchachita se apoyó en él y dirigió una mirada triun­fante a _________.

-Vámonos, cariño -dijo entonces Danny cogiéndola por la cintura.

________ se dejó conducir a la pista. La embargó una tris­teza desmesurada al pensar que sólo dos semanas atrás Joe y ella habían compartido lo más maravilloso que dos personas po­dían compartir y que, de pronto, se encontraban completamente alejados, como si no se conocieran.

Mientras bailaban, Lanz y Melody acudieron a la pista. Javier bailaba maravillosamente, y la mayoría de las chicas de la dis­coteca le dirigían miradas lánguidas.

________, por su parte, se dejó llevar por la música, con­centrándose en el ritmo y abandonando el cuerpo con tal sen­sualidad que también atraía la atención de buena parte de la con­currencia masculina.

Aquélla, sin lugar a dudas, fue la mejor actuación de su vida; bailó y rió hasta la saciedad mientras que el corazón se le des­garraba por dentro.

Unos minutos más tarde, Melody dejó a Lanz un momento porque iba al cuarto de baño. Danny aprovechó la ocasión y se fue al bar, dejando a Lanz y a _______ solos.

-No vas a conseguir nada -dijo él.

-¿Cómo? -preguntó ________.

-Que no vas a conseguir nada siguiéndome a todas partes -repitió él con su arrogancia habitual.

________ tuvo que contenerse para no arrojarse en sus brazos.
-Yo no te estoy persiguiendo.

-Entonces, ¿quién llamó a Josito y le preguntó dónde iba a estar yo esta noche? Josito me dijo que eras tú.

-¡Era Maisie! -exclamó _________ sin pararse a pensar.

-Da igual, sería porque tú se lo pediste. Bueno, continúa. Ahora dime que mi primo entró en tu habitación por gastarme una broma.  


Amigos y AmantesWhere stories live. Discover now