2

19.9K 1.2K 50
                                    

 Querido casi-ex-esposo,

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Querido casi-ex-esposo,

No puedo creer que te atrevas a enviar una carta llena palabras rosas. De verdad. Cuando vi nuestra dirección en el remitente y mi nombre en el frente pensé que sería alguna carta especificando cuentas, ahora que estamos separados, pero solo me encontré con oraciones que nunca en tu vida me has dicho en la cara.

Tomaré en cuenta que tu letra estaba prolija y sin un error ortográfico.

Todo el resto sólo hizo que me enojara. Ahora estoy más enojada que antes. El hecho de que mencionaras que extrañas tenerme desnuda en tu cama solo lo hace peor. ¿Acaso no podías decirme que echas de menos la manera en la que te abrazo en las noches cuando no puedes dormir? ¿O qué tal el cómo siempre sé que necesitas un mimo y te hago tu comida favorita? ¿O cómo cuando estás de mal humor no te molesto con preguntas como realmente quisiera y te dejo beber el maldito whisky que sale más caro que las muñecas de Serena o el balón de Sheridan?

Oh, ni me hagas hablar del hecho de no mencionar a ninguno de tus hijos en tu maldita carta. Sheridan me pregunta todas las noches por qué no estás con nosotros, Serena duerme abrazada a la corbata que le regalaste y tienes jodida suerte de que Sierra tenga solo un año y no entienda nada de lo que está pasando, porque de otra manera te culparía por su jodida diarrea.

No he olvidado que odias cuando de mi boca salen palabras sucias, pero ahora estoy escribiendo y estoy tan enojada que creo que le diré a mi hermana que cualquier cosa que llegue con tu remitente lo queme en el fuego del hogar.

No debería haber estado sorprendida por el hecho de que no preguntaste cómo le ha ido a Sheridan en su partido de soccer, o si Serena se ha recuperado de la fiebre que tenía cuando nos fuimos de Vancouver, o si Sierra sigue llorando en las noches para dormir en mi cama y así poder escapar de su cuna.

Ni siquiera me reclamaste el que me los haya llevado. Eres increíble.

Una y otra vez me demuestras que no te importamos. ¿Quién quiere una casa más grande cuando no hay amor para llenarla? Porque no me casé contigo para ser madre soltera y ser la única que le brinde su amor incondicional a nuestros hijos.

Estoy cansada, Jacob. Cansada de ser la única a la que le importa esta familia. Cansada de llorar por lo que no tengo cada noche cuando acuesto a los niños. Estoy cansada de estar decepcionada de la gente que me importa.

Y tú me importabas más que nadie.

A veces desearía volver el tiempo atrás, cuando éramos adolescentes y nuestro único tema de discusión eran los ojos de los otros muchachos que miraban mi trasero o las miradas lujuriosas de las chicas que iban contigo a la escuela. Después me doy cuenta de que no, daría a mis hijos por nada de eso, porque ahora ellos son lo más importante para mí; mi única prioridad.

A esto me refería cuando dije que no hay que dar el amor por sentado.

Adiós,

Francesca.

No me digas que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora