Capitulo 2: Ausencia y falsa ignorancia.

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Se quedó recostado desde que llegó a casa aún escuchando retumbar la voz de aquel hombre bruto en sus pensamientos y reteniendo en su memoria la mirada de aquel chico suplicando que le concedieran algo de tiempo. Desde que lo conoció creyó que Kris simplemente era así porque sí, no obstante, ahora entendía que quizá había una razón y le disgustaban las teorías que podía sacar al respecto.

El zumbar de su teléfono le regresó a la realidad, al desbloquearlo apreció en la pantalla el mensaje de su asesor citándolo a las 7 de la noche para hablar respecto a sus materias optativas y el ensayo que envió por la mañana. Tao suspiró aliviado, al fin podría pensar en algo que no fuese aquel muchacho agregando que quizá iría con su padre a impartir clase por la noche.

Pero lo ultimo no ocurrió, A final de cuentas la plática con su asesor vía Vídeo chat se extendió más de lo esperado, independientemente de sus estudios hablaban de otras cosas que al final terminaban enlazadas con sus tareas debido a los variados cursos que tomaba.

-¿Ya escogiste un tema para tu trabajo final de psicología?

-Faltan varios meses para ello... aún hay tiempo-

-Nunca te confíes al respecto, el tiempo es relativo y puede que antes de que te des cuenta mañana sea el día de entrega. Además recuerda que este proyecto puede abrir las puertas de la Universidad de tus sueños...- al decir esto en la pantalla se aprecio como el maestro movía los dedos en un intento de hacer alusión a algún tipo de magia. Tao ahogo una carcajada.

-Lo sé. Lo sé, en cuanto tenga algunas opciones se las haré saber...

-De acuerdo. En fin, van a dar las 9 y mi esposa me espera. Tu padre llegara pronto así que nos vemos el siguiente Lunes para revisar otras cosas
.

-Por supuesto. Buenas noches.-dijo Tao cortando la comunicación. Ahora que su mente se había relajado se sentía mejor. Estiró los brazos sobre la cabeza y se incorporó recordando que le tocaba preparar la cena.

Recibió a su padre con la mesa ya servida, frente a su asiento había un plato con sopa acompañado de un corte grueso de carne de res y puré de papa mientras que de lado de Tao sólo había un poco de pollo y ensalada. Su padre no tardó en sentarse a devorar lo que su hijo le había presentado. "Delicioso" exclamó comiendo de manera atropellada.

- Y bueno, por esta razón también amo los Lunes. Te ves mejor hijo...

-Me siento mejor.- agregó sonriendo- ahora sí puedo contarte lo que ocurrió.

-Anda dime que me muero de la curiosidad y por cierto- el hombre buscó en uno de sus bolsillos- te traje esto por ganar... pero es para después de la cena.- colocó sobre la mesa una barra de chocolate y la empujó en dirección a Tao que la recibió agradecido.

Entre bocados el rubio relató a su padre con lujo de detalle lo que había presenciado en la cafetería. Desde su llegada hasta que terminó su turno. El hombre lo observó detenidamente cuando habló sobre como el padre de Kris lo sacó a trompicones del lugar. Bajó la vista ensartando su tenedor en un trozo de carne y se cruzó de brazos observando al rededor con el ceño fruncido.

-¿Ocurre algo?-

-Nada en realidad. Es sólo que no entiendo cómo es que hay gente que puede tratar a su propia sangre tan mal, hablo de humillarlo... me quita el apetito.

-Quizá, pero si no te lo comes ahora no pienso levantarme a calentarlo. -
dicho eso su padre volvió a prestarle Atención a sus alimentos.

Tao entendía por qué se enojaba y el Tampoco podía creer que esas actitudes fueran posibles, desde siempre se había visto rodeado de familias amorosas y padres protectores como el suyo. El pensar que podría faltarle le entristeció por un segundo, sin embargo, hizo a un lado la idea, no había motivos para tan siquiera considerarlo.

-En fin...- retomó la plática señalando con el cubierto- el punto es que ahora sé su nombre, ya no deberemos llamarle el amargado o darle adjetivos similares.

-Me gustaban los adjetivos- anunció con una risa gruesa- pero hijo, creo que te ha timado, nadie en el condado se llama Kris. Puedes preguntarle a quien sea y verás que es verdad, ni siquiera creo que lo hayan visto en un lugar que no sea en la cafetería.

-Puede que tengas razón, pero no estoy para meterme en ello. Si sólo aparece allí me incumbe, su vida afuera realmente no me importa.- Y era verdad, su relación con los clientes se reducía a darles Atención en tato estuvieran en el establecimiento en dónde él se encargaba de darles, de la manera que le fuese posible, unos minutos de paz.

-Exacto- afirmó su padre con una sonrisa orgulloso de que Tao, a pesar de tener un alma solidaria, sabía hacerse a un lado en momentos así.

Acto seguido su hijo término la cena, se levantó lavó sus trastes y subió a recostarse para mañana retomar la rutina. Todo fue cosa de un día y las piezas encajarían en su lugar en la mañana.

"Mi percepción del tiempo, el reloj y una taza de café"  [Taoris]Where stories live. Discover now