Lo amo.

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— ¿Por qué no me quieres contar?— me pregunto al mismo tiempo que con su dedo pulgar limpiaba mi lágrima. Dentro de toda la tristeza que tenía, se coló una sonrisa.

—Es que no quiero que salgas corriendo a partirle la cara...— Con eso le había dicho todo. Ya que después de sonreír su rostro se torno serio.

— ¿Que te hizo?— volví a bajar mi mirada al piso — ¿Que te hizo Alex?— volvió a preguntar ya que no había roto mi silencio —Si no me dices...

—Prométeme que no le vas a hacer absolutamente nada...— lo interrumpí.

— ¡Claro que no!— dijo exaltado poniéndose de pie.

—Promételo Cory— lo mire fijamente —ni Jess y mucho menos tu, le puede hacer algo que atente con su integridad física— lo señale con mi dedo índice, lo miraba seriamente para que entendiera que no era broma.

—Está bien...— dijo sonriendo perversamente.

— ¡Tampoco mental!

—Oh vamos Alex — alargo con fastidio —tan siquiera déjame decirle lo que se merece— volvió a sentarse desesperado a mi lado.

—Ni siquiera sabes que hizo...

—No me importa, esa lagrima no fue la única que tiraste por el— tenia razón mas no por eso iba a masacrar a Josh, además el no se dejaría así que Cory también terminaría lastimado.

—Y voy a tirar mas si a ti se te ocurre tocarlo— le dije sincera. El solo me miraba negando con la cabeza —ahora promételo— insistí.

—Bien— dijo no muy convencido después de unos segundos.

— ¡Promételo!

—Si... te lo prometo— dijo con fastidio.

—Terminamos... porque ayer... ayer que llegue— me dolía recordar sentía un terrible hueco en el pecho —e...estaba su ex novia en la casa— Cory me miraba atento mientras que yo jugaba con mis dedos.

— ¿Su ex novia?— preguntó sin entender

—Si... llegue y Josh salió de la cocina muy nervioso, yo de ilusa pensé que era por la 'sorpresa' que dijo que me tenia, y la sorpresa fue su estúpida ex novia, saliendo de la cocina con los labios rojos a punto de explotar— hablaba acelerada y mis ojos comenzaban a cristalizarse de nuevo.

Se puso de pie y me dio la espalda, yo tenía la mirada en mis manos pero note como pasaba su mano por su cabello desesperado y sumamente molesto.

—Alex por que no me dejas ir a romperle la cara a ese imbécil— me dijo en tono de suplica.

—¡Porque lo amo Cory!— de un segundo a otro estaba hecha un mar de lagrimas, agradecía tanto que no hubiera gente donde estábamos —...lo amo — mi voz se entrecortaba —el es muy importante para mí, aunque yo no lo sea para el— limpie las gotas de mi rostro —y yo me muero si algo le pasa— se sentó a mi lado y me abrazo, escondí mi rostro en su pecho y también lo abrace mientras que mis lagrimas se dedicaban a mojar su playera.

—Hey esta no es la Alex que conozco— acariciaba mi cabello —la Alex Smith que yo conozco, nunca lloraría por un estúpido— logro su cometido, hacerme reír.

—Ya...— dije limpiando mis lagrimas separándome de el —ya no llorare mas...— estaba más que claro que ni yo me creía lo que había dicho, pero como quiera lo intentaría.

— ¡Esa es mi chica!— me abrazo nuevamente —además... no quiero que arruines todas mis camisas— tiro de su camisa para ver la marca que mis lagrimas habían dejado en ella.

— ¡Eres un tonto!— lo empuje riendo.

—Tú sabes que es broma...— se puso de pie, camino hacia la puerta de mi auto y la abrió, para tomar mis libros y ponerlos en el asiento del copiloto. Camine hacia el auto.

—Alex tu eres muy especial, y si él no te supo valorar, pues el se lo pierde— limpio otra lagrima que se había colado a mi mejilla —no te quiero ver mal ¿ok?

—Ok— sonreí lo mejor que pude y abrace nuevamente a mi mejor amigo —gracias— le dije antes de subir a mi auto y partir a casa.

Sin muchos ánimos subí a mi habitación. Había esquivado la comida con la escusa de que había comido en el colegio.

Deje caer mi bolsa en el piso y lance mi celular junto con mis llaves en la cama.

Entre al closet para buscar algo más cómodo. Terminaba de vestirme cuando escuche el muy leve sonido que crea mi celular al vibrar. Corrí hacia donde estaba este el cual no paraba de vibrar. Lo tome y mire la pantalla, Josh.

Me debatía entre responder o no. Quería hacerlo. Aunque solo fuera por unos segundos, solo para escuchar su melodiosa voz pronunciar mi nombre. Después de diez segundos, dejo de vibrar.

Pase todo el día haciendo las tareas del colegio, no era algo que disfrutara pero me distraía bastante. Termine con todos los trabajos, incluso algunos los había adelantado, pero ya no podía mas. Por mas deprimida que estaba, demasiada tarea digamos que no era 'sano' para mi.

Baje a la cocina, mire televisión en la sala, salí al jardín, me senté en el comedor. Simplemente no me hallaba en la casa. Algo me hacia falta y sabia mas que con exactitud lo que era.

El niñero.Where stories live. Discover now