8. Fiesta

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La semana ha pasado rápido y por fin ha llegado el tan esperado día. El cumpleaños de mi Arthur. Christian me ha estado enviando mensajes cada día, sin falta me da los buenos días y las buenas noches. Estúpidamente me levanto y me acuesto muy sonriente. Aun así, he preferido no contestarle, por lo menos hasta que no hablemos frente a frente y aclaremos nuestros límites. Por obvias razones no espero nada, no quiero hacerme ilusiones con él. Sería desastroso para mí hacerme ilusiones y terminar sola otra vez. Sophie insiste en que le conteste, pero tengo miedo. No me puede culpar por ello, aunque ella no sabe nuestra verdad, por lo menos no toda.

Bajo de la limusina junto a Arthur y los chicos para adentrarnos en el hotel llegando al gran salón donde será la fiesta. Me sorprendo al ver lo hermoso que está todo. Hay una gran tarima blanca en el fondo y adelante de ella, una pista de baile y, alrededor, muchas mesas perfectamente arregladas con brillantes vajillas, copas y velas. La organizadora ha hecho un gran trabajo.

Arthur camina muy animado adelante de nosotros saludando a todos los que se le acercan para felicitarlo. Se le ve feliz y hermoso con su porte de gran señor. Nos alejamos para tomar asiento en la mesa principal donde ya nos espera Sophie con... ¿Elliot?

—Ana —saluda él muy sorprendido.

Se levanta con una gran sonrisa cuando nos acercamos. Me abraza y me da vueltas tomándome por sorpresa.

—Elliot. ¿Qué haces aquí?

Lo que en realidad estoy deseando es que no esté él aquí. No me siento preparada para enfrentarlo. No aún.

—No te preocupes. Estoy solo, no me quiso acompañar. Aunque estoy seguro que de saber que estarías aquí, no lo hubiera dudado.

Parece que adivinó mis pensamientos. ¿Tan evidente soy?

—¿De que hablas? —Me hago la desentendida y él ríe.

—Estas muy bella.

Will me toma de la cintura y Elliot se separa.

—Mucho gusto. —Elliot se torna serio, pero le recibe la mano.

—Así que William Black. Espero que la estés cuidando como debe ser, Ana es muy especial.

Will frunce el ceño totalmente extrañado al igual que yo. Mi hermano ríe al darse cuenta de lo que significan las palabras de Elliot y tuerzo el gesto. Cuando lo va a sacar de su error, golpeo sus costillas y niego cuando me mira para que no lo haga. Asiente y le sigue el juego besando mi mejilla y abrazándome con más familiaridad rodeando mi cintura.

—Lo sé de primera mano, no tengas cuidado. Jamás lastimaría a mi preciosa chica.

Besa mi cabeza y me aleja de allí.

—Gracias —digo.

Rodeo su cintura y apoyo mi cabeza en su pecho tratando de tranquilizarme, pero él ríe.

—¿Si sabes que con esto me has espantado a todas las mujeres?

Me mira aparentando estar molesto. Besa mi mejilla y me lleva a rastras a la pista de baile dándome vueltas haciéndonos reír a ambos. Noto que Elliot me mira y habla con Sophie sonriendo con tristeza. Al parecer todos ellos creen que tengo algo que ver con Will, y creo que prefiero que siga de esa manera, después de todo, en muchas imágenes aparecemos juntos y nunca hemos hablado de mi relación con los Black. Si Christian lo cree, no intentará nada conmigo y seré capaz de poder resistirme ante él. Si, será mejor así.

—Mi niña.

Doy vuelta al escucharla y veo a la señora Tower con un deslumbrante vestido rojo ceñido a su lindo cuerpo, el cual no sabía que tenía.

Destruida Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora