Vas a desaparecer.

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Finalmente decidí llamar a Jessica y contarle. Ya me había 'asegurado' de que Cory no haría una estupidez.

— ¿Si?— respondió Jess del otro lado de la bocina.

—Tengo algo que contarte— dije sin siquiera pensarlo.

— ¿Pero ahora si me dirás la verdad?— me dijo riendo.

— ¿Te dijo algo Cory?— le respondí con otra pregunta.

—Ósea... ¿Cory sabe y yo no?— ahora ella respondió con otra pregunta.

—Es... es sobre Josh y yo— trataba de no hablar fuerte para que nadie me escuchara.

— ¿Vienes o voy?— me preguntaba si iba a su casa o si ella venia a la mía.

—Voy para allá ¿si?

—Te espero— me dijo antes de colgar.

Tome un pantalón de tela negro y una blusa verde de tirantes, ya en las noches comenzaba a disminuir la temperatura así que tome una sudadera también verde pero de un verde mas obscuro que la blusa, unos tenis y ate mi cabello en una coleta. Moví todos mis libros y cosas que estaban aun en mi cama y tome las llaves, iba a tomar el celular pero preferí dejarlo. Después de avisar que iría a casa de Jess, subí a mi auto y partí hacia casa de mi amiga. En menos de diez minutos ya estaba tocando el timbre de casa de Jess.

— ¡Hey!— me saludo sonriente yo solo forcé una sonrisa — ¿Que pasó?

Subimos a su habitación y yo comencé a contarle la 'historia' y el motivo por el cual no le había querido decir nada.

— ¿Entonces no me ibas a decir?— se hizo la ofendida.

—Si... solo que buscaba una forma de que Cory se controlara, pero cuando hable con el, no pude evitarlo y termine contándole todo— explique.

—Bien— dijo sonriente —pero estoy de acuerdo con Cory, deberíamos de ir a decirle lo que se merece— frunció su rubio ceño.

—¡Oh! no claro que no— le dije seria.

—Tan siquiera a la estúpida esa...— dijo en tono de suplica.

—Ah por eso no te preocupes... tenlo por seguro que si la veo en la calle, pobre de ella— ambas reímos.

— ¿Y no te ha llamado? o ¿algo?

—En la mañana me mando un mensaje, y cuando llegue a casa llamo— dije cabizbaja.

—Y...

—El mensaje lo elimine sin siquiera leerlo y no le respondí cuando llamo— le conté.

— ¡Por que no leíste el mensaje!— me reclamó poniéndose de pie.

—Jess... ¡es que no! ¡no puedo!— le dije tomando con desespero mi cabeza —No tienes una idea de cuanto llegue a quererlo y de pronto lo veo en esa situación...— como era de esperarse o mas bien ya se estaba haciendo costumbre que las lagrimas se acumularan en mis ojos —Simplemente me destrozo.

Seguimos platicando por horas, hasta que creí que era hora de volver a casa.

La semana había pasado con una lentitud terrible, no salía de casa más que solo para ir al colegio, mis calificaciones eran buenas, pero a duras penas ingería algo de alimento, no estaba bien. Recibía constantes llamadas de Josh, pero yo no hacia más que ignorarlas, al igual que los mensajes. No tenía el suficiente valor para leerlos.

— ¿Segura que estas bien?— me preguntó mi madre algo preocupada —nunca habías rechazado una comida, pero desde que llegamos apenas y la tocas.

—Si estoy bien, solo que no tengo hambre ahorita— le dije tratando de sonreír.

— ¿Segura?— insistió.

—Si segura— sonreí.

—Bien...— estaba por salir de la cocina cuando regreso —sabes, le prometí a Ana que la llevaría al centro comercial para que eligiera a su mascota, pero ni tu padre ni yo podemos ir llegaremos hasta tarde... ¿la podrías llevar hoy?— me preguntó.

—Claro— le dije sonriente.

Estaba por subir las escaleras cuando escuche el timbre, regrese ya que mi madre me pidió que abriera.

— ¡Hey!— salude a Cory quien estaba en la entrada.

— ¡Hola! vine a...— me examino de arriba abajo y negó con la cabeza —si sigues así vas a desaparecer— me dijo seriamente.

—No seas exagerado— aunque claramente sabia que no exageraba —ven, pasa— le invite.



— ¿Cory?— dijo mi madre sorprendida — ¡Volviste!— se acerco a el y le dio un cariñoso abrazo.

—Y ustedes también volvieron— dijo riendo.

— ¿Hace cuanto llegaron?— le pregunto mi padre refiriéndose a el y su familia.

—Hace unos meses, poco después de que se fueron ustedes— les contó —Iba a pasar a saludar antes, pero los entrenamientos no me dejaban.

— ¿Volviste a entrar al equipo?— preguntó mi padre.

—Bueno iré a cambiarme— avise ya que se mantendrían por un buen tiempo hablando solo de deportes.

— ¿Vas a salir?— me preguntó Cory.

—Si... iré con Ana al centro comercial por una mascota— le conté — ¿Nos quieres acompañar?

—Claro— dijo sonriente.

Subí las escaleras y después de ir a despertar a Ana fui a mi habitación para tomar una ducha rápida. Me envolví en una toalla blanca y así poder buscar algo de ropa en el closet.

Deje mi cabello suelto, no tenia humor de maquillarme así que tome mi bolso y salí de la habitación.

— ¿Ana ya estas lista?— grite en el pasillo.

— ¡Si!— gritó emocionada mientras salía corriendo de su habitación.

—Bien vamos— le dije y bajamos las escaleras.

El niñero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora