7 días antes.

65 8 3
                                    

Estaba dormido.
Una sábana blanca le cubría hasta el pecho.
Los brazos le reposaban tranquilos a ambos lados del cuerpo.
Respiraba despacio. Irónico, ¿no? Los que están enfermos son los que se ven más tranquilos, y todo lo que les rodea va a un pulso de mil por hora.
Apoyé mi mano temblorosa sobre la suya, esperando que eso pudiera calmarme.
Estaba cálida. Nunca me había percatado de aquello. Nunca me había parado a tocarle la mano, una cosa tan tonta. Sin embargo, hacerlo me había hecho sentir bien. Era suave. La cogí entre mis dos manos y la apreté un poquito, no mucho, parecía que iba a romperse.
Todo él parecía que iba a romperse si le dabas un golpe.
Así me quedé, con su mano entre las mías, dormido una hora.
Una mano se apoyó en mi hombro.
- Vamos, será mejor que descanses. - Era mi madre. Había venido a buscarme para llevarme a casa.
Iba a quedarse un día o dos más ingresado.
"Hemos visto algo" decían los médicos. Pero no nos decían qué era ese "algo". "Será mejor que le tengamos controlado unos días, aunque no es nada grave".
No los creí, pero no dije nada. ¿Para qué? Bastante nerviosos estábamos todos ya. Harían lo que fuese necesario. Estaba en buenas manos.

Lucas.Where stories live. Discover now