Capítulo 23: Inesperado plan

19.9K 1.7K 264
                                    

Cuando estaba abriendo la puerta, escuché el tono de llamada de mi celular. Lo saqué de mi bolsillo y entré a casa. Iba a poner llave, pero recordé que tal vez Cassian volvería más tarde.

Patética, Fran. Patética...

Miré el identificador y vi al instante la foto de una sonriente Azul con el cabello volando por el viento oceánico el día que le hice conocer los mejores lugares de Partenón. Se me hacía muy extraño que haya pasado todo con tanta lentitud, parecía haberla visto por última vez hacía un año y no un día.

— Hola, Azul... —Traté de sonar alegre y que no se notara que había estado llorando todo el camino desde el acantilado hasta mi casa.

— ¡Hola! Siento llamarte a esta hora, es que acaban de confirmármelo...

— ¿Qué cosa? —pregunté.

— ¡Iremos de vacaciones! —chilló con emoción—. Por cierto, ¿qué pasó con tu primo? Billy me dijo que volvió a irse. Yo que quería verlo caminar desnudo por tu casa...

— ¡Genial! —felicité—. Sí... Él tuvo que volver a irse porque surgieron cosas de su trabajo... —mentí—. ¿Cuándo se van?

— Mañana en la tarde.

— ¿Qué?

— Lo sé, fue todo muy repentino. No te lo conté porque pensé que no íbamos a ir a ningún lado.

— ¿Se irán todos? —Cerré la puerta y caminé con lentitud hasta la cocina. Estaba sedienta.

— Leila se quedará aquí porque es amargada y no quiere ir a divertirse. Gracias al cielo, porque no quería aguantarla en el viaje —comentó

— ¿Dónde van a ir? —Abrí la puerta del refrigerador para sacar la jarra de agua y la dejé apoyada en la mesada para buscar el vaso.

— A la isla Culebra, en Puerto Rico. Dicen que Playa Flamenco es una de las mejores del mundo.

— Qué lindo... —contesté, poniendo el teléfono entre mi hombro y mi oreja para poder servirme el agua. Con papá solíamos pasar nuestras vacaciones en el velero... Pero ya no más...

— Sí, ah... Mira... Sabes que para mí el dinero no es un problema y...

— ¿Qué sucede? —pregunté al escucharla vacilar tanto.

— Mi primo está hablando al hotel ahora mismo para confirmar las reservaciones. Yo...

— Habla, Azul...

— Podríamos reservar una habitación más... Con dos camas...

— ¿Tú...? —¿Acaso ella estaba...?

— Sí. Estoy invitándote a venir con nosotros. Puedo pedir los pasajes ahora mismo, no creo que el vuelo esté lleno. Aunque, de todas formas, tenemos que tomar dos vuelos —dijo.

— Creo que... sí. Iré. —Quería alejarme del peligro y la tristeza, al menos por un rato. Además necesitaba estar cerca de gente que me quería, mis verdaderos amigos. Ellos me habían ayudado mucho, aunque haya llevado muy poco tiempo de conocerlos. Azul dio un gritito de emoción y se rio.

— ¡Ramy! ¡Confirma la habitación de Fran! —Escuché que gritó. Me reí y mordí mi labio. Tenía un contradictorio sentimiento de querer y no querer alejarme de Cassian. Pero lo haría. Sin dudas lo haría— Esto es perfecto, Fran. Perfecto.

— No me siento cómoda con que me pagues las cosas...

— No me interesa tu comodidad, pelirroja. Te pagaré todo, te guste o no. Además, ya está todo pagado. Dos semanas completas en el hotel, con todos los servicios pagos. Ramy ya está dándoles el número de mi tarjeta.

EscamasWhere stories live. Discover now