Capítulo 5

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- El punto es que yo no se si tenga tanta fe en mi. – dije segundos después.

- Confió en que harás un buen trabajo - su sonrisa era tan atractiva - estoy feliz de contar con tu ayuda.

- Gracias, padre – volví a la hoja y empecé a llenarla mecánicamente sintiendo su mirada sobre mi, finalmente firme la segunda hoja sin leer ¡para que leer! - tenga. - se la extendí.

- Erick, por favor, te he dicho que aun no soy sacerdote oficial.

- Prefiero guardar el protocolo - baje la mirada - por cierto me entere lo que sucedió con Karol y Roger.

- Roger Bloom - suspiro - un muchacho problema, al cual nuevamente tuve que enfrentarme.

- Karol termino con el - hable como en defensa - ya no sera un problema.

- El punto aquí es que creo que para el se hizo personal. - jugo con el bolígrafo entre sus dedos.

- Lo siento mucho - lo mire a los ojos - esto empezó por mi culpa.

- No es tu culpa, tu solo te defendiste de las agresiones de el.

- Pero de todas maneras, usted se involucro por salvarme.

- Lo habría hecho por cualquiera. - y fue esa frase la que me mato sin saber porque, o mas bien lo sabia, pero no quería admitirlo porque me daba miedo este sentimiento.

- Por supuesto - me levante como obligada por un impulso - si eso es todo, me tengo que ir - mire el reloj en mi muñeca - tengo tarea que hacer.

- María de los Ángeles - se levanto también - gracias, por esto - en serio eso era todo - pero...

-¿Pero, que..? – mi voz sonó esperanzada.

- Salimos ya mismo, no puedes irte a casa.

- Eh - no encontraba las palabras - solo voy a... A decirle a mi madre que decidi estar con usted... Es decir en su programa - ¿que me esta pasando? - vuelvo en media hora ¿está bien?

- Si - sonrió ante mi evidente nerviosismo - esta bien, todo estará listo.

- Nos vemos luego, entonces. - rodee la silla y tropecé en el espadar.

- ¿Estas bien? - pregunto caminado hacia mi.

- Si - levante las manos - estoy bien, nos vemos luego. - camine con pasos rápidos y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba corriendo por los pasillos hacia la salida, al llegar a la acera fue como si la respiración volvía a ser parte de mi, como si mi cerebro volviera a conectarse con mi ser ¿que me pasaba con Erick? ¿porque no podía ser yo cuando estaba con el?

- Me llamas una vez estés en Mompi.

- Si mama, lo haré - guarde mi teléfono en el bolso - te quiero mucho, nos vemos en la noche.

- Mucha suerte, mi amor, salúdame al padre y a Carmen y gracias nuevamente por hacer esto.

- De nada, mama. - le di un beso en la mejilla y salí de casa.

-María de los Ángeles - saludo Vanessa – ¿a donde vas? - miro hacia mi casa - hasta luego, señora Reese.

- A Mompi - me acomode el bolso - finalmente me inscribí y no solo eso - suspire - soy la ayudante de Erick.

- ¿Erick?

- El padre Erick, la señora Carmen me recomendó.

- No se si felicitarte o compadecerte - se burlo - dime una cosa ¿realmente lo haces por tu mama?

ME ENAMORÉ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora