Un día antes.

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La operación se llevaría a cabo a las 2:30. Todo estaba listo, todos estábamos listos.
Me dieron un minuto para hablar con él.
- Todo irá bien. - le prometí.
¿Iría bien?
Cuando me estaba levantando de la silla que estaba junto a su cama, su mano me rozó la muñeca. Le miré:
- Te quiero. - dijo.
Un brillo le recorría los ojos. Nunca le había visto esa mirada. Lo había dicho desde lo más profundo de su ser. Había calado hondo en mí. Me acerqué a él y le di un beso muy suave en los labios.
- Te quiero. - le respondí.
Una sonrisa se dibujó en su rostro y entonces salí de la habitación.
Sus padres esperaban fuera, querían acompañarle hasta la puerta del quirófano.
La operación duró 4 horas, 4 horas que se hicieron el doble, 4 horas sentado en la misma silla viendo pasar a médicos a toda prisa, a personas entrar y salir en distintas habitaciones. 4 horas en las que dieron miles de noticias, buenas y malas. ¿Cómo sería mi noticia? ¿Qué nos esperaba?
La operación fue bien, aunque según decían se había complicado y eso les había retrasado bastante.
Sus padres parecían zombies, tenían ojeras y daba la sensación de que tenían la mente en algún sitio lejos de aquí.
- Voy a bajar a la cafetería, ¿queréis que os traiga algo? - les pregunté.
- No, muchas gracias Tom. - respondió Jamie.
En la cafetería me despejé del ambiente de la sala de espera. Olía a café recién hecho, a tostadas, a chocolate. Pedí algo para comer y un café y después volví a subir a la habitación.
Luc estaba despierto y estaba viendo la serie.
- Vamos, vamos... - suplicaba al ordenador, como si pudiese hablar con los personajes.
- No se van a besar, asúmelo ya Luc - dije soltando una carcajada. Me dedicó una mirada asesina. - Vale, vale, me callo.
- Voy a matar al director. Tienen que estar juntos, pegan demasiado, ¿es que no lo ve?
Recuerdo que mientras me veía la serie yo estaba igual, manteniendo la esperanza de que acabarían juntos.
- Seguro que acabo llorando, seguro que es malo al final ¿a que sí?
- No te voy a decir nada.
- Oh venga Tommy, dímelo.
- No, así te la ves.
Siempre le contaba como terminan las series, pero esta vez no lo haría.
- A ti también te voy a matar. - dijo riéndose.
Se le veía bien, la operación había ido bien.
Al menos eso creíamos, o eso queríamos creer.
Esa noche me fui a dormir a mi casa, necesitaba descansar.
Era una de esas noches en las que solo se escucha la lluvia golpeando fuerte el suelo, una tormenta de verano de esas que tanto me gustan.
Aunque, esa noche, la tormenta no estaba en la calle.

El teléfono sonó.

Lucas.Where stories live. Discover now