Maraton 9/10

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-Te he dicho que si quieres que nos marchemos ya -le gri­tó Danny al oído-. He cerrado las habitaciones que no han sido dañadas para que no entre agua. El árbol sólo ha causado desperfectos en el salón, y creo que tampoco son demasiado gra­ves. Lo peor va a ser retirar el árbol.


-Bueno, ya llamaré a alguien. Ahora me gustaría cambiar­me; me estoy quedando helada.

-Vamos entonces. Tengo aparcado el coche en casa de la señorita Rose.

En cuanto se pusieron en camino, el joven le hizo la fatídica pregunta.

-Bueno, ¿me quieres decir dónde has estado en realidad? Ya sé que no has pasado toda la noche con Lanz te conozco de­masiado bien para pensar eso.

________ se rió para sus adentros. A él le miró con una son­risa apenas esbozada, y se encogió de hombros.

-Te mueres de curiosidad, ¿eh? Puede ser que haya come­tido algún asesinato, como trabajo de investigación para mi próximo libro.

Danny suspiró tristemente.

-Claro, y ahora a mí me acusarán de complicidad.

________ se echó a reír, recostándose en el asiento.

-Danny, te agradezco mucho que me dejes tu estudio. ¿No lo necesitarás para recibir a... algún amigo? -dijo con un ritin­tín burlón.

-Pues eso eres tú precisamente, una amiga.

-Lo que no sé es lo que va a pasar cuando Lanz   Fitsher se entere de dónde estoy.

-La señorita Rose te ha ofrecido una habitación en su casa -señaló Danny.

-La señorita Rose es miembro de la Asociación Histórica de Viudas de Guerra, por si no lo sabías.

-¿Y?

-Pues que de vez en cuando les gusta recordar la Primera Guerra Mundial. Se reúnen unas cuantas ancianitas y recitan poesías, cantan canciones militares, y todo eso.

-Conociendo a la señorita Rose, no me sorprende nada. Además, pensó _______ para sí, ella prefería la tranquili­dad de la casa de Danny . No le importaba la posible reacción de Lanz porque, por muy maravillosa que hubiese sido aquella noche, ella no estaba dispuesta a ser tratada como una propiedad más.

El estudio de Danny era una gran habitación adosada a la parte trasera de su casa.

Constaba de un amplio salón con una cama, un cuarto de baño completo y una cocina. La sala estaba un poco desordena­da, con cuadros a medio terminar por doquier, pero a _________ no le importaba, porque ella lo único que necesitaba para escri­bir era una mesa con buena luz.

Cuando desempaquetó la maleta que Danny había sacado de su casa, echó en falta la ropa interior y la máquina de escri­bir. En cuanto pudiera disponer de un coche, tendría que volver allí para buscar esas cosas tan necesarias.

Después de ducharse y de vestirse, fue a la casa a buscar a Danny.

-Oye, ¿te importa que coja uno de tus coches? -preguntó sin más preámbulos-. Tengo que empezar a buscar un sustitu­to de mi Volkswagen.

-No tengas prisa. Puedes usar mi Lincoln cuando lo necesites.

-El Lincoln es demasiado grande -dijo ________, aunque era una excusa porque no le gustaba depender de nadie-. Ve­rás, es que yo sin coche no hago nada. ¿Por qué no me acom­pañas a una tienda de venta de coches? ¿Tienes tiempo?

-Ya sabes que por ti hago cualquier cosa.

Salieron en el enorme Lincoln.

-Bueno, ¿y qué tipo de coche quieres? ¿Un Fiat, un Ferrari...?

-No, un Volkswagen -dijo ella con firmeza.

-Pero si tú no eres una escritorcilla muerta de hambre, ni muchísimo menos.

-Es que me gustan los Volkswagen. Consumen poca gaso­lina, corren mucho y son muy listos.

-Dios me asista. Vámonos anda, antes de que te pongas a hablar con el coche.

Cuando hubieron terminado con la compra, que finalmente resultó ser un pequeño Volkswagen amarillo, prácticamente exacto a su malogrado coche, _______ fue a su casa. Cuando llegó, ya estaban los albañiles allí, acabando de retirar el enor­me tronco derrumbado. Al ver su cochecito aplastado se le en­cogió el corazón como si se tratase de un viejo amigo. Después entró en la casa cogió las pocas cosas que necesitaba, y volvió al estudio de Danny.

Transcurrieron dos días sin que recibiera noticia alguna de Lanz; dos días que pasó sentada ante la máquina de escribir, tra­bajando arduamente en la caracterización de los personajes y los escenarios de la segunda parte de La torre de los ruidos.


Amigos y AmantesWhere stories live. Discover now