EPÍLOGO

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-Amor, amor... – escuche una voz lejana y me tape con las sábanas – amor – sentí sus manos en mi cuerpo y lentamente me fui despertando – hola – le susurré y lo mire a los ojos – es una bonita manera de despertar.

-Y la pregunta es ¿porque está aún no estaba despierta, señorita?

Lo mire un poco confundida y lentamente los recuerdos vinieron a mi mente, era sábado y teníamos un compromiso en casa de Omar, iba a presentar una nueva exposición de fotografía en el jardín, eso explicaba porque Daniel estaba en mi departamento tan de mañana – Mi Dios, lo olvide por completo – me incorporé de un salto en la cama – lo siento tanto, amor. – mi cara se estaba poniendo roja.

-Descuida – el tomo mi mano y la llevo a sus labios – cuando llame a tu teléfono y no respondiste y toque a la puerta y tampoco obtuve respuestas, supe que te habías quedado dormida – sonreía – pero podemos llegar un poco tarde, no hay problema.

-Eres el hombre más bello del mundo – me acerqué a sus labios y le di un corto beso – te amo.

-Te amo también – acaricio mi rostro – pero te quiero fuera de esta cama. – río.

-Enseguida, pero antes que nada... – me abalancé sobre él y lo llene de besos por toda la cara, después si salí de la cama entre risas y me dirigí al baño, me cambie de ropa, me di una ducha y salí en tiempo récords, tampoco quería llegar demasiado tarde, en mi cuarto Daniel estaba acostado en la cama viendo televisión, me sonrió cuando me vio entrar pero no me distrajo, enseguida busque en mi armario una ropa para la ocasión y después de 20 minutos salimos del edificio.

-Omar, va a matarnos. – mire la hora en el carro.

-El sabe que tengo una novia impuntual – me miro con burla – ya está acostumbrado.

-Eres un malo – lo golpee ligeramente – es que ayer dormí tarde por los pendientes que había que enviar.

-Me lo comentó Juan Pablo, tendré que decirle que no te explote o de lo contrario té vendrás conmigo.

-Es lo que más me gustaría – lleve mi mano a su cabello – pero ya sabemos cómo termino nuestro trato laboral.

-En demasiados besos – sonrío – pero ahora te tengo muy lejos de mí, dos metros de distancia.

-Y a pesar de esos dos metros, siempre me interrumpes. – ambos reímos y él me tomo de la mano, amaba cada instante a su lado, ya había pasado un año desde la boda de mi mama y muchas cosas habían cambiado, un año puede traer varios cambios pero al menos en mi vida habían sido para bien.

-Amor – Daniel me estremeció con suavidad y volví a la realidad - ¿en qué piensas? – estaba apoyado en el volante y mire a la derecha para darme cuenta de que habíamos llegado.

-En nada – me acerqué más a él – o más bien pensaba en ti, en lo feliz que me has hecho durante estos 365 días – puse mis manos alrededor de su cuello – gracias por soportarme tanto.

-Es divertido soportarla, señorita – rozó mis labios – además déjeme decirle que usted es la mujer que más amo y no la cambiaría por nadie aunque a veces sea una niña total. – pegamos nuestras frentes y nos dimos un tierno beso durante algunos segundos, después Daniel bajo del auto y me ayudó a hacerlo a mí también, la entrada estaba llena de periodistas, en este año Omar se había dedicado por completo a perfeccionar sus obras artísticas y se había relacionado con importantes personas del medio, esta era su segunda exposición en el nuevo tema de los paisajes neutrales y si todo salía bien, sería su consagración a la fama.

Una vez llegamos al jardín, qué era inmenso, encontramos a Omar en el centro junto a Sofía aceptando las fotografías para la prensa, ellos se veían felices, no había duda que estaban hechos el uno para el otro y que a veces es mejor callar los errores para evitar que muchos corazones sufran porque de haber contando lo que sucedió en el pueblo este momento sería distinto.

ME ENAMORÉ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora