Capítulo 5: El chico que llegó segundo lugar.

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Sentirse desplazado es horrible, aquella sensación de llegar segundo lugar a veces no es tan buena, muchos dicen que lo importante es llegar, pero para aquellos que siempre están en primero, el no estarlo al menos una vez, les pesa demasiado.

El reloj siempre figuraba para Xiumin una especie de carcelero, con el que se llevaba bien, en su muñeca tenía uno de pulsera que le había regalado su padre antes fallecer, no sólo marcaba la hora, también los minutos, los segundos los micros segundos y los nano segundos. Así que desde ese día se dedicó a tomar el tiempo de cada fenómeno que pudo, cuanto tardaba en hornearse perfectamente un pastel, lo que se tardaba el autobús en recogerlo para ir al instituto, el tiempo que invertía en explicarle algo a otra persona y todos los resultados los apuntaba en una sección especial de una libreta color carmín que llevaba a todos lados.

Su madre creyó que aquello era algo malo, pero luego entendió que era la manera en la que su hijo lidiaba con la ausencia de su padre. Tenía la esperanza de que la mudanza de la ciudad al condado lo ayudara, pero no fue así hasta que se enamoró de un chico llamado Kim Jong Dae, el cual pidió a ambos que lo llamarán simplemente Chen.

La noticia la tomó por sorpresa tanto al hijo como a la señora Min que en ningún momento sospechó de aquellos gustos, sin embargo, lo aceptaron totalmente y unieron fuerzas para que Xiumin pasara más tiempo con él. Le invitaban a cenar -siempre quedaba con otra persona-, a salir -ya tenía planes con otro-, o simplemente que pasara por allí -siempre estaba ocupado con alguien más o casi...- lo cual lograron a medias y por petición del muchacho que necesitaba un tutor de física para no molestar a su amigo, ese el que llegó primero. Tao.

El chico del café que por más que Xiumin intentara encontrarle algo desagradable no lo conseguía, eso le molestaba de alguna manera pero no lo suficiente ya que Tao nunca le hizo nada conscientemente incluso, cuando pasaban a recogerlo después del instituto para ir a casa de Chen, se llevaban bien.

No obstante, le era inevitable sentirse algo deprimido.

Siempre fue el primero para sus padres, el primer amigo de cualquier persona, el mejor en cada deporte en el que se proponía participar, el primero de la clase y esto último fue lo que más le dolió perder.

A mediados de los primeros meses del semestre, se rumoreaba que se entregaría un premio al número uno de la clase. Xiumin se emocionó por el anuncio al igual que Chen, más tarde entendería que la euforia de este no era por compartir el mismo presentimiento.

El día de la ceremonia llegó y quien pasó al frente no fue Xiumin, si no el muchacho llamado Tao que recibió una lluvia de calurosos aplausos por parte de todos los asistentes. Ni siquiera era un alumno y estaba allí recibiendo un reconocimiento que no se merecía ¿De dónde salió? Y ¿Por qué sentía que lo conocía? Peor aún ¿Por qué Chen se había ido de su lado para celebrar con el susodicho? Ignorando las peticiones de los profesores el moreno subió al podium para abrazar a su amigo, su mejor amigo...

-Trabaja en el "Café de Violeta" por eso todos lo conocen y aunque no lo parezca es alumno de la escuela, toma clase desde su casa por medio del ordenador. Es gracioso, es muy listo pero cuando entra a un salón de clases se olvida de todo. Aún así... eso no quita que sea el mejor en lo que se propone -le explicó Chen cuando volvió con él. -Nos conocemos desde siempre.- agregó dubitativo.

Ahora aquel vago recuerdo ya no le hacía enojarse. Prefería repasar los buenos y pocos momentos que había pasado con Chen desde la mudanza que atormentarse con los que no eran tan felices para él.

Suspiró.

En ningún momento creyó que aquel Lunes por la mañana le fuera a cambiar la vida.

"Mi percepción del tiempo, el reloj y una taza de café"  [Taoris]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن