PARTE SIETE

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La ruda respuesta de Taek Woon lo dejó frío, podía ver que el chico estaba acostumbrado a dar órdenes y a esperar que los demás obedezcan. "Demonios Ravi, ¿A donde te veniste a meter?"

De todos modos, sería bueno un descanso y dejar que éste chico haga lo que quiera, al final sabía que se iría como todos los que han pasado por su vida.

—Me pondré en tus manos, se que cuidaras bien de mi, pero por favor, solo tranquilízate. Para mi ya es suficiente que estés aquí de frente dándome las gracias. No te presiones demasiado. Estás perdonado.

Leo se quedó mudo pero no pudo evitar dar una sonora carcajada. Se sorprendió de ver la manera en la que le hablaba, de forma irrespetuosa y le gustaba. Su costumbre era ser el látigo que controle a todos pero éste chico lo estaba "tranquilizando", pensó nuevamente en eso y río.

—Así esta mejor, si tu te relajas yo también, es más, siento que ya no me duele la cabeza.

El chico rico tapó sus ojos con las palmas de las manos, se sintió ridículo riéndose de ésa manera. Sintió la cara roja y trato de "tranquilizarse". ¿Quién era éste tal Won Sik?

La situación entre ambos se presentía mas ligera, en cualquier momento los dos podrían formar un lazo que los ate para siempre.

—O sea que ¿Ya estoy perdonado? Woow, pues gracias —seguía teniendo la boba sonrisa que quería ocultar.

—Si, ya lo estás. Por cierto, ¿Qué edad tienes? Yo a penas cumplí los 22 —Ravi quería que la situación se relajara más, nunca había sido bueno animando a la gente, sólo podía decir tonterías y esperar a que la gente lo tomará con humor.

Taek Woon pareció sorprenderse por la pregunta, pero tal y como le enseñaron en la escuela de modales cuando tenía trece años, respondió de forma serena.

—Yo cumplí 25 éste año, por lo tanto soy tu mayor. Me debes unas cuantas reverencias.

Won Sik se notaba preocupado, su apariencia no correspondía a su edad, pero Leo pensaba lo mismo que él. Ravi parecía mas grande y Taek Woon se veía mas pequeño. Todo debido a la vida que cada uno ha llevado.

—Lo siento —se disculpó Ravi —. No debí ser tan grosero ni atrevido.

—No pasa nada, fue... divertido.

Después de esto, los dos comenzaron a tomar las cosas con más calma, la situación de su encuentro no debía ser bochornosa, ambos eran jóvenes y debían ver las cosas desde una perspectiva simple.

Cuando menos lo esperaron, Taek Woon se dio cuenta que la hora de la cena estaba cerca, así que se atrevió a invitarlo a comer a un lugar cercano.

—Conozco un muy buen restaurante a unas cuadras, iremos caminando, podemos salirnos sin que nadie se de cuenta y regresar antes de que alguien de aviso de que faltamos. ¿Estás de acuerdo? —le dedicó una mueca parecida a una sonrisa.

Ravi dudó un poco pero ¿Qué otra opción tenía?

Cada quién subió a su habitación y tomaron una chamarra para el frío de la noche.

Se encontraron en la cafetería nuevamente y de ahí pasaron hacia el pasillo de espera y al estar lleno de gente, ninguna enfermera se dio cuenta que dos pacientes salían sin autorización, además ayudaba que iban vestidos de forma normal.

Salieron dando un gran respiro de tranquilidad, estaban afuera y ahora si podían ir a donde quisieran.

La noche no era tan fría, pero a Ravi le daba cierta incomodidad en la herida de la cabeza. Hacer movimientos bruscos le dolía, al igual que su espalda y el cuello. Se sobaba de vez en vez mientras caminaban un poco deprisa por las calles llenas de gente.

TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora