Capitulo 9

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  _________ se le quedó mirando como si fuera una aparición. Iba vestido con su elegancia de siempre, impecable con su traje azul marino.-Acabo de mantener una larga conversación con mi primo -dijo mirándola fijamente-. Ahora veo que tenía razón. Te en­cuentro desmejorada._________ sintió ganas de llorar. Iba a reconciliarse, cuando ya no había remedio. Todo estaba perdido... La angustia se le agolpó en la garganta, formando un nudo difícil de tragar.

-Me alegro de verte por aquí, Lanz, pero la fiesta de rei­nauguración de la casa será dentro de diez años. Yo me ocuparé personalmente de que te llegue una invitación -añadió inten­tando cerrar la puerta. Lanz la detuvo con el pie.

-¿No vas a dejarme pasar aunque sea en nombre de los vie­jos tiempos? -le preguntó mirándola con ansiedad.

-No vas a pasar -fue la respuesta-. Y ahora, por favor, quita el pie de ahí.

 Lanz esbozó una mueca de desesperación

.-Lo que le mandé a Josito que te dijera por teléfono no era verdad.

-Ah, ¿no? -preguntó __________ mirándole con los ojos car­gados de tristeza. Lanz apretó la mano con que tenía cogidas las rosas.

-Pero, Dios mío, ¿qué esperabas? ¿Querías que me pusiera de rodillas cuando acababas de decirme que mi primo te estaba esperando para acostarse contigo?

-Deberías haberme creído, Lanz, pero desde el principio. ¡En cuanto me viste en el estudio de tu primo te pensaste lo peor! Y eso no te lo perdono, Lanz. No te lo perdono porque lo que más me puede doler es que no confíes en mí.

-Tú no sabes cómo están las cosas entre mi primo y yo. Nuestra rivalidad no viene de ahora, sino de años atrás, sobre todo desde la muerte de Ellen. Él me odia por ciertas cosas que yo no podía evitar, que se escapaban a mi voluntad. Y ninguno de los dos hemos dado jamás ningún paso para reconciliarnos, hasta esta mañana. Mi primo... le ha dicho a Josito que quería hablar conmigo. Le dije que viniera a mi oficina y hemos char­lado... sobre el pasado y sobre ti. Estaba muy preocupado por tu salud -concluyó con un suspiro-. Y es verdad. Estás pálida...

__________ se echó hacia atrás la larga melena, perfectamen­te consciente de cómo Lanz seguía su movimiento con la mirada.

-Lo que pasa es que estoy trabajando muy deprisa, porque me han puesto una fecha límite y duermo muy poco. Ayer fui al médico y me dijo que me encuentra perfectamente.

«Para estar embarazada», añadió para sus adentros.

-¿Estás segura de que el medico te examinó bien? -pre­guntó  Lanz frunciendo el ceño.

-Sí, Lanz, y ahora, si no te importa, márchate. Estoy muy ocupada...

-Y yo también, ¡maldita sea! Ahora mismo tenía que estar reunido con un jeque árabe, y le he dejado plantado.

-Entonces no te entretengo más -contestó __________ in­tentando cerrar la puerta de nuevo.

-¿Quieres hacer el favor de escucharme? -gritó Lanz furioso.

-Sí, ¡voy a escucharte igual que me escuchaste tú cuando intenté contarte lo de Danny!

-Eso ya me lo ha contado él, todo lo que dijo y por qué, y también la mentira que me hiciste creer en el baile de Caridad.

__________ se sonrojó vivamente, desviando la mirada.

-Eso ya no tiene ninguna importancia. Pasó a la historia. Se acabó.

-________, yo no puedo aceptarlo. ¿No lo comprendes?

____________ le miró con los ojos centelleantes.

-¿Qué te ha dicho Danny?

Joe adoptó entonces una actitud de fría dignidad.

-¿Aceptas las rosas por lo menos? Las malditas flores me dan alergia.

-¡Encantada!

_________ le arrancó las rosas de la mano y se las estampó en la pechera de su camisa de seda blanca.

A la mañana siguiente, __________ se levantó, se tomó la pas­tilla contra las náuseas que el médico le había recetado y se vis­tió para marcharse de compras a la ciudad. Estaba engordando a pasos agigantados y necesitaba ropa amplia.

Sin embargo, no tenía intención todavía de comprarse mo­delos premamá. Antes de manifestar públicamente su embarazo debía decidir su futuro. Una de las posibilidades era marcharse con una vieja tía suya que vivía muy lejos, pero para ello debe­ría inventarse la historia de un marido trágicamente muerto en un accidente.

_________ quería unos cuantos pares de pantalones de cin­tura elástica, pero no los encontró por ninguna parte, así que no le quedó otro remedio que ir al gran complejo comercial de la parte administrativa de Houston, desgraciadamente dondeLanz tenía su oficina.  


Amigos y AmantesWhere stories live. Discover now