Capítulo 7

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Caminamos en medio de una amena conversación donde la tensión había desaparecido casi por completo y rápidamente llegamos al parque, el cuidador de las lanchas nos dio el mejor de ellos y después de unos 15 minutos ya estábamos navegando en las tranquilas aguas pueblerinas.

- Cuando era pequeño, mi papá siempre me traía aquí ¿ves esas montanas de allá? – señaló a la distancia y mire asistiendo - yo le preguntaba a él que había detrás de ellas - sonrió emocionado - y siempre tenia la respuesta adecuado aunque no fuera verdad.

- ¿Y que te decía? - me interese.

- Que detrás de ellas estaba el mar y yo creía en su respuesta y soñaba con ello.

- ¿Aún es tu héroe?

- Siempre lo sera - su mano jugo con el agua - el simplemente es todo lo que yo quiero ser.

Una leve nostálgica me invadió - yo no tengo recuerdos de mi padre - un nudo en la garganta se me formo - simplemente a el no le interese.

- Lo siento, Ángeles, yo no quería...

- Descuida, no tienes porque privarte de tus recuerdos - toque el agua - ¿de verdad piensas quedarte aquí para siempre?

- Si - su mirada busco la mía - quiero hacer mi vida aquí junto a la mujer que amo.

- Enrique.

- Dame la oportunidad de conquistarte, Ángeles - toco mi mano - quiero hacerte feliz, demostrarte que conmigo no te faltara nada.

- No puedo corresponder a tu amor y he sido clara, simplemente yo no quiero a nadie en mi vida por los momento, tengo muchas cosas en mente.

- Ángeles, dime la verdad ¿te sientes atraída por Erick?

- ¿Que? - lo mire rápidamente - ¿que te hace pensar eso?

- He escuchado cosas.

- No se lo que hayas escuchado, pero son chismes, es lo único que hacen en este pueblo. – eleve el tono de voz.

-Ángeles, el te mira de manera diferente, mi madre me dijo ayer...

- Es que debí suponerlo – la molestia se notaba en mi cara - tu mama es la que te dio esas ideas, pues dile que antes de hablar averigüe como son las cosas, entre Erick y yo no sucede nada, el es un sacerdote y yo no lo puedo verlo de otra manera.

- Cálmate, mi madre solo dijo que su cercanía era muy extraña.

- Llévame al muelle, por favor, no quiero seguir aquí.

-Ángeles, yo solo te estaba contando lo que mi madre me dijo, ademas no es la única, muchos andan diciendo lo mismo.

- Llévame al muelle ¡quiero irme a mi casa, Enrique!

-Ángeles...

- ¡Que me saques de aquí! - lo mire furiosa - ya no quiero estar mas aquí ¿es mucho pedir?

- Lo siento - tomo los remos y dio la vuelta - no quería hacerte sentir mal.

¿Como se atrevía a decirme eso? Estaba mas furiosa aun, pero lo peor es que el pueblo estaba hablando de ambos ¿es decir que ellos también lo han notado? Una sola semana y el mundo se había vuelto loco.

- Perdón, María de los Ángeles - hablo Enrique nuevamente una vez estuvimos en el muelle - ¿te acompaño a casa?

- ¿Que parte de quiero estar sola no entiendes? - dije al borde de la desesperación.

ME ENAMORÉ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora