PARTE SETENTA Y CUATRO

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Las reglas del juego nunca son escuchadas.

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N había permanecido oculto, escuchando todo.

Vio a los tres hombres de su perdición hablar tranquilamente mientras la escena se le hacía imposible. Creía que tal vez y su suerte habia llegado a su fin.

Pero aún quedaba una cosa que debía hacer.

-Ten paciencia querido In Soo. La vida es larga para dos nuevos amantes y veo que el hermoso Taek Woon si fue de tu agrado. -N salió de entre las sombras a la vez que prendía la luz de la estancia.

El lugar se iluminó mostrando todo lo que había oculto. Ravi estaba recargado en la pared cerca de la puerta principal agarrándose el costado derecho como intentado sostener su propio cuerpo.

Leo e In Soo estaban abrazados, pero el chico rico peleaba por alejarlo de él. Sus manos daban golpes que se veían fuertes en el pecho del mafioso quién lo observaba como se mira un codicioso premio.

N camino hacia su pequeño quien lo ignoro intentando caminar hasta donde In Soo y Leo estaban.

Se paró junto a él y lo tomó del brazo, acercando sus labios al oído del golpeado chico.

-No seas estúpido. -Susurró. -Todo esta bajo control. Confía en mi.

Ravi giró el rostro con incredulidad hasta N quien le sonreía con amor... o locura. Hizo un movimiento brusco para quitarse la mano del moreno que lo asía por el hombro.

-Tu cállate, eres un miserable. Te odio profundamente, mira hasta que punto estas llevando esto. Te has vuelto loco...

-Y tu una vieja dramática amor mio. -La roca voz de In Soo hizo a los dos ex amantes voltear a verlo.

Tenía a Leo acorralado en la escalera, inmovilizado sus manos con una sola de las suyas.

Se veía que Leo temblaba por el contacto, Ravi se dio cuenta y no pudo evitar recordar que el miraba de esa manera a In Soo cuando lo violo la primera vez. Su parte racional desapareció al igual que el dolor de sus heridas. Se abalanzó sobre el mafioso con ambas manos estiradas en un intento por llegar antes y atraparlo.

N lo detuvo de inmediato.

In Soo sonrió ante el acto.

-Mi precioso Ravi, ¡Mira en lo que te has convertido! -La voz burlándose lo enojaron aún más. -Eras mi mejor muchacho, ¡Ah! como conseguías clientes. Jamás te quejaste y siempre fuiste obediente. ¿Qué pasó con ese hombre?

El mafioso miraba a N controlando a un Ravi con la cara desfigurada por los golpes y los ojos inyectados en sangre. El hermoso chico maniatado a su espalda se movió atrayendo su atención. Lo miro con éxtasis, le traería un numero mayor de postores peleando por poder pasar una noche con él. Y el se divertiría hasta hartarse.

-Ustedes dos mataron todo lo que había dentro de mi. Eso paso. Ustedes... -Ravi giró la cabeza para ver a N a sus espaldas agarrándolo, inmovilizándolo en un abrazo resistente. -Sobre todo tu...

-Won Sik... -Susurró Leo.

Éste volteó y miró a su precioso novio con el labio hinchado y rojo y un enorme moretón cerca de su frente y el ojo. Se veía asustado detrás de In Soo que lo mantenía pegado a la pared cerca de la escalera, aprisionándolo.

¨Maldito seas Ravi", se recriminó. "Mira a donde lo llevaste, tu porquería también lo alcanzó a él".

-Todos cometimos errores. -Inició hablando N. -Pero siempre llega el día en que seremos juzgados y ésta noche se pagará el precio.

Nadie esperó que el moreno sacara el arma de su cinturón y apuntara hacia In Soo.

Los 5 disparos salieron rápido, 3 fueron certeros mientras que dos más le atinaron a Leo.

Uno en la cabeza y dos más en el pecho, In Soo cayó con fuerza al suelo. Nadie se lo espero. Ravi se había tirado al suelo ante la primera detonación cubriendo su cabeza con las manos.

Reaccionó de inmediato y se levantó en cuanto la calma regreso.

"Taek Woon" pensó y se levantó.

El cuerpo del matón ocultaba a su novio, la sangre a su alrededor le dio pavor. Se hincó ante el cuerpo.

-¡TAEK! -Vio sus piernas y su llamado no lo hicieron reaccionar.

Quitó el cuerpo inerte y sacó a Leo, la sangre manchaba su ropa. Tenía los ojos cerrados, no podía dejar de temblar.

-¡TAEK! -Volvió a gritar y éste abrió los ojos.

Lo abrazó.

Leo levantó una mano y toco su rostro.

Ravi seguía mirándole todo el cuerpo y entonces lo encontró. Un disparo en el costado izquierdo y otro en la pierna. Ambos sangraba a chorros.

-¡Oh por dios! Debemos salir de aquí... Una ambulancia. Un doctor... Debemos salir de aquí. ¡Dios!

El terror por las heridas de Leo bloquearon su cerebro. Tenía mucho miedo. Todo pasaba en pausas, un zumbido persistente lo dejó sordo y el temblor de sus manos lo invadieron.

-Mira, falle.

La voz suave de N se escuchó a sus espaldas. Se giró para verlo sin dejar de abrazar a Leo.

La pistola aun estaba en su mano y apuntaba directo a la cabeza del moribundo Taek Woon.

TORTURAWhere stories live. Discover now